"Crío el tipo de animal que
me gusta, que embiste, que humilla. El ganadero debe mandar y no dejarse
mandar".
HUGO ALGUACIL PÉREZ
Diario ELMUNDO de Madrid
Las primeras grandes ferias de la temporada han confirmado
que la palabra más pronunciada durante el largo invierno sin corridas en España
ha pasado al fin de deseo a realidad. La tan necesaria renovación ha llegado al
escalafón gracias a la irrupción de jóvenes toreros como Andrés Roca Rey,
Alberto López Simón o José Garrido, que en Valencia y Sevilla han demostrado
que tienen condiciones para estar en las citas importantes junto a las figuras
consagradas y las ganaderías que éstas demandan.
Adolfo Martín no lamenta que sus toros no entren en esos
grandes carteles pero considera que la Fiesta no sale beneficiada cuando los
aficionados "ven la misma película una y otra vez". "En este
inicio de año hemos visto que los toreros han vuelto a competir. Llevábamos
años en los que eso no pasaba. Esa ausencia de competencia ha sido muy mala
para la Fiesta. Ahora llegan toreros nuevos y quieren demostrar lo que valen.
Las figuras actuales deben dejar paso al que llega, en las grandes ferias y con
toros de todos los encastes: eso es la renovación", afirma el ganadero de
Galapagar, una de las personas más respetadas del mundo del toro y una garantía
de éxito en los tendidos para el empresario que compra una corrida suya.
Ejemplo de esto fue lo ocurrido el pasado 13 de marzo en
Valencia. La multitudinaria manifestación en defensa de la Tauromaquia se
celebró entre dos festejos en la plaza de toros con los astados de Adolfo como
protagonistas: "Nosotros lidiábamos la corrida de toros esa tarde y nos
ofrecieron llevar también los toros para la matinal de recortes. La idea nos
gustó y dimos el sí. Fueron dos llenos de no hay billetes en un solo día".
Por la mañana, continúa, "se quedaron 3.500 personas
fuera", algo que refuerza su defensa de los eventos populares: "No
les podemos dar la espalda, somos primos hermanos. Yo siempre he vendido toros
para las calles, pero porque he querido, no para cuadrar balances económicos.
Me gusta apoyar esta parte de la fiesta, que es la que tiene más arraigo en el
pueblo, en la juventud".
Precisamente esa tarde en Valencia sucedió algo que no es
habitual y que puede inducir a error. Cuatro toros de nombre 'Aviador' salieron
por la puerta de chiqueros. ¿Cuatro hermanos en una misma corrida? "La
gente se confunde y cree que son hermanos, y no tiene por qué. El toro lleva
siempre el nombre de su madre en masculino. Las vacas paren a los 3 años, si
tienes una vaca Aviadora pues cada año va pariendo crías, lo que va aumentando
el número de machos y hembras con ese nombre. Como llega un momento en que
tienes a demasiados animales que se llaman igual pues le vamos cambiando el
nombre a alguna de las crías hembras. A una de ellas, por ejemplo, la llamamos
Azafata".
Adolfo habla con pasión de las reatas -término que se
refiere a la genealogía del toro- que le han dado más triunfos. 'Madroñitos' o
'Malagueños', además de los ya mencionados 'Aviadores', son "familias muy
seguras" aunque, evidentemente, no infalibles.
'No voy a echar una temporada como en 2015'
La tarea del ganadero alcanza una enorme complejidad debido
a lo imprevisible del comportamiento del toro en la plaza. Adolfo analiza con
moderado optimismo el estado del campo bravo español recalcando que se
encuentra "saliendo de la crisis" pero alerta de que la reducción de
festejos en las últimas temporadas -que obligó a los ganaderos a llevar al
matadero a reses que no lograban vender- hace que ahora haya "menos toros
en el campo".
"Un toro vale menos ahora que hace siete u ocho años.
Lo que pagaban por un ejemplar nuestro en una plaza de tercera lo pagan ahora
en una de segunda. En las de primera es distinto, se nota menos el bajón. Ahí
influye mucho cómo están saliendo las cosas, el rendimiento de los toros en
otras plazas, y el caché sube o baja. Digamos que hay más estabilidad en el
mercado", señala.
La humildad ha sido siempre una constante en la trayectoria
de Adolfo Martín. Los importantes toros que lidió el año pasado le hacen mirar
al futuro con mucha cautela y dice tener "claro" que en 2016 no va a
"echar una temporada" como la de 2015. "Este año vamos a lidiar
en menos sitios, hemos reducido a ocho o nueve corridas. Cerradas todos los
compromisos reservo unos 30 'cuatreños' -animales nacidos hace cuatro años-
para echarlos el año que viene de 'cinqueños' -si superan los cinco años no
pueden ser toreados en una plaza-", apunta.
"Creo que hay que fijarse menos en el peso. Un toro es
como es. Nuestro toro con 520 kilos, un poco menos o un poco más, está en su
peso ideal. A base de cebar hemos llegado a un punto en el que tenemos el toro
más rematado de la historia. Por eso se le mueve mucho en el campo, tiene que
hacer ejercicio. Antes no hacía falta, los animales se movían solos, en
extensiones grandes, de aquí para allá, con sus peleas... pero ahora, tan
rematado... Y es que no es igual el toro de Saltillo que el de Parladé, cada uno
tiene su tipo, su peso". Reflexiones de "ganadero de
aficionado", como él mismo se describe.
Miajadas (Cáceres), Priego de Córdoba, Santander, Zaragoza
en El Pilar, otro toro para una corrida concurso en esa ciudad en las fiestas
de San Jorge, Alicante y dos tardes en Madrid, una en San Isidro y otra en
Otoño, además de los 12 toros del 13 de marzo en Valencia, forman el calendario
de Adolfo en 2016. Obviamente, las citas de Madrid destacan sobre el resto.
La fecha de los 'Adolfos' es una de las destacadas en la
feria más importante del mundo. En las últimas temporadas dos figuras del toreo
han querido matar esta corrida -de las consideradas 'duras'- en Las Ventas.
Miguel Ángel Perera triunfó en 2014 con un toro llamado 'Revoltoso' para la
historia y culminó un San Isidro de ensueño con dos salidas a hombros por la
Puerta Grande consecutivas.
En 2015 fue Sebastián Castella el que 'se pidió' el encierro
'cárdeno' -por el pelaje característico del encaste Albaserrada- de Adolfo. La
apuesta no salió bien pero el francés quiere repetir y el 30 de mayo estará
junto a Rafaelillo y Manuel Escribano en uno de los carteles más esperados del
ciclo. "No me gusta que se me diga que soy torista, ¿qué es ser torista?
¿Es llevar a la plaza un toro con mucha fuerza, que no humilla, que tira el
caballo?" se pregunta el ganadero, y se responde: "Ese no es mi toro.
El encaste Albaserrada humilla y embiste. Manolete, Marcial Lalanda... Domingo
Ortega toma la alternativa en Barcelona con este encaste. Antes estos toros se mataban
con normalidad", lamenta.
"Estoy agradecido a Castella por querer matar mis toros
en Madrid. Nosotros estamos para eso. Nuestro toro siempre va a tener ese plus
de exigencia, y los toreros lo saben. Crío el tipo de animal que me gusta, que
embiste, que humilla. El ganadero debe mandar y no dejarse mandar. No escucho a
veedores. Nuestros toros están aquí en el campo para el que los quiera. Se
aparta la corrida que yo digo y si alguien viene y no le gusta pues no hay nada
que hacer, encantado de que la mate Rafaelillo, Escribano o Ureña. Esta es mi
filosofía", remata Adolfo.
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