domingo, 17 de septiembre de 2017

FERIA DE LA VIRGEN DE LOS LLANOS EN ALBACETE - El Juli rescata un injusto final

La figura madrileña desoreja al mejor toro de una desigual corrida de Daniel Ruiz de pobre fondo y sale a hombros en su quinta puerta grande consecutiva.
 
ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Albacete

Traían los toros de Daniel Ruiz el luto prendido en la negritud de su divisa por Dámaso González. Y el cartel, el último lleno de la feria. Al reclamo de la presencia estelar de El Juli, Alejandro Talavante y Cayetano, La Chata despedía su centenario con la espléndida imagen que resumía la caudalosa afluencia de público en Albacete.

Juli no se sintió cómodo en ningún momento con un toro colorado, levantado del piso, tocado arriba de pitones, la cara como concentración del trapío. Su abanta salida tampoco se fijó en el caballo. Entre el suelto primer puyazo y el segundo, una mejoría. Como en los capotazos en los que humilló. Un espejismo. Nunca rompió hacia delante en la muleta julista. Reponía y hacía hilo. Por una y otra mano, siempre encima de las zapatillas de Julián López. A peor su juego según avanzaba la gris faena.

Ni por un momento descolgó el negro segundo, otro toro arremangado, fino y, desgraciadamente, de imposible lucimiento. Alejandro Talavante se puso pronto y acabó antes. La embestida por el palillo, siempre apoyada en los cuartos delanteros, frenada, invitó a Talavante a empuñar la espada.

Otra conformación de pitones portaba el playero tercer toro. Y otro remate mayor. La movilidad un tanto descompuesta de los tercios previos, desordenada en banderillas, se uniformó en la muleta no precisamente para bien. Del arrebato de rodillas de Cayetano, cerrado con un molinete, no se contagió la embestida. En la izquierda atacó por dentro y con un derrote que provocó que Rivera cambiara de idea. La nobleza apareció más decolgada a derechas, pero adoleció de una falta de empuje considerable. La corrección, estéril como el empleo del ejemplar de Daniel Ruiz, marcó tres tandas en redondo. Frustrada otra intentona al natural con mal estilo, apuró el torero la nada a pies juntos. La nada exacta era la corrida a la hora de la copiosa merienda albaceteña.

Barbero le dio la vuelta a la tarde. O dicho más verazmente, la volteó El Juli. Que potenció sus virtudes y corrigió sus defectos. El poder contado habitaba sus aleonadas, concentradas y serias hechuras. La faena transcurrió preñada de la inteligencia privilegiada de JL. Como partida en dos mitades. Para afianzar su buen fondo, la primera parte dosificada de alturas y exigencias. Todo a favor. La distancia, los tiempos, el trato, la ayuda. En cuanto le bajaba la mano, el toro o enterraba los pitones o perdía las suyas. Y otra, una vez afianzada la embestida, para exprimirla, ligarla y torearla sin miramientos. El Juli creció entonces sobre el toro agradecido. En expresión y temple desatado. Las miradas desafiantes al tendido de quien se sabe el amo. Un espadazo inapelable en todo lo alto dinamitó la puerta grande. La quinta consecutiva en su haber.

Talavante se desquitó con un quinto alto de cruz y escaso cuello que no le regaló nada. Ni una embestida humillada. Obediencia de ir y venir. Simplona como su gesto. El principio genuflexo e improvisado, montera en mano, sin respiro para brindar, transpiró esa cosa especial talavantista. La faena fue de acompañar. De poner donde faltaba. De estar por encima de las circunstancias. La chispa de las manoletinas avivó la llama tenue. Una efectiva estocada rinconera desató una pañolada insuficiente. Así lo estimó la presidencia. AT, tan poco dado a enfadarse, se cabreó ostensiblemente.

El último toro de Daniel Ruiz dijo poco. Por fuera y por dentro. Pobre la humillación. Cayetano apostó poco.Salvó El Juli el cierre del centenario. La horda de toros que ha embestido merecía otro final. Por hacer justicia a una gran feria que se fundamenta en la importancia del denominado toro de Albacete.

DANIEL RUIZ | El Juli, Talavante y Cayetano
Plaza de Albacete. Domingo, 17 de septiembre de 2017. Última de feria. Lleno.
Toros de Daniel Ruiz, de desigual presentación; de pobre fondo; destacó el buen 4º en su contado poder.
El Juli, de azul marino y azabache. Estocada un punto contraria y descabello (silencio). En el cuarto, gran estocada (dos orejas). Salió a hombros.
Alejandro Talavante, de azul marino y oro. Estocada tendida y descabello (silencio). En el quinto, estocada casi entera rinconera (petición y saludos).
Cayetano, de tabaco y oro. Media estocada tendida y dos descabellos (aplausos). En el sexto, estocada y descabello (silencio).

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