domingo, 22 de enero de 2017

LA PINCELADA DEL DIRECTOR - Cuando dos trasatlánticos chocan…

El choque de Málaga ha partido el toreo por la mitad. Lo ha abocado al bipartidismo. A una parte los unos, a la otra los otros y más allá las excepciones que también las hay, caso de los Lozano con su Juli y Ponce con Ponce, que se convierten en espectadores privilegiados de la partida.

JOSÉ LUIS BENLLOCH

El tema de la semana ha sido Málaga. De la semana y de lo que te rondaré. Rondar no significa siempre relaciones amorosas. En este caso quiere decir que la ola/resaca de la cuestión puede que se extienda y se va a extender y a extender y a extender. De momento sin pronóstico ni plazo fijo. Es una impresión personal. Fácil de deducir. Si dos trasatlánticos chocan y han chocado por mucha discreción pública, cortesías y/o explicaciones que se den, siempre se produce una ola. La incógnita es saber en qué playa romperá la ola, si lo hará plácidamente o si se encabritará o si habrá náufragos, cualquiera sabe… pero ola hay.

No hace falta que pongamos nombres, el tema y los protagonistas están en boca de todos desde que Aplausos.es adelantara el acuerdo de un grupo de empresarios taurinos, macro grupo (incorporados en una sociedad) Simón Casas, Rafael García Garrido (Nautalia), Ramón Valencia, Toño Matilla y Martínez Erice o lo que es lo mismo Madrid, Valencia, Nimes, Zaragoza, Sevilla, Valladolid, Jerez, Castellón, Alicante, Mont de Marsan… Manzanares, Talavante, Roca, Fandi, Castella, Padilla… ¿Es un trasatlántico o no? parafraseando a Garzón en sus declaraciones a Aplausos.es. Y de otra parte Logroño, Salamanca, Almería, San Sebastián, Olivenza, México… Morante, Pablo Hermoso, Marín, ¿es otro trasatlántico o no?... El choque es por la mano de la ahora deseada Málaga, plaza que los segundos han regentado en los últimos años hasta que el contrato se amortizó sin que las partes hiciesen uso de la prórroga y que una vez puesta en el mercado ha acumulado pretendientes. Y quiérase o no la situación ha partido el toreo por la mitad. Lo ha abocado al bipartidismo. A una parte los unos, a la otra los otros, no es necesario repetir los nombres, más cabreados unos o menos cabreados los otros, pero unos y otros, dos partes, y más allá las excepciones que también las hay. Algunas de las cuales, caso de los Lozano con su Juli y Ponce con Ponce, se convierten en espectadores privilegiados de la partida.

Al margen de ese encuentro/desencuentro, tercera partida fuerte que juega el grupo Bailleres en España en poco tiempo, dato a tener en cuenta, al concurso han anunciado su presencia otras cuatro empresas cargadas de legítimas aspiraciones a las que no conviene ni sería justo ningunear por méritos propios y porque quién sabe si al responsable político al final no le da por una solución bíblica y dice ni para unos ni para otros y apuesta a terceros. A propósito del responsable político hay que ver la importancia que le ha dado a la aportación de cartas de los toreros en las que se comprometan a torear en Málaga. La fórmula, salvo que tenga truco, hasta ahora ha sido tan antigua como ineficaz. Tanto que en la mayoría de los concursos ha sido el punto en el que todos los aspirantes sacaban la nota máxima porque todos las tenían todas. Cartas que quien conozca el mundo del toro y sus singularidades sabe que no comprometen a nada más allá de sentarse a negociar. Cualquiera de las figuras antes de dar el sí tiene que saber fecha, ganadería, compañeros y hasta el resto de carteles y eso en esta situación y a estas alturas del año y de la licitación es pura quimera. Así que cartas de buena disposición las que quieran, cartas en firme o con carácter de exclusividad, como algún pretendiente ha intentado conseguir, ninguna. Salvo, digo salvo, que entre los empresarios aspirantes haya toreros o que los empresarios concurrentes nieguen las cartas de sus toreros con el beneplácito de estos, detalle que lo enredaría todo aún más porque luego hay que negociar para las otras plazas el resto de la temporada y en un lado y otro hay muchas plazas y mucha temporada y esos agravios no se olvidan fácilmente.

Alguien me apunta que hay toreros que no necesitan de muchas plazas. Pues sí, también. Y hasta toreros en esa tesitura de mínimos y muy conocedores en el territorio donde se dilucida esta batalla, pues sí también, alguno hay. ¿Y si no a qué viene tanta importancia a las dichosas cartas?...

Total, un lío que el toreo necesita que se resuelva de la mejor manera para los intereses generales. Un lío que no genera la mejor imagen por muy legítimas que sean las posturas, ya se sabe que las grandes compañías, las grandes fortunas, las grandes acumulaciones… nunca generaron demasiadas simpatías, claro que los negocios no entienden de simpatías. Y al final de todo, además, tengo la sensación de que el oleaje en los despachos está siendo mayor de lo que trasciende. Paz, por favor.

POSDATA.- Mientras les cuento todo eso me preocupa que la confección de los carteles de Fallas esté tan varada. Están en tiempo, sí, pero las plazas necesitan sensaciones de cariño, de atención y de sentirse hegemónicas especialmente cuando siempre lo han sido. Las dependencias nunca agradan, el hermetismo siempre mosquea y esa demora no es lo que más ayuda. / Redacción APLAUSOS

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