Andy Cartagena corta una oreja y
el palco le niega otra del cuarto.
SALVADOR FERRER
@salvaferrer78
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Diario EL MUNDO de Castellón
Foto: EFE
Para el lunes de Magdalena, festivo en la capital de La
Plana, se programó el tradicional festejo de rejones con una máxima figura del
toreo a caballo, Diego Ventura, una figura consolidada como Andy Cartagena y la
joven rejoneadora Lea Vicens, con cinco años de alternativa. Dos tercios de
entrada.
El primer murube de Andy tuvo escaso celo y justo el nivel
de raza. Un rejón de castigo ya lo mermó considerablemente. Lo enceló de salida
con notable temple. Suavidad en las riendas y en los trancos de toro y caballo.
Una banderilla ajustada en el embroque y varias piruetas caldearon el ambiente.
El mal uso del rejón de muerte enfrió todo.
En una baldosa paró Cartagena al cuarto toro. Como a cámara
lenta, reducidos los espacios. Cadencia y temple a caballo. Antes de clavar en
todo lo alto un par a dos manos, dejó tres banderillas. Las elevadas levantaron
los ánimos del respetable. La puesta en escena influye mucho en los festejos de
rejones, los alardes, los recursos. Con fuerza pidieron la segunda oreja para
el caballero de Benidorm, que dio una clamorosa vuelta al ruedo. El palco,
abroncado, no consideró conceder el segundo trofeo.
El primer bohórquez de Ventura salió con pies, alegre,
codicioso. Cumbre la vuelta al ruedo a dos pistas, vibrante y comprometida.
Soberbia una banderilla, de frente, enfrontilado, en corto, milimétrica... Las
tres rosas clavadas en una "perra gorda". Dominio absoluto de los
terrenos, las distancias. Abrumadora la facilidad. Paseó un apéndice.
Sin clavar, hubo un quiebro de Ventura inverosímil en el
quinto. Luego, clavó una banderilla dejando venir al toro hasta un embroque
ajustado, preciso y perfecto. Ventura salió como espoleado tras la actuación de
Andy Cartagena. A las figuras, a pie o a caballo, no les gusta empatar ni a las
chapas. En el epílogo de una faena magistral, clavó otra banderilla citando a
tres metros. Un quiebro de superior pureza. Luego vino un par a dos manos sin
cabezada. Espectacular, como en Valencia. La doma natural, la sincronización
perfecta entre caballero y caballo. Rejonazo y oreja.
Dos rejones de castigo clavó Lea Vicens al tercero. Con
"Diluvio" tuvo que emplearse en sacar de la querencia al toro,
acobardado quizá por un castigo excesivo. Las banderillas cayeron bajas con el
toro ya bajo mínimos.
Ante el sexto, otros dos rejones de castigo mermaron mucho
las fuerzas del de Bohórquez, que acabó aquerenciado en tablas. Faltó precisión
en la labor de Lea Vicens.
FICHA DEL FESTEJO
Se lidiaron seis toros de Fermín
Bohórquez, correctamente presentados, de escaso juego. Desrazado el 1,
codicioso el 2, a menos el encastado 3, noble el 4, bueno el 5, manso el 6.
Andy Cartagena, cuatro pinchazos y rejón. Ovación. En el
cuarto, rejón trasero. Oreja con fuerte petición de la segunda.
Diego Ventura, pinchazo y rejonazo. Oreja. En el quinto,
rejón y descabello. Oreja.
Lea Vicens, pinchazo y rejón. Ovación. En el sexto,
rejón caído y trasero. Silencio.
Plaza de toros de Castellón. Lunes, 25 de marzo de 2019. Corrida de
rejones. Segunda de abono. Dos tercios de entrada.
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