El mexicano Juan Pablo Sánchez cortó una oreja en la
Monumental Plaza México, en una tarde en que brilló ese temple que es su
cualidad innata y una vez más convenció a los aficionados.Esta tarde actuó junto con el español Miguel Angel Perera
que dio una vuelta al ruedo, y su paisano Fermín Espinosa "Armillita"
con momentos buenos ante un público que le exigió demasiado.
Con otra pobre entrada, una cinco mil personas, se corrieron
siete toros de Julian Hamdam, bien presentados con buena clase, sin fortaleza y
definidos, los tres primeros, los cuatro últimos deslucidos, por ir con la cara
a media altura y su notoria falta de fortaleza, pero sin problemas.
Perera, con el primero realizó una labor que le faltó
estructuración, pero con muletazos estupendos sobre ambas manos. Mató de
estocada desprendida, petición leve de oreja y una vuelta al ruedo. El cuarto
inválido fue cambiado y su sustituto no dio opción de nada. Perera decido hizo
el esfuerzo, silencio.
Sánchez, entendió perfectamente al segundo. Lo bregó
perfecto, lo cuidó y gracias a su temple, realizó la faena de la tarde, no sólo
logró sostenerlo de pie, sino que fuese a más en un trasteo de torería y entendimiento
plenos.
Lo mató de estocada para lograr una oreja ganada a ley y,
sobre todo, con el visto bueno de los aficionados que disfrutaron de esa
lección. Vuelta al ruedo con fuerza. El quinto de plano no tuvo opción, sin
embargo lo intentó y le robó pases que no tenía la res, ovación tras estocada.
"Armillita IV", derrochó buena técnica, pero el
público no estuvo exigente sino intransigente con él. Con el tercero Fermín
logró momentos buenos y las exigencias ya fueron más leves. División de
opiniones. Como sus hermanos que le antecedieron, el sexto, no decía nada y
vimos al joven estar machacón sin que se lo agradecieran. Estocada final,
silencio. / EFE
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