La rejoneadora francesa pasea un
trofeo del excepcional tercero mientras que el sevillano, de vacío tras fallar
con los aceros, cuaja una obra cumbre frente al cuarto.
José Ignacio González – Redacción APLAUSOS
El primero de Bohórquez fue un toro parado y un tanto
agarrado al piso. No le importó a Diego Ventura, que le puso un rejón de
castigo montando a Añejo con el que toreó a la perfección sin clavar y armó un
auténtico lío montando a Nazarí, especialmente en el galope a dos pistas
templando una barbaridad y en dos banderillas muy de frente. Lo de mayor calado
de su actuación llegó montando a Fino con un quiebro realmente inverosímil en
un palmo de terreno y que levantó las ovaciones más importantes. Con el triunfo
asegurado, el toro se fracturó una mano y el jinete de La Puebla tuvo que
entrar a matar perdiendo así los posibles trofeos.
Diego Ventura emborronó con el rejón de muerte una obra
cumbre frente al cuarto, otro buen toro de Bohórquez ante el que el rejoneador
sevillano hizo soñar y enloqueció a la afición valenciana en un tercio de
banderillas memorable a lomos de Sueño, seguramente el mejor caballo torero de
la actualidad por la manera de torear por los adentros, de llevar al toro
cosido a la grupa y por los quiebros, especialmente por un último citando al
toro de lejos y caminando hacia atrás. El caballo total. Tras un tercio para el
recuerdo, llegó la espectacularidad de Escalona y las piruetas que acabaron de
poner al respetable en materia. El remate llegó con Remate con un carrusel de
cortas al violín muy jaleado. Con el alboroto formado y la puerta grande más
que ganada, dos pinchazos previos a un rejonazo dieron paso a una clamorosa
ovación.
Lo mejor de la actuación de Manuel Manzanares con el manso y
aquerenciado segundo fue el tercio de banderillas montando a Farruco. Además de
la manera de clavar, hubo pasajes buenos por los adentros y de toreo con la
grupa. Finalizó con las cortas con Sócrates, en un carrusel, antes de matar de
un rejonazo trasero siendo silenciada su labor. Al quinto también le costó
mucho emplearse, había que llegarle mucho y no fue un toro fácil. Pese a ello,
Manuel Manzanares, con oficio y una cuadra muy mejorada, especialmente con
Príncipe, lo entendió a la perfección y le sacó el mayor rédito posible de un
astado demasiado parado. Lo mató de un rejonazo aunque sin el efecto deseado,
necesitando un golpe de descabello y esfumándose la posibilidad de tocar pelo.
Lea Vicens cortó una oreja del tercero, un gran toro que
tuvo fijeza, celo y transmisión. La rejoneadora francesa puso toda la carne en
el asador, hasta el punto de que utilizó cinco caballos. Lo paró a buen nivel
con Bach, puso banderillas en un tercio espectacular montando a Bético, alguna
con Desafío que fueron las de mayor reunión y entidad. Colocó rosas a lomos de
Greco, llegando mucho al público. Culminó su actuación de un rejonazo montando
a Espontáneo. Imposible resultó el sexto que cerró la mañana, manso de
solemnidad. Lea Vicens mostró un notable grado de madurez, le buscó las vueltas
en una labor de mérito en la que estuvo muy por encima de un animal muy
deslucido. No pudo redondear su actuación la francesa que saludó una ovación.
FICHA DEL FESTEJO
Toros de Fermín Bohórquez,
bien presentados, destacó el excepcional tercero y el buen cuarto. Deslucidos y
de poco juego el resto.
Diego Ventura, silencio y gran ovación con saludos.
Manuel Manzanares, silencio en ambos.
Lea Vicens, oreja y ovación con saludos.
Tres cuartos de plaza.
Domingo 19 de marzo de 2017. Matinal.
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