El matador francés dispone del
mejor lote de la corrida, incluido el extraordinario segundo, y sale a hombros
con el alicantino de irresistible espada.
ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Castellón
Sobre Castellón se posaron nubes de un nazareno cargado,
sucias como la piel del jabonero de Morante de la Puebla. La lluvia se resistió
contra pronóstico. Como el toro a su cometido. Tan definido como su morrillo en
el no desde un principio. Las manos por delante en el capote de un Morante
inédito a la verónica. Los lances por alto. Como la apertura de faena para
oxigenar la embestida mortecina y sin vida. No hubo resurrección.
La acarnerada testuz del cuarto de triste perfil apenas
iluminó una media verónica de inspiración sevillana. Morante en el recorte para
colocarlo en el caballo dejó otra pincelada. ¡Ay, el caballo! Como el cuvillo
pareció no gustar, le zurraron la badana que no tenía. Y de propina otro puyazo
más -y ya iban tres- cuando a Castella se le fugó del quite por chicuelinas y
tijerillas a la querencia. José Antonio de la Puebla regó el ruedo de apuntes y
redondos, que la derecha era la mano del toro pese a toda la estopa recibida.
Que si pretendía corregir el gazapeo no lo consiguió. Y sacrificó a cambio todo
lo demás.
«Farfonillo» traía marcado en la piel el número 200. Un
cuvillo negro, terciadito, fino y liviano. Generoso y elástico el cuello. Una
máquina de embestir y humillar. Un toque Núñez vía Cebada. Sueltecito en los
tercios previos -puyazo en el piquero que guarda puerta incluido- quería que le
exigiesen en la muleta. Cuanto más abajo mejor. El hocico cosido a los flecos
de la muleta. La repetición y la profundidad. El tranco más de su estirpe.
Sebastián Castella se dobló con látigo en el prólogo de faena. «Farfonillo» se
dio un volatín de latiguillo. Lo acusó sólo un momento de lógico
entumecimiento. Y siguió con su ritmo. Castella lo toreó tan largo como lineal
y ligado hasta la explosión de circulares invertidos, trenzas y así. Calentó
Castellón por ese palo. Media estocada defectuosa enfrió los ánimos, que
todavía reflotaron con la estocada definitiva. Una oreja como premio de
consolación; la ovación a «Farfonillo» como reconocimiento de peso mayor.
La suerte definitivamente redondeó la bolita del lote de
Sebastián Castella con el buen quinto. Alegre, noble, descolgado, fácil. Por
estatuarios destapó una faena en los mismos parámetros de la anterior, pero con
el cuvillo en tono menor en su final. El último desplante a cuerpo limpio de Le
Coq y una soberana estocada dispararon la plaza. Una oreja recompensó en
justicia la entrega frente a las dos pretendidas. Ya era la llave de la puerta
grande.
A José María Manzanares le exigió fondo y firmeza el basto,
castaño y bruto tercero, que embestía con los pechos. Ásperas y fuertes las
embestidas. Desapacibles como sus miradas. Manzanares sacó su poder para
someter. Una tanda diestra de mano muy baja quebró al toro. Cerca de toriles
todavía arrollaba con la izquierda. Un espadazo lo tumbó y sacudió la pañolada
y el trofeo. Que se repitieron con una estocada en la suerte de recibir -un
tanto forzada- en el sexto, tan bien toreado a la verónica. Su buena condición
-esa forma de colocar la cara- no duró para que la llama de la faena perdurase
como eterna. El fuelle y el fondo cerraron la espita. Manzanares tiró de pulso
y empaque para estirar aquella nobleza ya marchita.
La salida a hombros con Castella esperaba.
NÚÑEZ DEL CUVILLO / Morante, Castella y Manzanares
Toros de Núñez del Cuvillo,
terciados; extraordinario el 2º; buenos sin finales 5º y 6º; muy sangrado el
4º; un 1º sin vida; áspero y bruto el 3º.
Morante de la Puebla, de negro y oro. Estocada atravesada y
descabello (silencio). En el cuarto, pinchazo hondo y tres descabellos. Aviso
(saludos).
Sebastián Castella, de coral y oro. Media estocada defectuosa
y estocada (oreja). En el quinto, estocada (oreja y fuerte petición).
José María Manzanares, de nazareno y oro. Estocada rinconerilla
(oreja). En el sexto, estocada pasada en la suerte de recibir (oreja). Salió a
hombros con Castella.
Plaza de toros de Castellón. Viernes, 24 de marzo de 2017. Tercera de
feria. Lleno aparente.
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