Alejandro Talavante |
Los tres toreros que hicieron hoy el paseíllo en el día del
santo, San Isidro, en Las Ventas se marchaba de la plaza con claro gesto de
contrariedad y decepción por el poco fondo de la corrida de Juan Pedro Domecq,
los cuales echaron por la borda toda posibilidad de lucimiento.
El primer espada, Alejandro Talavante, confesaba
tajantemente que la corrida "no nos ha dejado exhibir, ni a mis compañeros
ni a mí, el peligro y la emoción que tiene el toreo". "Uno piensa en
otra cosa cuando se anuncia en San Isidro. Desde luego todo lo contrario a lo
que ha pasado hoy. Pero esta profesión es así, tan maravillosa a veces y tan
dura en otras. La corrida no ha tenido fondo para hacerle las cosas como se
requieren a aquí en Madrid; pero esto es lo que hay, cuando no puede ser, no
puede ser", señalaba Talavante.
El hasta el momento flamante triunfador de San Isidro, el
peruano Andrés Roca Rey, no pudo repetir el éxito cosechado el pasado viernes,
cuando salió a hombros, y no pudo porque, en esta ocasión, "los toros no
han acompañado". "Mi primero es verdad que tenía un buen pitón
derecho, pero le han faltado finales, y en el quinto, en cambio, sí que no ha
podido ser; se ha parado muy pronto, y aquí en Madrid necesitas un toro que se
mueva, para bien o para mal, pero que se mueva. Esperemos que los del martes 24
puedan ser los buenos de verdad", declaraba el peruano.
Finalmente, Posada de Maravillas era el único que salía de
la plaza "satisfecho" con su tarde de confirmación de alternativa en
Las Ventas, a pesar de que sus dos faenas fueran silenciadas. "Con estar
aquí en Madrid ya me daba con un canto en los dientes. El objetivo era llegar a
estar tarde y disfrutarla al máxima, y, aunque los toros no han ayudado
demasiado, creo que se ha visto la actitud con la que venía, No tengo prisa en
mi carrera, sé que haciendo las cosas como las estoy haciendo al final sé que
empezaré a funcionar", manifestaba finalmente el joven extremeño. / EFE
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