Una torcida tarde por la debacle
ganadera de María Cascón: hasta nueve novillos saltaron al ruedo. Fernando
Flores dio una vuelta al anillo tras la petición de oreja desatendida.
GONZALO I. BIENVENIDA
@GonIzdoBienve
@GonIzdoBienve
Diario EL MUNDO de Madrid
El desierto de agosto llegó a Madrid por el mundial. Ni Blas
en sus calles ni en su plaza. Horrorosa entrada, quizá la peor del año. La
agónica prórroga, la derrota, la decepción general. Todo invadió en Las Ventas.
Del todo negativo a la nada en su contenido. Hasta nueve novillos pisaron el
anillo. Un castillo de naipes se derrumbaba según avanzaba la tarde.
El primero se lastimó en el inicio de la faena de muleta,
hubo que abreviar. El segundo navegó entre la debilidad inicial mostrada en sus
continuos resbalones y la final lesión por el que apareció el pañuelo verde. El
tercero oficial perdió las manos varias veces, como acalambrado, también
doliéndose de una mano cuando Florito se asomó a recogerlo. En su lugar salió
un novillo de San Martín que se partió el pitón por la cepa en su primer
encuentro con el caballo. El nefasto presidente Gonzalo de Villa esperó a que
el novillo perdiese el pitón del todo para echarlo para atrás. Ojalá alguien
pudiera enseñarle a él la tarjeta roja, porque se necesita tener falta de
sensibilidad.
La selección que triunfó este domingo en Las Ventas fue la
del gran Florito tras el desastre de la roja (ahora dicho con guasa). El
silencioso trabajo del mayoral de la plaza merece un reconocimiento mayor. Su
actuación mereció una ovación al término del festejo, mientras el de la
ganadería titular salía ligero tras el mal rato pasado.
Los novilleros lo intentaron cada uno como pudo. Destacó
Fernando Flores que dio una vuelta al ruedo tras mostrarse muy asentado en el
tercero, un sobrero de Hato Blanco, que resultó el mejor de la tarde. Se
justificó con el deslucido sexto.
Por su parte, Daniel Crespo mostró su buen concepto con un
lote informal y su amplia falta del sentido de la medida. Escuchó un aviso en
cada novillo, es cierto que absurdo fue el recado de Gonzalo de Villa en su
primero, mientras caía el toro rodado tras una estocada a cara o cruz.
Borja Álvarez quedó inédito al lastimarse su primero y
desfondarse el cuarto de la tarde.
Capítulo aparte merece la mala actuación de las cuadrillas.
Se picó fatal toda la novillada, se lidió de forma muy desordenada. Miguel
Martín salvó la honra de los subalternos con una buena lidia al sexto.
Así concluyó una tarde marcada por la decepción general.
MARÍA CASCÓN | Borja Álvarez, Daniel Crespo y Fernando Flores
Plaza de toros de las Ventas. Domingo, 1 de julio de 2018. Menos de un cuarto de
plaza.
Novillos de María Cascón, y
tres sobreros: uno de Encinagrande
(2º bis), otro de San Martín (3º
bis) y otro de Hato Blanco (3º
tris). Se lastimó el 1º, desclasado el 2º (bis), noble el 3º (tris), parado el
4º, informal el 5º y deslucido el 6º
Borja Álvarez, de sangre de toro y oro. Estocada
envainada y un descabello (silencio). En el cuarto, estocada trasera
(silencio).
Daniel Crespo, de hoja seca y oro. Estocada en lo alto.
Aviso (saludos). En el quinto, estocada ladeada. Aviso (silencio).
Fernando Flores, de lila y oro. Estocada. Aviso (vuelta al
ruedo tras petición). En el sexto, dos pinchazo, estocada que hizo guardia y
descabello. Aviso (saludos).
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