KIKE ROSALES
@kikefutbol
En la edad media fue cuando se vivió esa manera tan
retrógrada de censurar todo acto cultural, teorías, inventos o algo que
permitieran avances de la sociedad eran castigados. Esa etapa cerró por
completo el hermoso “detalle” de la
libertad y convirtió a los seres humanos en unos esclavos, toda capacidad de
discernir o al menos pensar distinto era
atacada de forma cruel. Para ello existía la santa inquisición, un poder
absoluto que permitía dejar sin ningún beneficio a cualquier habitante que
ellos consideraban hereje incluso se regalaban “el tupe” de quemarlo vivo en
la hoguera.
San Cristóbal en lo taurino vive tiempos grises, hay
nubarrones sobre el acto de las corridas y “persecuciones” que de verdad
parecieran ser el renacimiento de la inquisición. La duda de ver si se pueden
organizar las corridas pareciera andar en los que lo quieran hacer por hechos
que van más allá de lo económico, es la parte jurídica la que pone a todos en
un “veremos”.
Por ejemplo Una citación a miembros de la comisión de la
ciudad y de la escuela taurina pone en duda a cualquiera para dar corridas. El
asunto se maneja por el lado de la entrada de menores a la plaza en actos donde
los mencionados con anterioridad no
tienen poder de organización.
Por ejemplo La novillada, que (“se hizo sola”), desde los
areneros pasando por los subalternos la hicieron no solo sin cobrar si no de
una forma tal que nunca se supo quién era el “jefe” por una sola razón; el
poder hacerla en base a la unión no necesito de esa figura. En las puertas
deberían estar los funcionarios públicos
para evitar que los niños entraran, pues ese acto como era gratuito no
tenía dinero para porteros pero llegaron (los funcionarios) tarde.
El año pasado hubo más de 1500 muertes de menores de edad,
en uno de los sitios donde sucedieron varias de estas dolorosas acciones fue en
la capital, donde desde el año 97 no se hacen corridas como para alegar que las
mismas incitan a la violencia. Lo otro es que gran parte de la directiva de la
C.A plaza de toros ha renunciado sin saberse todavía el motivo de este adiós.
Aun la alcaldía no ha mencionado como se dar la feria el año
que viene, si por licitación o de manera directa, pocos se asoman para poderla
dar por toda esta serie de hechos, o quizá estén esperando a “ver qué ocurre”,
pero el tiempo sigue pasando.
En estos tiempos es que se entiende el temor de los libre
pensadores en la edad media, ese miedo que corría por el espinazo de Erasmo de
Róterdam cuando censuraba a la iglesia lo sienten los que hablan de toros en
San Cristóbal en estos días donde lo taurino está sumido en el más puro oscurantismo.
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