lunes, 25 de marzo de 2019

OBSERVATORIO TAURINO: De Madrid a Morón

El famoso bombo de San Isidro ha quedado en evidencia después del percance de Enrique Ponce, única figura que –con Roca Rey- había aceptado la rifa de toreros y ganaderías. Casas se ha visto obligado a llamar, pagar y dejar a escoger a El Juli. Roca Rey echa humo...
 
ÁLVARO R. DEL MORAL
@ardelmoral 
Diario de Sevilla

La feria de San Isidro ya está en la calle. Casas y los suyos los presentaron en una gala, celebrada en la propia plaza de Las Ventas, en la que no faltó el apoyo y el aliento del viejo rey Juan Carlos, la duquesa de Lugo y hasta sus hijos Felipe y Victoria, aficionados nómadas por todas las plazas de la piel de toro. Son 34 funciones seguidas en las que, como en botica, hay de todo. 
Pero los carteles tuvieron que ser rehechos deprisa y corriendo por la inevitable ausencia de Enrique Ponce, que sufre una tripe fractura de ligamentos que le tendrá bastante tiempo en el dique seco. La dimensión de la lesión de Ponce era una certeza desde el mismo momento en el que cayó, con la pierna desmadejada, en la cara del toro de Matilla que le hirió en Fallas. El doctor Villamor certificó lo que todo el mundo barruntaba. Al maestro valenciano le queda un largo trecho para poder volver a enfundarse el traje de luces. Mientras tanto, Casas y su tropa se había apresurado a airear un abracadante acuerdo con Victoriano Valencia, apoderado de Enrique, en el que se seguía vinculando su nombre con la cartelería madrileña que estaba a punto de presentarse. ¿Quería ganar tiempo? Puede ser... Sin solución de continuidad se marcó el número de teléfono de Luis Manuel Lozano, apoderado de El Juli. Hay que recordar que el precoz maestro madrileño se había pasado el bombo de monsieur Casas por el forro de... la montera. Exigía un dinero concreto, no entrar en el demagógico sorteo y escoger compañeros y ganaderías. Nada nuevo en el toreo. Las primeras figuras piden y el empresario valora la oportunidad de dar después de echar sus cuentas. Pero hay que seguir tirando de la moviola: Roca Rey sí había aceptado entrar en esa rifa que le ha puesto en el compromiso de estoquear una corrida que, a priori, no entraba en los planes de su equipo. Es la de Adolfo Martín. El joven paladín peruano era, con Ponce, la única figura que había aceptado el numerito de las bolas sabiendo que Morante, Manzanares y El Juli no iban a pasar por la piedra del francés. Pero en el toreo todo es imprevisible y la lesión de Ponce cambió el escenario, dejando en pelota picada un abono interminable en el que sobran nombres del montón y faltan verdaderas figuras. Ésa es la verdad. En esa tesitura, al locuaz productor francés sólo le quedaba una opción: bajarse los pantalones hasta las corvas y pedirle a El Juli que el trance fuera rápido. Le ha pagado una pasta. Seguramente más de lo que habría aceptado en unas negociaciones normales. Y ha escogido toreros y ganaderías para dar lustre a una feria en la que, en principio, no se contaba. Cuentan que el cabreo cósmico de Roca Rey, que brilló por su ausencia en la presentación de los carteles, se sintió hasta en Lima. Pues normal...

De la lesión de un gran maestro

Pero al hilo de la lesión de Enrique Ponce surgen otras reflexiones. El gran maestro valenciano, que ha elevado el techo de su carrera temporada a temporada, debería tomar nota de este accidente que llega en un momento en el que no tiene que demostrar nada. Ya había apurado la temporada anterior y la campaña americana arrastrando un ligamento dañado que, finalmente, ha desembocado en esta tremenda lesión que le ha sacado de un plumazo del tablero de juego. Ponce es el único dueño de su destino y su impresionante trayectoria no necesita de demasiados consejos. Pero el destino también envía avisos. Enrique lo ha conseguido todo en el toreo. Su caso es único y no tiene parangón. Ha logrado estar tres décadas al máximo nivel sin abdicar, ni una sola campaña, de su condición de primera figura. Ha visto pasar por delante de su puerta a no pocos pretendientes que ahora riegan las macetas de su balcón con los trajes de torear guardados en el armario... La dureza más tremenda del toreo puede aparecer cualquier día y con cualquier toro, en cualquier rincón, en cualquier ruedo menor de la inmensa piel de toro. ¿Merece la pena seguir? Pues sólo él lo sabe...

