lunes, 4 de marzo de 2019

TEMPORADA EN GUADALAJARA - Ponce no convence y El Conde abre la puerta grande

BORJA ILIÁN
Fotos: EFE- Francisco 

La cuarta corrida de aniversario de la plaza Nuevo Progreso cerró la temporada en la ciudad mexicana de Guadalajara con la puerta grande del torero mexicano Alfredo Ríos, alias el Conde, y la decepción del español Enrique Ponce. Mientras que El Conde cortó dos orejas a su segundo toro de la tarde, el español Enrique Ponce y el torero mexicano Joselito Adame no cortaron ningún apéndice. Los toros de los Encinos fueron pobres de fuerza y presentación y los del Jaral de Peñas bien armados y encastados. La plaza registró tres cuartos de entrada.

Volvía Enrique Ponce tras su polémica comparecencia del pasado noviembre, pero la bronca de gran parte del público le acompañó casi desde el principio de la primera faena de la tarde. Su primer toro, de la ganadería de Los Encinos, muy repetidor pero sin casta y que se quedaba a medio viaje, no permitió la lidia que buscaba el valenciano. El animal fue desarrollando peligro debido a la lidia sin mando y a la distancia del valenciano, además de la mansedumbre del bovino. Por su mala faena pronto surgieron las protestas contra el torero. Cayó el animal de media estocada y finalizó el matador oyendo algunos pitos.
 
Su segundo toro de la tarde saltó al ruedo generando la queja mayoritaria y sonora de los asistentes que consideraban anovillado al de Jaral de Peñas. Pero pronto la bronca se trasladó al quehacer con la muleta de Ponce, que de manera desafiante brindó el toro al público. La faena del torero no dejó ni una sola tanda completa, dedicándose a dar pases sueltos a pesar de la indudable casta del toro. De esta manera, volvió a torear Ponce a distancia y con el pico, salvo en adornos, hacia dentro. Y pretendió hacer de ella la esencia de la faena. Otra estocada caída y una leve petición de oreja que encendió a la mayoría de los presentes.

Pesó mucho el escándalo por la presentación de los toros de su anterior comparecencia en noviembre pasado. Cuando en los tendidos se acusó al valenciano de haber rechazado una corrida de Jaral de Peñas y propiciar la presencia de los toros de Bernaldo de Quirós, que resultaron sospechosos de estar afeitados.

En el primer toro de Enrique Ponce resultó herido el banderillero Gustavo Campos, quien al intentar poner un par de banderillas recibió una cornada en el muslo interno. Y a pesar de que volvió para continuar su labor en el cuarto de la tarde, tuvo que ser operado horas después debido a la cornada recibida.
 
Por su parte, El Conde se despedía de su plaza y cortó dos orejas al quinto de la tarde. La faena, muy apoyada por sus paisanos, resultó emotiva pero siempre en paralelo y sin acabar de ligar en las tandas. Con unos engaños al animal en circular conectó definitivamente con los tendidos. La estocada, que no requirió puntilla, convenció al juez de plaza que antes de que el animal acabase de caer ya aseguraba con gestos las dos orejas. Puerta grande y adiós para el Conde, al que cortó la coleta Juan Antonio Ruiz "Espartaco". El toro de Los Encinos, que a pesar de la micro vara se caían en cuanto el torero le bajaba la mano, se fue del albero en un incomprensible arrastre lento.

La tarde se cerró con el mejor toro. Un animal de Jaral de Peñas que embestía con codicia la muleta de Joselito Adame. El torero de Aguascalientes, que nada pudo hacer con su primero, al que mató de una gran estocada, toreó por "zapopinas" con el capote y ligó tandas con la zapatilla de apoyo quieta en la arena, pero sin lograr rematarlas, viéndose desbordado por el animal. Necesitó de descabello y se fue entre palmas.
Finalizó el festejo con la puerta grande abierta para El Conde y con un calor impropio de estas fechas en Guadalajara, que se volcó con su torero. / EFE

No hay comentarios:

Publicar un comentario