viernes, 20 de mayo de 2016

Marruecos declara su última plaza de toros monumento histórico


Fatima Zohra Bouaziz

La emblemática plaza de toros de Tánger, una de las pocas que quedan en toda África y que fue construida durante el Protectorado, en 1949, ha sido clasificada por el Gobierno marroquí como monumento histórico nacional.

El coso taurino, que celebró su última corrida en octubre de 1970 con Manuel Benítez "El Cordobés", ha sido declarada monumento histórico por una decisión del Ministerio de Cultura, publicada en el Boletín Oficial. "Marruecos está llevando a cabo un proceso de reapropiación de su patrimonio", dijo hoy a Efe Mohamed Alaui, director de Patrimonio del Ministerio de Cultura.

El responsable marroquí subrayó que esta nueva decisión implica la imposibilidad de efectuar cualquier cambio en la morfología de un edificio declarado patrimonio nacional sin el consentimiento expreso del Ministerio de Cultura. Con el paso de los años, y tras la independencia de Marruecos en 1956, la plaza de toros de Tánger perdió primero al público de la tauromaquia y llegó a convertirse durante su vida posterior en un ring de boxeo, una sala de eventos artísticos y culturales, y hasta un centro de internamiento de inmigrantes subsaharianos en los años noventa.

En un artículo sobre los restos del patrimonio español en Marruecos, el historiador español Bernabé López García contó que la arena de Tánger fue un proyecto concebido por dos empresarios Jalid Raisuni y José Beneish, además del ingeniero Francisco Rodrigálvarez López.

La primera piedra se colocó en febrero de 1949, en la época del Protectorado (1912-1956) con representación entonces del Consulado de España y de la Administración Internacional que gobernaba en la ciudad de Tánger, y fue bendecida por el padre franciscano Buenaventura. La plaza se inauguró el 27 de agosto de 1950 con una corrida de "7 toros 7" en la que torearon Ángel Peralta, Agustín Parra "Parrita", José María Martorell y Manuel Calero "Calerito".

El edificio, que fue construido en la carretera de Tánger a Tetuán, tiene 11.000 localidades y formaba parte de un gran proyecto inmobiliario edificado entonces sobre una superficie de 18.500 metros cuadrados que incluía comercios, almacenes y viviendas económicas en el perímetro de la plaza. El coso taurino es actualmente propiedad del Ayuntamiento de Tánger que le fue cedido por un establecimiento bancario en 2003.

Numerosos tangerinos lamentan en la actualidad el estado degradado de la plaza de toros, pues a pesar de las reivindicaciones de la sociedad civil para restaurarla no se perfilan ninguna iniciativa en la actualidad visto su alto coste.

La plaza de toros de Tánger es la última que queda en Marruecos tras la desaparición de la arena de Casablanca, construida en los años veinte y que fue destruida en los años setenta, que según algunos historiadores, fue por órdenes del difunto rey Hasan II que estaba en contra de este espectáculo. También desapareció la plaza de toros de Alhucemas, inaugurada en los años cincuenta, cuando la ciudad se llamaba Villa Sanjurjo.

La plaza de toros de Tánger junto al gran teatro de Cervantes constituyen las marcas más emblemáticas del patrimonio histórico español que caracteriza la cosmopolita ciudad norteña donde hace ochenta años llegó a haber 40.000 residentes españoles. / EFE

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