Y algunas cositas más...

Y vamos recogiendo los bártulos por esta semana pero antes tenemos que recordar que la oferta editorial se ha enriquecido con un nuevo e interesante libro de toros. Lo ha escrito un excelente aficionado que –degenerando, como el banderillero de Belmonte- ha llegado a magistrado de los tribunales. El juez Antonio Rodríguez Castilla es el autor de ‘En defensa de la Tauromaquia’, un libro justo y necesario editado por Almuzara que fue presentado días atrás en el cordobés Círculo de la Amistad. Este Observatorio anduvo por allí tomando buena nota de todo. El escritor y los editores prometen traerlo a Sevilla. Ya se lo contaremos. Por cierto, esta atalaya semanal inició su particular temporada en Morón de la Frontera. Para qué vamos a engañarnos: el cartel de la reaparición de Jesulín tomó un aliciente inesperado con la entrada de Pablo Aguado, que sustituía al lesionado Ponce. El matador sevillano no defraudó las expectativas. Su papel está cada vez más cotizado...

Parafernalia taurina para la pretemporada

El comienzo de la primavera taurino vuelve a animarse. La empresa Pagés impulsará de nuevo una serie de actividades destinadas a la promoción y difusión de la Fiesta en la ciudad. Lo hará de dos maneras distintas antes de que la corrida del próximo Domingo de Resurrección dé el definitivo pistoletazo de salida a la temporada. Este año se han organizado sendas visitas a las ganaderías de La Palmosilla (el sábado 6 abril) y Soto de la Fuente (el día 13 de abril). Como en años anteriores, un autobús llevará a un grupo de unas 60 personas que habrán sido seleccionadas previamente por sorteo a las fincas en cuestión para que puedan contemplar los toros en el campo y asistir a un tentadero, sirviéndose a continuación un almuerzo campero.

Otra de las actividades previstas, convertida en un clásico, será el Taller de Tauromaquia para escolares organizado en el mismísimo ruedo de la Maestranza el día 25 de abril. Al día siguiente llegará la tradicional Jornada de Puertas Abiertas en la Maestranza, a la que puede asistir todo aquel que lo desee. Será el viernes 26 de abril a las seis de la tarde. Todos los que participen pueden torear de salón y aprender los principios básicos del toreo en una actividad en la que colabora el equipo del torero Eduardo Dávila Miura. El año pasado contó con una asistencia masiva, protagonizada por un público familiar, llegando a contabilizarse más de 5.000 personas en el ruedo del coso sevillano. En ambos encuentros predomina un sentido didáctico y participativo, ya que los asistentes podrán experimentar las sensaciones del toreo manejando capotes y muletas, colocando banderillas y hasta subiendo a un caballo de picar.

Nuevo ‘Mano a Mano’ en Cajasol

Pero las organizadas por la empresa Pagés no serán las únicas actividades que servirán para calentar la pretemporada taurina. El salón de actos de la fundación Cajasol acogerá el martes 2 de abril una nueva edición –la número 54- de los ‘Mano a Mano’ que abordará el tema de 'El toro y la antropología' . Los protagonistas del encuentro serán el torero Diego Urdiales y el antropólogo francés François Zumbiehl bajo la moderación habitual del periodista y director de la agencia Toromedia, José Enrique Moreno.

Diego Urdiales, un torero de culto que se prodiga poco en los ruedos, cumple 20 años de alternativa en 2019. Está reciente su gran triunfo en la última feria de Otoño madrileña y su nombre ya cuelga de uno de los carteles más atractivos de la próxima Feria de Sevilla.

François Zumbiehl, por su parte, lleva mucho tiempo observando y escribiendo de toros. Es doctor en Antropología por la Universidad de Burdeos y Catedrático de Letras Clásicas, pero ante todo un gran aficionado a la Tauromaquia y un apasionado de su estudio y defensa. En la actualidad es Vicepresidente del Observatorio francés de las Culturas Taurinas y tiene publicados libros de temática taurina como 'El torero y su sombra', 'La voz del toro' y el 'Discurso de la corrida', entre otros.

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