La
tardía celebración del Corpus y las fiestas y santos del solsticio adentran a
las huestes del toreo en el febril nomadeo estival. El toreo está que arde...
ÁLVARO R.
DEL MORAL
Diario EL
CORREO DE ANDALUCIA de Sevilla
Las hogueras del solsticio marcan un punto de
inflexión en el devenir de la temporada. La campaña se adentra en su curso
medio a la vez que las cosechas saludan esas ferias que se bendicen con el
nombre de San Juan, San Pedro y San Pablo. Son los santos del cereal, venerados
en las ferias de las cosechas que marcan el arranque definitivo del verano
taurino. Hablamos de un estío que, seguramente, ha mudado las líneas de frente
del toreo.
De Madrid y el bombo
Madrid es también un recuerdo. Pero sus rescoldos
siguen humeantes. Con la clausura de San Isidro llegan a Las Ventas carteles de
todo pelaje para cumplir ese pliego desmesurado que, en cualquier caso, sí
permite foguear a un buen número de novilleros que han visto desaparecer su
mercado natural. Pero nos interesa ahora la feria de Otoño. El ínclito
productor francés Simón Casas, responsable de la programación del embudo
madrileño, ya ha aclarado que las bolas quedarán guardadas en los desvanes de
Las Ventas por ahora. Mejor así. El locuaz empresario ha mostrado su lado más
coherente al recordar que los notables resultados del ciclo isidril le permiten
montar el ciclo otoñal con mimbres renovados. “Lo que hay que hacer es tomar en
cuenta a los toreros nuevos que han emergido y a los que tienen muchos años de
alternativa y se han reposicionado en este San Isidro” ha declarado
recientemente en una entrevista en la que también advertía que el famoso bombo,
lejos de ser un fin en sí mismo, era sólo un medio para crear espectáculo. Esta
vez hay que darle la razón al parlanchín empresario galo, que podría programar
una de las otoñadas más atractivas de los últimos años. Para ello también tiene
que conseguir que ciertos toreros emergentes vuelvan a Madrid a jugarse lo
ganado en unas fechas a contrapelo.
Ponce, El Puerto y... Huelva
Por cierto, Ponce vuelve a la palestra. Lo hará
cinco meses después de ese tremendo percance sufrido en la feria de Fallas que
destrozó su ya maltrecha rodilla y hasta puso en peligro su continuidad como
torero. El maestro valenciano se había puesto en manos del doctor Villamor, que
reconstruyó esa “rodilla catastrófica” y marcó las pautas de una rehabilitación
que ha dado sus frutos antes de lo previsto. Pero aún queda trabajo por
delante. Enrique Ponce volverá a enfundarse el vestido de torear el 10 de
agosto en El Puerto o el 14 en Málaga. El dato, eso sí, confirma que habrá
toros en El Puerto este verano después de las alarmantes noticias de esas obras
de urgencia que hacían peligrar la temporada estival. Y sin movernos de océano
hay que recordar que la gestación de la próxima feria de Colombinas no está
siendo un camino de rosas. Las cuitas de las facciones enfrentadas de la
familia Pereda –propietaria y empresaria del coso de La Merced- son públicas y
notorias. El último capítulo del culebrón –en el que ni entramos ni salimos- ha
sido el ingreso hospitalario del patriarca de la saga, José Luis Pereda, que ha
llevado a los tribunales a parte de su rastra –los actuales gestores de la
plaza- para recuperar el control. Mientras tanto, la empresa ha ganado tiempo
presentando algunos avances de las combinaciones agosteñas y un único cartel cerrado:
el de la vuelta de los ‘cuadris’ a la capital choquera para ser estoqueados por
El Cid, Escribano y Rafa Serna. El elenco de matadores contaría con los nombres
de Roca Rey, Pablo Aguado, David de Miranda, Miguel Ángel Perera o El Juli. Los
carteles, que este año incluirían una tercera corrida de toros, no tardarán en
salir. La guerra en los despachos y los tribunales, eso parece, continuará. Nos
hablamos en una semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario