KIKE ROSALES
@Kikefutbol
En los últimos tiempos hemos “descubierto” que en Venezuela
en vez de toros se lidian novillos, el asunto ha llevado a comisiones taurinas
ejercer sanciones o no permitir como en San Cristóbal que se lidiara una.
Más allá de sorprendernos la acción de las comisiones es ver
que se sabía con casi un año de antelación que no iban ni a dar peso ni llegar
a la plaza con cuatro años.
Igual el empresario los compró, el ganadero los vendió y la
comisión los aceptó.
Hay otro ingrediente en este caso, el apoderado que manda a
cambiar uno grande por otro chico, eso sí “mas chico” para hablar en terminos
taurinos.
¿Será muy difícil pensar que un ganadero no venda un
encierro por decir con tajante honestidad, “no lo hago porque mi corrida no
cumplirá los mínimos requisitos”?, ¿es difícil pedir que los empresarios
entiendan que “los toros” no llegaran al peso así se encaramen dos “gordos” en
la bascula cuando arriben a la plaza?
Se oye decir que no hay toros, entonces de ser así
deberíamos esperar y dar corridas el día “que la rana eche pelos y el lagartijo
copete” que es cuando posiblemente entonces tengamos toros.
De verdad esa no es la falta que tenemos, estamos en
presencia de una ausencia terrible, hace rato en el mundo de los toros por
estos lados en el diccionario se borró la palabra ÉTICA.
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