En esta ocasión cortaría la única
oreja de la novillada en Santander este lunes
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
La campaña novilleril para el espada taribeño Jesús Enrique
Colombo se antoja de ensueño. Fue llegar a Madrid, bien preparado y la lección bien
aprendida para que todo el planeta taurino le tomara en serio y de qué van sus
intenciones como torero delante de los pitones. Así lo reafirma jornada tras jornada,
tal y como ocurrió este lunes en la arena santanderina de Cuatro Caminos, donde
cortaría la única novillada del festejo, en el marco de su feria en honor al patrón
Don Santiago.
Una oreja que ha tenido como testigo todo el mundo del toro,
pues fue televisada, en la que las facultades y portentosas condiciones físicas
y técnicas de Jesús Enrique se vieron por encima de los utreros del hierro de Zacarías
Moreno, correctos de presentación -menos el 6º- en sus diferentes hechuras;
extraordinarios 2º y 3º; brutote el rajado y basto el 1º; de calidad y contado
poder el 4º; simplón el paletón 5º; informal y rajadito el escurrido 6º. Por su
parte la terna de espadas obtuvo el balance de Colombo (saludos y oreja), Daniel
Menés (silencio tras dos avisos en ambos) y Pablo Mora (silencio tras aviso en
ambos), con poco más de media plaza en tarde fría y lluviosa.
Actuación ésta de Colombo que saludó con desparpajo al
primero, al que recetó numerosas chicuelinas y atacó en banderillas, tal y como
señala en su crónica la reconocida periodista madrileña Rosario Pérez del ABC. Continua
«“Diablillo” llegó a las telas defendiéndose con un brusco cabeceo hasta
rajarse por completo y lanzarle un derrote que le arrancó literalmente el
chaleco. El venezolano buscó las vueltas con solvencia al cuarto, otro animal
potable pese a su contada fortaleza. El espadazo desembocó en una oreja bajo la
lluvia».
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