Triunfal presentación del mexicano Antonio Lomelín, aprovechando al mejor astado del desigual envío de Tarapío. |
RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos: Adán
Contreras
TOVAR, Enviado
Especial.- Tarde de toros, la primera corrida del serial tovareño, in extremis salvada por la entregada actuación
del diestro mexicano Antonio Lomelín, así como momentos de detalles en el astado
que cerró plaza por parte del espada tachirense Ángel Ramos, los que tuvieron
lugar ayer, festejo condicionado por el escaso juego ofrecido por los astados
valencianos de Tarapío, faltos de remate en su trapío por demás, lo que a la
postre dio pie al escaso contenido artístico de la función. Remató lote un
anovillado ejemplar de Campolargo, noblote que a la postre buscó querencia.
Dilatado prologo el que tuvo lugar, donde poco más
de tres cuartos de hora retrasaron el paseíllo de las cuadrillas. No en vano el
reconocimiento a Don German Rosales en los medios del ruedo tuvo el unánime
consentimiento de los presentes.
El valenciano Eduardo Valenzuela pecharía con un
lote a contraestilo, como lo fue el que abrió plaza, ejemplar mansurrón que
poco hizo por las telas ofrecidas por el veterano diestro, quien echó mano de recursos
técnicos ante las descastadas embestidas del burel. Fue silenciado. Similar papeleta
se observó ante el cuarto, escurrido ejemplar al que igualmente el deslavazado comportamiento
del morlaco posterior al castigo en varas. Como en el primero de la tarde, se
dilató con el acero, siendo nuevamente silenciado tras aviso.
Valenzuela trató de justificarse ante materia poco propicio para el lucimiento como fue su lote de astados ayer. |
El triunfador la tarde por un trasteo más emotivo
que artístico ante el astado más potable del envío de la familia Branger como
fue «Larangero» de escasos 358 kilos, multado al momento de su arribo a la
plaza y que debió quedarse en la finca. Le fue endulzando en la muleta el
espigado torero azteca, haciendo gala del temple, distancia y variedad de
repertorio para meter en interés los hasta momentos aburridos presentes. Se dilató
más de la cuenta buscando el vergonzoso indulto del novillito, incluso
escuchando un recado presidencial antes de perfilarse, para tras espadazo
contrario, ser premiado con las dos orejas, la segunda de estas generosa para muchísimos
entendidos.
Con su primero poco pudo hacer, ante las
descompuestas y aquerenciadas embestidas del bicorne, para ser silenciado. Lo más
importante el buen par del joven banderillero tovareño Ramón Contreras, quien
estaba presentando su examen para su ingreso definitivo como banderillero
profesional en las filas del veterano subalterno Gerson Guerrero.
Las ilusiones del joven espada tachirense Ángel
Ramos por poco se coronan en triunfo por lo menos de una oreja si no es por el
fallo con la espada ante el que cerró plaza, ejemplar anovillado de Campolargo
el cual supo entender ofreciéndole variedad de terrenos y pases por ambas manos
con la muleta. Previamente había dejado tres pares de banderillas de exposición.
Falló con la espada al igual como sucedió ante el tercero, donde poco o
escasamente hubo de resaltar en dicho trasteo.
Angel Ramos ante el cierraplaza |
No hay comentarios:
Publicar un comentario