miércoles, 7 de diciembre de 2016

¿QUEDAREMOS PARA IR A FERIAS DEL EXTERIOR?

Nelson Hernández Ramírez
Presidente fundador de Fundación Cultural Girón

Los nubarrones que muestra el cielo taurino venezolano nos mueven a tener serias preocupaciones sobre el futuro de la tauromaquia nacional, de tanto arraigo histórico y ahora sometida a la desidia y el desinterés del colectivo de aficionados, tan disperso como ayuno de liderazgo, unidad y compromiso.

Al cierre de 2016 apenas sobresale la incorporación de festejos en varias localidades andinas, donde no los hubo en el ciclo anual anterior, y otro en Apure, sin que nuevas noticias, positivas, puedan incluirse en el resumen. Esto en cuanto a ferias y corridas, porque en el renglón de los novilleros el panorama resulta más preocupante, si vemos nuestra estadística, aunque esperanzador por la presencia de nacionales en el exterior con buenas perspectivas (Vanegas, Colombo, Cadavid​ y Gil).

Maracay y Valencia pasan a la historia como ferias que fueron y ya no lo serán, mientras que en Maracaibo se hacen esfuerzos para mantener con una corrida el nombre del viejo ferial, tan venido a menos que ahora apostamos a su éxito en procura de la ​plena ​rehabilitación, asunto que también se intentó el año pasado.

Quedan las programaciones de San Cristóbal (con pagos pendientes de toreros y ganaderos), Mérida con su Carnaval y los encantos de la ciudad, Táriba con ese meritorio esfuerzo local por mantener una feria de escaso arrastre y Tovar, donde hay muchas esperanzas por la gran afición localista, más no por su decaída autoridad municipal, insuficiente para anticiparse a los problemas y novedades, y ajena a la promoción de la fiesta.​ Los tovareños, con su sentimiento ya viejo y renovado por Orellana, tienen razones de peso para ir a la plaza.

Mérida va a una prueba muy interesante. Los costos que impone la inflación son la dura prueba del ciclo ferial 2017. Esta vez no estarán las grandes figuras de otros años. No obstante, hay una ciudad que reúne miles de turistas como para dejar intactas las esperanzas.

A nivel global aparecemos los aficionados sin dolientes, cuando las autoridades municipales podrán ser las abanderadas en su defensa y en ​el cuidado​ de los feriales, debido a la desunión de los gremios, a la ​aus​encia de penas o sociedades y a la inexistencia de la prensa taurina en los términos del pasado, mientras abundan las rencillas, las envidias, los recelos y la mentira.

Dentro de esas mentiras, y que son muchas, está el hecho de que durante varios años hubo empresarios a los que no interesaba la taquilla, sino el beneficio de los dólares preferenciales y los acuerdos con los contratados, léase toreros y ganaderos del exterior.

No quiero pensar, ni por un momento, en que solo quedaremos para ver ferias en España, Francia, Colombia, México y Perú, porque nos merecemos tardes de gloria en suelo nacional, y por eso invoco la buena voluntad de gente pensante y de compromiso para que volvamos a las reuniones fraternas, en busca de soluciones o de rectificar errores, sacando de ellos experiencias, para mantener lo poco que tenemos y procurar su acrecentamiento.

No debemos olvidar que seguimos con enemigos en la ​a​cera del frente y que un zarpazo del propio gobierno no es nada extraño, especialmente cuando las propias cuatro plazas, aún activas, son instalaciones funcionales ​y suficientes ​para otras actividades.

Vamos a intentarlo. No podemos dejar que el tiempo nos arrope y acabe,​ por desidia y falta de identidad,​ co​n​ ​nuestro sentimiento de ​aficionados.

Un abrazo a todos los taurinos venezolanos.

Y me despido con un saludo fraterno al Cardenal Baltazar Porras, ​caraqueño nacido cerca del Nuevo Circo, ​taurino de sapiencia que nos honra como Presidente Honorario de la Fundación Cultural Girón de Mérida.

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