lunes, 26 de diciembre de 2016

Ferviente deseo Navideño


Amigos de la Fiesta Brava, mucho gusto en saludarlos. Se celebra la Navidad y es tiempo de deseos positivos y parabienes hacia los familiares y amigos pero en este caso mi intención es externar un propósito que tengo a raíz de un acontecimiento sucedido hace ya casi un mes y que al mismo tiempo de darme gusto me provocó envidia de la buena y hasta algo de angustia e inquietud por ver que se avanza a paso lento en otro frente.

Me refiero a que la UNESCO ha reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a la Charrería Mexicana en tanto que nuestra Fiesta Brava, tan vilipendiada, sigue padeciendo por alcanzar ese nombramiento a nivel internacional.

En efecto, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) el pasado jueves 1 de este mes declaró como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a la Charrería Mexicana tras la decisión que tomó el comité intergubernamental de dicha entidad en el marco de su reunión anual efectuada en Adís Abeba (Etiopía) al considerar que esta práctica tradicional es un elemento relevante de la identidad y patrimonio cultural de nuestro país.

Desconozco que tipo de papeleo y movimientos burocráticos tuvo que hacer la charrería nacional para llegar a este importante logro pero de lo que si estoy cierto es que nuestra Fiesta de los Toros, me parece, se está durmiendo en sus laureles con todo y que se aplaude todo lo que está haciendo el grupo denominado Tauromaquia Mexicana Siglo XXI, sin embargo, siento que hace falta algo más, tomando en cuenta que dentro de este grupo militan elementos de suma importancia y hasta con influencia política para avanzar más rápido y eficientemente rumbo a ese estatus logrado por la charrería mexicana.

Todavía se recuerda cuando en Morelia, este mismo año, se unieran la charrería, los galleros y la Fiesta de los Toros, principalmente, llevando a cabo una manifestación pacífica en defensa de nuestras tradiciones, haciendo un frente común para al final ya lo logró la charrería por su lado.

Así que si el llamado deporte nacional ya consiguió el objetivo por qué no lo puede tener la Fiesta Brava Nacional. Ese es mi más que ferviente deseo navideño, tomando en cuenta que ya desde octubre de 2011 empezó por estados a blindar sus respectivas aficiones taurinas, siendo punta de lanza el de Aguascalientes, seguido por los de Tlaxcala, Zacatecas, Hidalgo y Querétaro, además de municipios de Veracruz y de los Altos de Jalisco que han alcanzado esa condición.

Ojalá y que el año próximo se pueda cuajar todo el trabajo que se está haciendo para proteger una tradición como la de la Fiesta de los Toros en México, tan arraigada en nuestro suelo y que está cerca de cumplir 500 años, por ello, a todos los que están haciendo su mejor esfuerzo por lograr este tan significativo cometido les recuerdo que “cuando la inteligencia humana y la irracional belleza animal se conjugan en la arena ¡surge el toreo! Arte y bravura en escena”.

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