A propósito de su “llorada” ausencia
del serial isidril madrileño.
Ante la ausencia de información
taurina escrita debido a la desaparición de importantes medios en todo el país,
las redes sociales, páginas web, etc., juegan el papel informativo, muchas
veces distorsionado por afanes de protagonismo.
Jesús Ramírez
"El Tato"
Tras la ausencia de Jesús Enrique Colombo en los carteles de
la Feria de San Isidro 2019, brotan como agua de manantial diversos comentarios
y hasta sugieren hashtag, -como si se tratara del Festival de Viña del Mar-
protestando por la supuesta exclusión del joven torero venezolano, cuando nunca
fue anunciado; por lo tanto no fue excluido, no lo sacaron, sino que a lo mejor
no se dio el golpe de mesa en el despacho de la empresa de Madrid para que el
valeroso espada figurara en la más importante y larga feria taurina del mundo,
donde por cierto el pasado año tuvo doble participación sin cortar orejas.
A lo mejor para muchos panegiristas y admiradores, el caso
es inaudito; pero, lamentablemente la historia del toreo está llena de hechos
similares. Ocurrió con César Rincón hasta que rompió los cerrojos y candados de
la Puerta Grande de Las Ventas; a David Castro "Luguillano" lograron
aburrirlo dejándolo fuera de la feria de Valladolid varias veces; igual Juan
Serrano "Finito" en su Córdoba del florido mayo o José Miguel Arroyo
"Joselito", vetado en Madrid por los Lozano, empresarios de entonces
del coso venteño.
Y qué añadir de César y Curro Girón que mordieron ese polvo
indignante en varios cosos de Europa; y por estos predios nos acordamos de las
veces que "Morenito de Maracay" en su mejor momento, se quedó fuera
de la feria de Mérida, como Erick Cortéz después de cortar las orejas a un gran
toro de "La Cruz de Hierro" de 620 kilos, el de mayor peso lidiado en
nuestras plazas; y cuántos toreros andinos llenos de méritos entrenan y se
preparan para sus ferias anuales y luego quedan por fuera…?
Entonces la ausencia este año de JE Colombo en Madrid, no
debe ser motivo de tragedia, llanto o frustración para nadie. ¡¡¡Eso es casi normal en el toreo!!! No
es nada novedoso una ausencia en Madrid para un torero, pero la dignidad debe
superar el mutis de la ausencia.
En España, señores, nadie ha dicho que quiere ver a JE
Colombo en los carteles isidriles y a lo mejor su invisible apoderado no tocó
las puertas de la empresa por estar ocupado en otros menesteres.
Actualmente hay una fila de grandes toreros administrados
por apoderados que son socios en importantes plazas y hasta en ganaderías de
primera. Además hay toreros emergentes de calidad que se están abriendo paso
con éxitos y triunfos continuos; en este circuito esta Colombo como la nueva
savia que da frescor a los carteles.
Todos sabemos de lo que es capaz Jesús Enrique vestido de
luces; lo importante es que la dignidad permanezca intacta y reluzca el profesionalismo.
En el difícil arte del toreo hay que saber esperar y madurar con el tiempo para
sacar de todo esto, la experiencia que solvente con sereno magisterio los
frenazos de un toro cerca de la esclavina.
Colombo es un torero joven, una gran promesa con el toreo en
la cabeza que puede ser figura si no abandona el camino de la lucha; además no
necesita ensancharse las bandas de los bordados de la taleguilla para disimular
la grasa del tiempo, porque está en plena forma física. Su toreo artístico
tiene impregnado la facilidad asimétrica de los tentaderos; su forma de torear
no es para las minorías que generalmente se sitúan en el callejón, porque de
novillero dio la vuelta a España y Francia con triunfos convincentes en plazas
de primera hasta llegar a liderar el escalafón español, algo que se dice fácil,
pero….
La prisa y desesperación deben estar fuera del esportón,
fuera de la habitación del torero y de su entorno. Ahora... disciplina y más
ganas ante la erosión que pueda causar la ausencia de Madrid. No debe haber
prisa porque el toreo es lento, lo que debe prevalecer es la confianza y
paciencia, porque el toreo es luz y sombra. Además, Madrid a tan corta edad
profesional, no le va a abrir un juicio sumario a alguien que tal vez no tiene
culpa de nada, aunque sí sabe lo que está ocurriendo.
Alguien dijo...Ningún mar en calma hace experimentado al
marinero.
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