PACO AGUADO
El grave percance sufrido por el
veterano diestro Enrique Ponce acabó marcando, para mal, la ya de por sí
desangelada y fría corrida de la víspera del día de San José, celebrada este
lunes en la plaza de toros de Valencia (este).
Al acabar la corrida, Ponce estaba
siendo intervenido en la enfermería de la plaza de una cornada en el muslo
izquierdo para a continuación ser trasladado a un centro hospitalario para
diagnosticar el alcance de otra lesión, en la rodilla izquierda, que era la
mayor preocupación de los médicos.
Hasta que el valenciano resultó
herido por el quinto, la tarde transcurría por caminos de escasa trascendencia,
solo alterados por los tibios triunfos del propio Ponce y del rejoneador Diego
Ventura, que pasearon sendas orejas de poco peso a los toros segundo y cuarto.
La faena de Ponce a ese quinto, de
la divisa de Olga Jiménez, caldeó algo más los ánimos, pues el animal tuvo más
movilidad y transmisión que los anteriores y Ponce estaba aprovechando para
muletearlo de manera vistosa hasta que, al quedarse descolocado para un pase de
pecho, resultó prendido por la pierna izquierda y lanzado a gran altura.
Pero peor impresión causó aún su
manera de caer sobre la arena, con la pierna izquierda separada del cuerpo y la
rodilla doblada, con la sensación inmediata de había podido producirse la grave
lesión temida por los médicos. Y aún pudo dar suerte el torero de que se salvó
de varios de los secos gañafones que le soltó el toro cuando yacía inerme sobre
la arena, antes de que sus banderilleros llegaran al quite y las asistencias
posteriormente le condujeran en volandas a la enfermería.
Ponce, que vestía por primera vez en
su carrera un traje blanco bordado en azabache, colores con los que quiso
homenajear al Valencia Club de Fútbol en el día de su centenario, intentaba
doblar con el quinto el premio que se había llevado del primero de su lote, un
toro manejable al que muleteó con cierta espesura en un trabajo muy dilatado y
rematado con una estocada baja.
El otro trofeo de la tarde fue para
el rejoneador Diego Ventura, no en la apertura de plaza, sino del toro de Los
Espartales lidiado en cuarto lugar.
No estuvo cómodo el jinete sevillano
con aquel, que apenas humilló, en un trabajo rápido y tan frío como la tarde y
como la primera parte de su propia faena al gazapón y luego aplomado cuarto.
Fue ya a final de obra, cuando Ventura le puso más calor al empeño y, sobre
todo en un par a dos manos sin llevar del cabezal a su caballo
"Dólar", cuando llegó lo suficiente a los tendidos para que le
pidieran el trofeo.
El otro espada del cartel, el joven
Toñete, sumaba su primera corrida en España tras tomar la alternativa el pasado
mes de septiembre en la plaza francesa de Nimes, de manos precisamente de
Enrique Ponce. Aunque su lote, sin ser de claras opciones, no tampoco tuvo
excesivas complicaciones, al nuevo matador, por mucha voluntad que pusiera, se
le notaron todas esas lógicas carencias técnicas y artísticas que hicieron poco
entendible y justificada su inclusión en una feria y en una tarde como estas.
FICHA DEL FESTEJO
Dos toros, despuntados para
rejones, de Los Espartales (1º y
4º), de correcta presencia y bajos de raza; y, para lidia ordinaria, tres de Olga Jiménez, desiguales de cuajo, con
aparato en las cabezas y de juego manejable, y uno de Parladé (3º), vareado y de escaso fondo.
Diego Ventura: cuatro pinchazos, medio rejón y dos descabellos (silencio); pinchazo,
rejonazo contrario y descabello (oreja).
Enrique Ponce, de blanco y azabache: estocada baja (oreja), en el único que mató.
Toñete, de lila y oro: estocada delantera atravesada (silencio); media
estocada trasera atravesada y descabello (silencio), en el que mató por Ponce;
y pinchazo y cuatro descabellos (silencio).
Ponce fue atendido en la enfermería de una cornada en la parte posterior del
muslo izquierdo, para ser trasladado después a un centro hospitalario donde se
diagnosticara una aparentemente grave lesión en la rodilla izquierda.
Noveno festejo (séptima corrida)
de la feria de Fallas de Valencia, con menos de tres cuartos de entrada (unos
7.500 espectadores), en tarde fría. / EFE
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