Juan de Castilla |
JAVIER
LÓPEZ
El novillero colombiano Juan de Castilla fue el
protagonista de la tarde de hoy en Las Ventas, primero por el hecho de quedarse
sólo con cuatro novillos debido a los percances de sus dos compañeros, y
después por lograr una oreja de peso tras imponerse a un encierro de El
Montecillo de lo más complicado.
"La tarde salió complicada casi desde que
salió el primer novillo, pero al final pude cortar una oreja de este último
novillo, y eso que no era nada fácil. Al final tanta dureza ha tenido su
recompensa, ahora sólo queda que este paso por Madrid me valga para que de aquí
en adelante las cosas caminen un poco mejor", manifestaba De Castilla a
Efe al finalizar el festejo.
La tarde fue cuesta arriba casi desde el momento
en el que Filberto pasaba las de Caín con el primero, con el que cayó
gravemente lesionado en una mano a entrar a matar; y más dura se puso todavía
cuando Luis David Adame caía también herido después de estar soberbio con el
tercero, al que cortó una oreja.
Las cosas no salieron como uno espera. Los
percances de mis dos compañeros habían ensombrecido una tarde en la que no me
tocaba otra que arrear, apretar, exponer y dar todo de mí, porque esto es
Madrid y la oportunidad que se me ponía por delante era clave en mi
carrera", confesaba.
Y, lejos de pesarle como una losa, este joven
novillero colombiano sorprendió por el sitio que pisa, el valor que atesora, lo
bien que trata de hacer las cosas, y lo mucho que tuvo que tragar para
solventar una papeleta complicada como pocas.
"En mi cabeza nunca sentí la presión que, a
lo mejor, debería haber sentido cuando me quedaban por delante tres novillos,
además del que ya había matado. Estaba dispuesto y preparado a lo que fuera,
como si me hubiera tocado matar los seis, con permiso de mis compañeros",
aseguraba también el de Medellín.
Y eso que el ganado no salió, precisamente, apto
para el triunfo, ni mucho menos. El sexteto al completo de El Montecillo,
grande y de lo más ofensivo, desarrolló tremendas complicaciones, muy bruto,
muy áspero y a la defensiva, orientándose también a medida que avanzaban su
lidia.
"La novillada no fue la que uno sueña para
venir a Madrid. Pero esta es la plaza de los sueños, y, aunque no salga el
novillo que embiste, hay que estar preparado y capacitado para dar la cara en
cualquier circunstancia", reconocía.
"Por eso me voy contento -continuaba- porque
creo que mi actitud, mi entrega y mi compromiso ha calado en la afición, aunque
mi objetivo era el de salir por aquella puerta (mirando de reojo la Puerta
Grande), esa es la espinita que me llevo, pero ojalá vuelva pronto y pueda
rematar lo que hoy he dejado a medias", finalizaba De Castilla.
Los otros dos novilleros anunciados en un primer
momento, Filiberto y el mexicano Luis David Adame -que cortó una oreja también
importante- pudieron hacer declaraciones al término del festejo, ya que por
entonces se ya encontraban de camino en ambulancia al hospital San Francisco de
Asís, de Madrid, donde ambos deben quedar ingresados. / EFE
Enhorabuena por ese paisano americano y hermano colombiano, nos causa alegría cuando triunfan nuestros toreros latinoamericanos, adelante a completar la faena para salir por ese anhelada puerta grande de la calle de Alcala.Oscar Sánchez Campos cronista taurino venezolano.
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