César Valencia sufrió duro percance que le mantendra alejado varias semanas de los ruedos |
ANDRE VIARD
El diestro Domingo López Chaves cortó hoy la única oreja de
una brava y encastada corrida de Valdellán, hoy en la ciudad francesa de
Vic-Fezensac, una tarde en la que la cruz la representó el venezolano César
Valencia, que sufrió una fuerte cornada por el sexto toro.
Muy por encima de sus compañeros se mostró Lopez Chaves,
perfecto en su papel de jefe de lidia y de lidiador. Entendió a la perfección
al primero, un buen toro, bravo en el caballo, con fijeza y movilidad, con el
único defecto de no humillar siempre hasta el final.
El salmantino le dio mucha ventaja antes de buscarle las
vueltas y cortó la única oreja de la tarde. No pudo redondear, sin embargo, con
su segundo López Chaves, al pararse muy pronto.
Venegas, que pasó casi de puntillas con su primer toro, entendió
tarde al buen y encastado quinto, pero le dio entonces tres tandas meritorias
que le valieron una fuerte petición no atendida por la presidencia.
El bravo y encastado sexto desbordó al venezolano César
Valencia en el capote, luciéndose después en varas, y, a pesar de la voluntad
del torero, se hizo dueño del ruedo. Al final ocurrió lo que se presentía, es
decir: cogió al matador y le propinó una cornada en el suelo. / EFE
FICHA DEL FESTEJO
Toros de Valdellán, sin
exceso de peso, aunque con trapío más que suficientes y de astifinas defensas,
bravos y encastados, de interesante comportamiento en conjunto.
Domingo López Chaves, oreja, silencio y silencio en el que mató
por César Valencia.
José Carlos Venegas, silencio y vuelta al ruedo tras petición.
El venezolano César Valencia,
silencio en el único que mató.
En la enfermería fue revisado el venezolano César Valencia de una cornada de tres trayectorias, de 10
centímetros aproximadamente cada una, en la corva derecha, con importante daño
costal que produce neumotórax, informa a Efe el doctor Claude Giraud.
Pronóstico reservado. Trasladado al hospital de Eauze para ser sometido a un
estudio en profundidad.
La plaza rozó el lleno en los tendidos.
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