PACO AGUADO
El aragonés Jorge Isiegas, que tuvo que lidiar cuatro
novillos a causa de las cornadas sufridas por sus compañeros de terna,
protagonizó una meritoria remontada este jueves en Valencia al acabar cortando
una oreja del quinto después de escuchar los tres avisos en su primero, durante
el festejo que abría a Feria de Julio.
De repente la tarde se puso cuesta arriba. Y no porque los
novillos de Los Maños se lo hicieran pasar especialmente mal a los noveles,
que, parafraseando al monarca, no hicieron hoy el paseíllo en Valencia pensando
en que tendrían que lidiar contra las circustancias. Pero el molesto y fresco
viento, que solo agradeció el público, así como el azar, que tanto cuenta en el
toreo, hicieron que mediada la lidia del cuarto novillo dos de los matadores se
encontraran ya en la enfermería y el tercero, el aragonés Isiegas, sumido en el
desaliento tras ser incapaz de meterle la espada a su novillo hasta el
decimotercer intento. Ya para entonces, antes de que el animal muriera en el
ruedo, había asomado por tercera vez el pañuelo blanco del presidente marcando
el tiempo límite de la faena.
Así que el novillero maño no solo tuvo que remontar la dura
circusntancia de tener que enfrentarse todavía a tres novillos sino también la
de remontarse a sí mismo y dejar de lado la inseguridad que mostró con el que
le echaron al corral.
Todavía le costó asentarse con el cuarto, el que hirió al
valenciano Chover pero que resultó noble y asequible, aunque al menos, como a
este lo mató a la primera, pareció ahuyentar así los fantasmas del anterior.
Fue ya con el quinto, un cárdeno tan claro que llegaba casi
a ensabanado, con el que aragonés se calentó y se asentó por fín sobre la
arena, aunque los pases no siempre les salieran limpios frente las desrazadas
embestidas. Y fue como vio ya el fruto de su esfuerzo, como fue esa oreja balsámica
que paseó tras otra estocada a la primera.
Porque aún pudo llevarse otra más del sexto, un novillo
bastote y manejable pero sin gran fondo, con el que Isiegas logró, ahora sí,
los mejores y más aplomados muletazos de su actuación antes de fallar con la
espada.
Pero el mejor y más sólido toreo de la tarde lo hizo el
madrileño Ángel Sánchez con el segundo, un fino utrero de Los Maños que tomó
con clase y medida entrega los vuelos de una muleta que le condujo siempre con
temple y profundidad, a pesar del viento que le restaba precisión al manejo de
la tela.
Fue después de dos pinchazos cuando Sánchez se volcó en el
tercer intento con la espada y quedándose un instante parado en el embroque
para profundizarla, lo que el novillo, cornicorto y certero, aprovechó para
meterle el pitón por el muslo derecho, cerrando así con sangre su presentación
en Valencia.
La cornada de Jesús Chover, el otro damnificado, llegó de
forma súbita también, una vez que, tras saludar al cuarto novillo a
portagayola, lancearlo mirando al tendido y banderillearlo con vistosidad, muy
en la línea "sorista" que tanto gusta en esta plaza, el novillero
local se dispuso a iniciar la faena de muleta citándolo de rodillas en los
medios. El utrero se le arrancó con fuerza, pero se le venció en el último
momento y, sin darle tiempo a reaccionar, le arrolló y le prendió por el brazo
izquierdo, llevándole así colgado durante unos metros hasta provocarle, al
parecer, bastantes destrozos en la extremidad.
Antes, con el primero, cuando el viento resultaba el único
incoveniente, Chover brilló también con los palos aunque no llegó a cuajar, por
la imposibilidad de controlar la muleta, todas las buenas embestidas que tuvo
el animal. / EFE
FICHA DEL FESTEJO
Seis novillos de Los Maños,
de muy desigual presentación, desde los más terciados y vareados hasta los de
mayor volúmen o bastos, aunque todos cornicortos. Primero, segundo y cuarto
tuvieron distinto grado de nobleza y calidad en el último tercio. El resto sacó
ciertas complicaciones por su falta de fondo o su actitud defensiva.
Jesús Chover, de azul noche y oro: estocada trasera
contraria y dos descabellos (ovación tras aviso). Herido por el cuarto.
Ángel Sánchez, de salmón y oro: tres pinchazos (herido).
Remató al novillo Jesús Chover de pinchazo y estocada desprendida (silencio
tras aviso).
Jorge Isiegas, de blanco y plata: doce pinchazos y
bajonazo (silencio tras tres avisos); estocada trasera (ovación), en el que
mató por Jesús Chover; estocada desprendida (oreja), en el que mató por
Sánchez; y pinchazo, pinchazo hondo, media estocada y descabello (silencio tras
aviso).
Sánchez fue atendido de una cornada en el tercio
medio de la cara interna del muslo derecho, con una longitud de 15 cms. que
toca el músculo sartorio, y con una trayectoria inferior de 12 cms. que
destroza fibras musculares del vasto interno.
Al cierre de esta reseña, Chover
estaba siendo atendido de una cornada en el brazo izquierdo y de un puntazo
leve en la espalda.
Primer festejo de abono de la feria de Julio, con algo menos de un
cuarto de entrada en los tendidos (unas 2.500 personas), en tarde ventosa.
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