domingo, 1 de enero de 2017

LA PINCELADA JOSÉ LUIS BENLLOCH - Hoy sólo buenas noticias

Me apetece, es conveniente, toca, para descorchar el Año Nuevo, que la columna tenga su repique de tranquilidad y esperanza. Y sin rebuscar mucho, encuentro motivos...

Hoy sólo se admiten buenas noticias, abstenerse agoreros, amantes de la gresca, egoístas, pescadores de río revuelto, maestros de la componenda, mercenarios y animalistas sin escrúpulos, políticos de fortuna y demás especialistas en acosos ajenos. Me apetece, es conveniente, toca, para descorchar el Año Nuevo, que la columna tenga su repique de tranquilidad y esperanza. Y sin rebuscar mucho, encuentro motivos. El primero de todos, el paso adelante de la casa Chopera en Vitoria, tierra en donde la clase política se había ciscado en la tradición y en los gustos de una parte importante de su población y pretendía/pretende darle esquinazo a los toros. La casa Chopera con Bailleres, todo hay que decirlo. Cuando el agua de la indignación y el desánimo llegaba al cuello, con el toreo mirando a otro lado, ellos han dado el paso al frente. Para quien les escribe no ha sido una sorpresa. En esta misma columna la semana pasada apuntaba que todavía era posible el milagro del rescate. Si quieren, sí… decía. En Los Toros de la Cadena SER apostaba a la esperanza cuando me preguntaba Manolo Molés. En su libreta, la más leída del toreo, Nacho González apuntaba incluso planes de futuro de la nueva sociedad con políticas comerciales y de promoción entre las plazas del norte. Todo ello sin concretar más a pesar de tener información para poderlo hacer. Tras la política del silencio y el despiste que llevó a Simón Casas hasta Las Ventas, parece que a las operaciones de trascendencia les viene bien la discreción, es la moda, y en estos momentos no hay nada más trascendente que conservar una plaza. Así que de un día para otro, a vuelta de comunicado vía mail, donde había penumbra alumbró la esperanza. Una foto, Pablo Chopera y Cutiño a las puertas del Ayuntamiento de Vitoria Gasteiz, unas líneas de texto “el objetivo es realizar una feria taurina acorde a la demanda de la ciudad y de sus aficionados, potenciando la calidad y la viabilidad económica”... una oferta realista y un argumento de lo más sólido y bien calculado le dieron visibilidad a la operación.

Es una nueva vía, ésta al margen de aquel concurso leonino que convocó el Ayuntamiento. Ahora amparándose en las tarifas municipales de alquiler aprobadas por el consistorio para la plaza de toros, que contemplan todo tipo de actividades culturales y el toreo lo es. Así que si no lo aceptan, que ya han dejado entrever que no aceptarán, tendrán que explicarlo donde se defienden los derechos de los españoles. La acción de los empresarios Chopera/Bailleres es impecable y el sueño de una feria de La Blanca vuelve a latir. No está salvada todavía, la dichosa y caprichosa, también arbitraria, clase política no ha dado el brazo a torcer, pero se ha hecho lo posible, lo que tocaba y se peleó hasta el final. Eso por sí sólo, tal como venían sucediendo las cosas en el toreo hasta ahora, ya es un notición. Se hizo lo que se debía. Si finalmente sucede lo que debe suceder habrá que reconocer a los Chopera como especialistas en rescates agónicos, unos ganadores del minuto noventa y tres. Ojalá. Habrán estado a la altura de su historia. De momento toca esperar la respuesta política y si acaso insistir, pero me consta que no se van a rendir fácilmente.

De cuestiones más concretas, de toros, toreros y ferias, eso que tanto le llega a los aficionados, no hay muchas noticias, lo que implica que tampoco haya noticias malas. Respiremos pues. Todos trabajan con las fiestas navideñas como punto de partida. En Castellón se apuesta por cuatro corridas y la posibilidad de reactivar al máximo nivel, ahí está el quid después de casi veinte años, un cartel de espadas banderilleros que tanto predicamento tuvo por estas latitudes desde los tiempos de El Soro. Se ha constatado igualmente la voluntad de Juli de volver a La Plana tras varias ferias ausente. Se piensa aprovechar la coexistencia de los dos matadores, Varea, que todavía no ha debutado como matador de alternativa, y de Soler, para enganchar con el sentimiento patrio. Y en palabras de los responsables máximos, todas la posibilidades, las mejores, están abiertas. Otro tanto cabe decir con las Fallas de Valencia. Simón asegura que no ha comenzado a negociar en los límites estrictos de Valencia lo que no quiere decir, me advierte cuando le pregunto, que quiera globalizar las contrataciones. Valencia, Madrid, Nimes, Zaragoza, Alicante… a propósito, hay que ver lo que puede conseguir un tío que llegó a España en autostop, ni el sueño americano lo iguala. Con esa ironía sobre la mesa el productor se apresura a puntualizar: “Todo eso sin haber dejado ningún compromiso pendiente ni estar en manos de nadie ni deber nada…”. Todo dicho en buen tono, todo porque le pregunté si las contrataciones iban a ser conjuntas: “¡No, pero habrá una inercia!”. Ahí queda eso, nadie dirá que no ha llegado la modernidad ni que no se hable claro. A la espera de lo que decida la inercia, me asegura SC que tampoco se sabe nada del cartel de los victorinos de Madrid. “Lo único seguro es que mantengo el reto de levantar Madrid en cinco meses, de marzo a julio, eso significa recuperar fechas, público e interés. La expectación, que es un elemento necesario, está generada, ahora depende de la suerte”.

Y por si hiciesen falta más noticias buenas apunten los últimos logros de la Unión Taurina de la Comunidad Valenciana, un congreso para iniciar la temporada justo antes de las primeras corridas de Fallas, con intención de promocionar la sinergia entre la calle y la plaza y mantener viva la llama del glorioso 13M; una mesa política con todos los partidos para enfriar enconamientos y mostrar que los pro no somos raritos, objetivo nada baladí dada la ignorancia y predisposición de los anti; una cuña en el reglamento de los festejos populares, importantísimo, para que se puedan celebrar clases prácticas de toreo formal en esos mismos recintos. Eso y más. Así que felices fiestas, recarguen las pilas y el ánimo, que falta nos va a hacer. Redacción APLAUSOS

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