Amigos de la Fiesta Brava, mucho gusto en saludarlos. La
reciente decisión tomada por el matador de toros tlaxcalteca Rafael Ortega de
regresar a los ruedos de forma profesional, tras una intensa y aleccionadora
experiencia en el desacreditado ambiente político, en su caso, a nivel
municipal tratando de servir a su gente, podría tener una lectura más amplia,
es decir, más allá de la intención sin duda válida de buscar arribar a la
mágica cifra de las mil corridas de toreadas, lo cual podría suceder en el año
2018, justamente cuando estaría sumando 28 años de haber tomado la alternativa,
la que obtuvo recordamos en el extinto coso “El Relicario” de la ciudad de
Puebla, aquel 23 de diciembre de 1990 de manos de Manolo Arruza y ante la
presencia de David Silveti, con el toro llamado “Brillantito” de la dehesa de
Reyes Huerta.
Así que a sus 47 años de edad, los que por cierto Rafael
estará cumpliendo el próximo 10 de marzo de este 2017, aparte de la mencionada
gesta que quiere alcanzar en su trayectoria taurina, es la de aprovechar, lo
cual será igual o mayormente auténtico, que tras la despedida de los ruedos el
inminente sábado 4 de febrero entrante en la Monumental Plaza México de quien
fuera su acérrimo rival profesional, el espada mexiqueño Eulalio López
“Zotoluco”, pueda ser considerado por las empresas de la geografía taurina del
país en sus respectivas temporadas y ferias como un primer espada de renombre,
mismo que vestiría y remataría más que bien muchos de los carteles que se
pudieran confeccionar.
Son más de 30 los años que tiene Rafael Ortega Blancas como
torero, desde que debutara como novillero en Huamantla, Tlaxcala, en agosto de
1986, y que como diestro doctorado está a tan sólo 46 festejos formales de
lograr ingresar al selecto grupo de matadores milenarios mexicanos, tal y como
en su momento lo lograran los célebres maestros del toreo Manolo Martínez, Eloy
Cavazos, Antonio Lomelín, Mariano Ramos, Curro Rivera, Miguel Espinosa “Armillita
Chico”, Jorge Gutiérrez y Eulalio López “Zotoluco”, recientemente.
Así que con ese intencional ribete, Ortega sería un más que
recomendable alternante para verlo partir plaza en muchos de los ruedos de la
República Mexicana con varios de los matadores que están “peleándose” un sitio
importante dentro de la torería nacional, sobre todo pensando en espadas
paisanos suyos como Uriel Moreno “El Zapata”, José Luis Angelino, Sergio
Flores, Angelino de Arriaga y Gerardo Rivera, además, claro, de poder verlo medirse
junto a diestros como Jerónimo, Fermín Rivera, Arturo Macías, Joselito Adame,
Octavio García “El Payo”, Juan Pablo Sánchez, Arturo Saldívar, Gerardo Adame,
Diego Silveti, Luis David Adame y Diego Sánchez, entre otros, y hasta Nicolás
Gutiérrez, quien está por doctorarse.
Sin embargo, hay que recordar que Rafael Ortega regresa a
los ruedos más por gusto que por necesidad, lo cual convertiría al torero de
Apizaco en un alternante interesante, con mayor asentamiento, madurez y
experiencia. Sin duda, será indiscutiblemente atractivo ver de nuevo en las
arenas taurinas nacionales a quien se le rememora como “El Señor de los Tres
Tercios” y a quien le recordamos que “cuando la inteligencia humana y la
irracional belleza animal se conjugan en la arena ¡surge el toreo! Arte y
bravura escena”.
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