Castella,
Talavante y Roca Rey, nombres estelares de San Isidro 2016. *** Los tres forman
terna el 13 de mayo, con toros de Cuvillo, en una de las mejores corridas de la
feria. Treinta y un días seguidos de toros en Madrid. Ausencia voluntaria de
Morante. Cuarenta y cinco matadores de toros en nómina.
BARQUERITO
SEBASTIÁN CASTELLA, anunciado en tres de las veintidós
corridas del abono de primavera y en la Corrida de la Beneficencia también, es
en teoría el torero primado y puntal de la feria de San Isidro, que arranca en
este primer viernes de mayo y concluye el primer domingo de junio. Triunfador
destacado de la edición 2015 de San Isidro, el torero de Beziers se ha aupado a
un puesto de privilegio: el de mandar en Madrid.
Mandar supone elegir corridas, fechas y carteles.
El 13 de mayo, toros de Cuvillo, con Talavante y la confirmación de alternativa
de Roca Rey. El 20 de mayo, toros de Alcurrucén, con El Juli y la confirmación
de alternativa de José Garrido. El 30 de mayo, toros de Adolfo Martín, con
Rafaelillo y Manuel Escribano. El 1 de junio, la Beneficencia, toros de
Victoriano del Río, con Manzanares y López Simón. De modo que está apuntado a
hierros de tres encastes distintos: Tamarón-Domecq, Núñez y Albaserrada.
Anunciado con los dos toreros de más tirón en Madrid: El Juli y Talavante, y
solo ellos dos porque Morante ha renunciado a torear este año en las Ventas. Y
desafiándose con los tres jóvenes de más brillante expediente: el madrileño
López Simón, el extremeño José Garrido y el peruano Andrés Roca Rey. Retado por
dos fajadores relevantes: Rafaelillo y Manuel Escribano. Y, en fin, en la
compañía de un torero como Manzanares tan discutido en Madrid, y, por tanto,
polémico a su pesar.
A eso se le solía llamar en su día defender el
trono. De haberse podido anunciar Castella con el propio Morante, o con Miguel
Ángel Perera, la disputa de la corona habría ganado en sustancia. Las rentas
del triunfo de hace un año en San Isidro han supuesto para Castella un
relanzamiento de carrera en el momento oportuno. Cumple ahora dieciséis años de
alternativa y la de Madrid ha pasado a ser su plaza. Donde más se le respeta.
Donde más se entrega y mejor torea.
Treinta y un días consecutivos de toros en Madrid,
veinticuatro corridas de toros en lidia ordinaria –las de Prensa y Beneficencia
integradas en la feria-, cuatro de rejones en otros tantos sábados y tres
novilladas en otros tantos lunes. La feria maratón. “Olimpiada del toreo”,
dijeron. El abono y la feria más largos del año taurino. Los que más dan pero
no los que más quitan porque el mercado taurino es de natural conservador,
atiende más a intereses adquiridos que a compromisos de futuro y confía más en la
experiencia que en la aventura. Los públicos de toros apenas se han renovado.
Castella |
Una de las ideas que más circulan es la de que
2016 está destinado a ser el año de la renovación y refresco de carteles para
dar paso o abrir hueco a los llamados toreros emergentes, que son unos cuantos.
No solo los tres invitados por Castella a su celebración –López Simón, Garrido
y Roca Rey- sino, además, y en diferentes nivel, los otros tres que confirman
alternativa en Madrid: el valenciano Román, torero original, distinto,
imaginativo en clásico; el extremeño Posada de Maravilla, de dinastía, artista
sensible; y el francés, de Arles, Juan Leal, vocacional, refinado émulo del
toreo ojedista de quietud y brazos. Además, los tres novilleros punteros del
escalafón que se despiden de su gremio el lunes 9 en las Ventas, los tres
juntos en el mismo cartel, y que tomarán la alternativa en Nimes el fin de
semana del 14 y 15 de mayo en tres funciones consecutivas: el toledano Álvaro
Lorenzo, el extremeño Ginés Marín y el castellonense Varea.
La prueba de la renovación más evidente: López
Simón y Roca Rey torean tres tardes de San Isidro cada uno. Por separado. Tres
tardes torea también Talavante, que es, entre las figuras mayores del abono, el
favorito. Por predilecto de la afición dura de Madrid, y no solo de la dura, y
porque, tras una campaña mexicana de felices rachas e inventos, parece
encontrarse en el punto más dulce y definido de su sólida carrera taurina en
progreso constante. Talavante les pone picante a los toreros que son carne,
clave y tuétano de la feria: El Juli, Perera, Diego Urdiales, Ponce –una sola
aparición probablemente estelar- y las tres novedades mayores.
Cuarenta y cinco matadores de toros en la nómina,
A tres tardes Manuel Escribano, fresco el indulto en Sevilla de un toro de
Victorino que cayó y pasó por sus manos el pasado 13 de abril. A dos, además de
El Juli, Urdiales, Perera y Garrido, una docena de matadores de pelaje y
trayectorias tan distintos como Rafaelillo, Paco Ureña, Juan Bautista, El Cid,
Iván Fandiño o David Mora, por citar solo una parte de ellos. Son veintitrés
los matadores anunciado a una sola tarde, que es una sola oportunidad.
Y el toro, que es en San Isidro la madre del
cordero. La última semana torista es sobre el papel tremenda: Baltasar Ibán,
Adolfo Martín, Saltillo, Cuadri, Victorino y Miura. Habrá que mejorar los
pobres resultados de las mismas citas toristas de 2015. La repesca de Saltillo
para la feria es la novedad más atractiva, la que con más curiosidad se espera.
Debutan en feria dos hierros muy particulares: Flor de Jara, santacolomas puros
de origen Buendía, propiedad del matador ya retirado Carlos Aragón Cancela,
ganadero serrano de Colmenar Viejo; y Robert Margé, el primer criador francés
anunciado en San Isidro, con sus toros de sangre predominante Santiago Domecq,
el más destacado de los ganaderos de su gremio y patria.
Es mayoría obligada el elenco de ganaderías del
tronco Domecq –gran favorito es Juan Pedro un año más- pero dobla corrida
Alcurrucén y tienen cabida las dos grandes ganaderías de línea Atanasio y/o
Lisardo de Salamanca: Valdefresno y Puerto de San Lorenzo. Habrá sorpresas. Sin
contar a José Tomás, ajeno al circuito por propia voluntad, una ausencia
forzosa por causa mayor: la de Antonio Ferrera, convaleciente todavía de una
lesión en el brazo sufrida hace casi un año en el coso balear de Muro. Para
toreros que en la preferia han toreado en Madrid bien de verdad –Curro Díaz,
David Galván- o en Sevilla –Pepe Moral-
el margen de espera de alguna posible sustitución.
Postdata
para los íntimos.- No llueve pero va a llover. Los toros embisten mejor
con lluvia. En primavera. En verano en la costa Atlántica. Y, si no, calor de
Linares o Almería en agosto. Cuarenta grados. Como los del Triple Seco o
algunas reservas de ron para armarse de valor en tragos difíciles. ¡Quién dijo
tragos...!. Treinta y una tardes seguidas en la dura piedra de cantera serrana.
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