miércoles, 13 de marzo de 2019

FERIA DE FALLAS – SEGUNDA NOVILLADA - Oreja para Borja Collado, corneado como San Román

PACO AGUADO

La oreja que el novillero local Borja Collado le cortó al quinto de la tarde y las cornadas, de menor gravedad, que sufrieron tanto él como el mexicano Diego San Román resumen los pros y los contras de la segunda novillada de las Fallas celebrada este martes en Valencia (este).

Pero hubo bastantes más detalles de interés en este festejo azaroso y accidentado del ciclo fallero, pues, más allá de la estadística y de los partes médicos, el buen toreo se hizo presente en varios momentos, a pesar de la falta de raza y de clase de la basta novillada de El Parralejo.

Por ejemplo, trascendió la faena de muleta de San Román, que asentó a plomo las zapatillas sobre la arena para aguantar y llevar muy toreadas las oleadas de un primer novillo bravucón que se quedó prácticamente sin picar. Valiente de verdad, el mexicano puso todo de su parte para someter y gobernar a un ejemplar engañoso que denotó su verdadero fondo de manso al colarse y soltar cabezazos cuanto más le sometía el novillero. Fue en una de esas cuando el animal se le fue directamente al cuerpo y, sin derribarle, le propinó un seco y certero pitonazo a la altura del gemelo derecho, del que el azteca San Román, sin ninguna teatralidad, no se dejó atender hasta darle muerte, dejando así de nuevo en esta plaza la imagen de torero más que prometedor.

Y si también fue estimable la labor de Collado con el quinto, del que se llevó la única oreja de la tarde, más aún lo fue la soltura con que se manejó con el capote durante toda la tarde, algo que no es habitual en los novilleros actuales.

El valenciano, que se presentaba con picadores en su ciudad, movió con precisión, criterio y temple la capa, tanto en las verónicas con las que meció en los vuelos la embestida de su primero, como en el acompasado galleo por chicuelinas con que lo llevó al caballo. Y, para confirmarlo, lo hizo también en los variados quites en los que intervino, todos pausados y ajustados, e incluso en las largas cambiadas, en el tercio y a portagayola, con que recibió a los dos del lote.

Tuvo Collado la mala suerte de que su primero, que pareció el más potable, se partiera la mano derecha en un pase cambiado al inicio de la faena de muleta, pero supo remontar con el quinto, un novillo rajado al que acertó a sujetar con facilidad para aprovechar muy compuesto los pocos resquicios que le ofreció. En cambio, la suerte le compensó, para bien, en la espeluznante cogida que sufrió al entrar a matar cuando el novillo le prendió por la ingle y le campaneó del pitón derecho con la sensación de haberle inferido una cornada mucho más grave de lo que finalmente resultó.

También se presentó con picadores en su tierra Miguel Senent, “Miguelito”, que, finalmente, por el percance de San Román, tuvo que estoquear tres novillos. Y lo hizo con desigual acierto, ya que se fue centrando y asentando más a medida que avanzaba el festejo.

FICHA DEL FESTEJO

Seis novillos de El Parralejo, de muy desigual presentación, con varios ejemplares de bastas hechuras frente a otros de trapío más armónico. Al conjunto le faltó raza y clase, hasta el punto de que algunos se rajaron y otros tuvieron un temperamento de bravucones pero con poca entrega. El tercero se inutilizó al partirse una pata en el inicio de la faena de muleta.

Diego San Román, de gris perla y oro: tres pinchazos hondos, estocada y descabello (un aviso y ovación antes de pasar a la enfermería).
Miguelito, de carmín y oro: pinchazo y estocada caída delantera (vuelta al ruedo por su cuenta tras leve petición de oreja); cuatro pinchazos y descabello (silencio tras aviso); y pinchazo y media estocada desprendida (ovación tras petición insuficiente), en el que mató por San Román.
Borja Collado, de cereza y oro: pinchazo y estocada baja (silencio); estocada delantera atravesada (oreja).

INCIDENCIAS: Diego San Román fue atendido en la enfermería de una cornada superficial de dos trayectorias en la parte interna del gemelo derecho, de pronóstico reservado. Y Borja Collado de una cornada envainada a la altura de la ingle, que, en una primera estimación no revistió mayor gravedad.

Entre las cuadrillas, José Arévalo y Raúl Martí saludaron tras banderillear a 3º y 5º.

Tercer festejo de abono de la feria de Fallas, con algo menos de un cuarto de entrada (unos 2.500 espectadores), en tarde de viento racheado. / EFE

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