lunes, 19 de diciembre de 2016

“Ha sido un adiós soñado”: Rodrigo Santos

En la tarde de su despedida en la Plaza México

ADIEL ARMANDO BOLIO
Especial para VUELTA AL RUEDO

El toro llamado “Buscalindes”, marcado con el número 153 y con 502 kilos de peso, con sangre brava española del encaste Murube, de la dehesa de Rancho Seco, fue el ejemplar que marcó para siempre el adiós del público de la Monumental Plaza México de un gran rejoneador a nivel mundial pues su presencia y actuación profesional en todo el Orbe Taurino lo avala, nos referimos al estupendo caballista potosino Rodrigo Santos, quien precisamente a ese astado de procedencia tlaxcalteca, nada fácil, a base de una gran experiencia y oficio le logró “tumbar” las orejas para coronar así una trayectoria de 26 años y nueve meses de doctorado y 29 como torero a la jineta en la que nada le fue regalado pues supo siempre imponer su categoría y su sitio como matador de toros montado.

Precisamente al respecto de su despedida del gran coso de Insurgentes apenas este domingo 18 de diciembre del feneciente 2016, con triunfal salida en hombros por la Puerta Grande de “El Encierro”, Rodrigo nos hace saber de sus emotivas sensaciones.

“Me siento emocionado, satisfecho, ha sido un adiós soñado. Me siento verdaderamente pleno”, comentó todavía con sensibilidad a flor de piel y recordó cómo fue que se le fue dando la tarde de su despedida en el gran coso de Insurgentes:

“La verdad es que al principio no se dieron las cosas como esperaba pero si tuve la capacidad para darle la vuelta a la situación. Como todos se habrán dado cuenta mi lote no fue fácil. El primero fue distraído y se fue a tablas, además de haberlo pinchado porque contrario a mi costumbre lo hice con tibieza. Y mi segundo, al que se apostaba fuerte porque tenía sangre española Murube, pues fue más complicado aún, pegaba arreones y se quedaba corto. Fue difícil y tuvo genio, por lo que inclusive sufrí un achuchón. Ahí fue donde empecé a sacar la experiencia y todo el oficio, entendiendo que había que torearlo de lejos, no en las cercanías, había que darle distancia y aquí sí, al contrario del primero, lo maté con decisión y lo reventé Gracias a Dios”.

¿A qué te supo entonces la salida en hombros por la Puerta Grande de “El Encierro”?
“A dulce, a caramelo. Fue un alivio el que sentí porque demostré que lo que he hecho en mi carrera no fue obra de la casualidad y había que rematarlo todo, subrayando mi trayectoria”.

Rodrigo Santos con esta su última actuación en la Monumental Plaza México llegó a 18 tardes, habiéndose doctorado un 18 de marzo de 1990 en el citado escenario y despidiéndose ahí mismo el 18 de diciembre de 2016, 26 años y nueves meses después, con el corte en total de ocho orejas y haber abierto la Puerta Grande de “El Encierro” un par de ocasiones. Ahora le viene el resto de su campaña del adiós a los ruedos durante los próximos tres meses. ¡Enhorabuena y suerte matador!

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