En la muerte de Ángela, toda una
luchadora del toreo
CARLOS ABELLA
Este no es solo el obituario de un torero. Es el de una
mujer digna de admiración, porque Ángela fue una luchadora de una causa
auténtica, y la realizó contra un sistema totalitario, cuando la lucha podría
entrañar privación de libertad. Ángela quería ser torero, simplemente eso. Es
decir, utilizar un capote y una muleta para realizarse artísticamente y poner
en riesgo su vida. Y eso desde el final de la guerra civil estuvo prohibido a
la mujer, penalizando la igualdad de género -como se dice ahora- e impidiendo
la realización personal de un ser humano.
Ha sido un contratiempo inesperado el que después de una
nueva operación de su dañado hombro, la ha llevado este jueves 2 de marzo al
paraíso de los artistas celestiales donde figuran ya otras luchadoras de su calibre
como Juanita Cruz y Conchita Cintrón, con las que compondrá un mágico cartel de
grandes toreros.
Cuando en julio de 2010, al poco de mi nombramiento como
Director de Asuntos Taurinos, la Comunidad de Madrid organizó una exposición
dedicada a la importante presencia de la mujer en el mundo de los toros quise
conocerla y ofrecerle la visibilidad que merecía en este tiempo de tanta
reivindicación femenina. Me invitó a visitarla en su casa de Torrejón de
Velasco y allí me contó su tremenda odisea por ser torero y me enseñó sus
recuerdos, las fotografías de sus actuaciones y todo el ingente papeleo legal
de su reclamación jurídica para que se le reconociera el derecho a torear a pie
en una plaza de toros.
Y es que en los primeros años setenta el artículo 49 del
reglamento taurino seguía prohibiendo el toreo a pie de las mujeres. El
franquismo languidecía y venían tiempos de cambio y al hilo de ellos, Ángela
Hernández (Alicante, 1948) quiso disfrutar de los mismos derechos que cualquier
hombre y torear a pie. Por ello, el 29 de febrero de 1972, su abogado José
Briones presentó un escrito ante Sindicato Nacional del Espectáculo solicitando
que a 'Ángela' se le expidiera el carné como aspirante a matador. La batalla
duraría dos años largos, hasta que el 2 de abril de 1973 el Tribunal Central
Sindical de Amparo emitió un informe en el "reconocía a Ángela el derecho
que le asiste para ser incluida como profesional del toreo a pie, debiendo la
Agrupación acceder a su solicitud".
En su combate Ángela recibió la solidaridad de más de cien
empresarios, ganaderos, subalternos, novilleros, rejoneadores, y matadores de
toros, y entre éstos, figuras tan notables como Paco Camino, Diego Puerta,
Jaime Ostos, Palomo Linares, Ruiz Miguel, Dámaso González, Curro Romero, Rafael
de Paula, Niño de la Capea y José Mª Manzanares, o tan modestos como eran
entonces Antonio Corbacho o el gitano Simón, que el 29 de mayo de 1974,
firmaron un escrito en el que pedían expresamente que se le autorizara a torear
a pie. Por fin, el sábado 10 de agosto de 1974, la Agencia Cifra ofrecía la
noticia titulada: "Las mujeres podrán ser toreros".
Efectivamente, el lunes 12 de agosto, el BOE publicaba la
Orden 15.701 que en su único artículo decía: "Se suprime el párrafo
segundo del apartado c del artículo 49 del Reglamento de Espectáculos Taurinos,
de 15 de marzo de 1962".
Ángela había ganado la batalla y pudo iniciar una carrera
profesional en España, e incluso llegó a actuar como dobladora de algunas
actrices en muchas películas, y en concreto de Claudia Cardinale en la película
El Zorro. Su trayectoria se vio perturbada por un accidente de circulación
padecido el 2 de diciembre y en el que sufrió varias fracturas. En marzo de
1975 rompió con el que había sido su apoderado, Paquito Ruiz, que también lo
era de Manuel Benítez 'El Cordobés', quien en la sombra le había ayudado mucho
en su batalla, y firmó una exclusiva con el apoderado Manolo Cano, quien
consiguió que el 25 de mayo se presentara en el Coliseo de Palma de Mallorca, y
después en las plaza de Córdoba, Jerez y Alcalá de Henares, debutando en la
Monumental de Barcelona el 19 de julio de 1975.
El 14 de agosto toreando en Huesca, sufrió una fisura en la
quinta vértebra, con hernia discal y parálisis de la pierna izquierda. Debió
estar ingresada un mes en el Sanatorio de Toreros. Ahí se truncó su carrera
profesional y la terna que su imaginativo apoderado Manolo Lozano, pretendía
montar con la actriz Alicia Tomás y 'Rosarito de Colombia', también
representadas por él.
En los últimos años había apoyado la trayectoria taurina de
los novilleros Miguel Ángel León, Conchi Ríos y Francisco de Manuel, ganador en
2016 del certamen "Camino hacia Las Ventas".
Cuando la exposición "La mirada femenina del
toreo" se inauguró en la misma Puerta del Sol, en la sede de la Presidencia
de la Comunidad de Madrid, en mayo de 2011, fue Ángela la que dirigió unas
palabras ante la Presidenta Esperanza Aguirre en representación de los cientos
de mujeres ganaderas, toreras, rejoneadoras, periodistas, críticas taurinas,
fotógrafas, pintoras, clarineras, sastras, modistas, etc. que viven el toreo y
lo sienten como propio. Pocos días después, unas 300 mujeres se manifestaron en
la Puerta del Sol contra la exposición, al grito de "No con mis
ojos", que contó con la presencia de numerosos participantes del
movimiento 15 M, que en aquellos días habían iniciado su acampada.
Ignoraban quien había sido Ángela y cuál fue su
reivindicación y su victoria! ¡Qué poco les importaba! Había nacido el 15M.
Descanse en paz, Ángela.
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