Los
tres toreros dieron una buena tarde de toros con una noble corrida de
TorrestrellaPepe moral y Javier Jiménez paseasen sendas orejas que pudieron ser
más con un mejor manejo de los aceros.
Pepe Moral |
CARLOS CRIVELL
Sevilla
Diario ELMUNDO de Sevilla
Fotos: EFE
La corrida de Torrestrella fue buena para los
toreros. Tres de ellos embistieron a la muleta para cortarles las orejas.
Despreciada por las figuras, después de presenciar el juego reses tan nobles
como las lidiadas en tercero, quinto y sexto lugares, se supone que volverá a
figurar en carteles de lujo.
No fue una corrida completa. Por desgracia, el
tercio de varas volvió a ser un simulacro en muchos de los toros, en los que se
trataba de cuidar al animal para que llegaran al final con mayor vitalidad.
Este detalle disgusta a los buenos aficionados, que ya comienzan a pensar si no
será necesario cambiar algo en la suerte de varas.
La tarde se vino arriba por el buen tiempo -ahora
se entiende menos que se celebrara la del lunes-, de forma que se pudo
disfrutar de una corrida de toros que dejó claro que los tres sevillanos del
cartel son toreros de futuro.
La faena más maciza de la tarde la firmó Pepe
Moral, que es posible que pueda volver a coger el tren que lo lleve a cimas más
altas. Fue un tren que parecía perdido después de aquel año fantástico de los
triunfos encadenados. El segundo de la tarde fue una pompa de jabón. Pasó de la
movilidad de los primeros tercios a rajarse completamente afligido a mitad de
la faena.
El premio para Moral llegó en el quinto. Ese
quinto, un toro con cuello y rematado por delante y por detrás, fue el material
preciso para su triunfo. Buenos fueron los lances a la verónica del saludo. Al
temple del animal le correspondió el torero palaciego con muletazos templados
con mimo y buen gusto. Hubo un pequeño receso antes de volver a torear de
manera precisa y preciosa con la izquierda, su mano buena, en los que se acopló
a la nobleza del animal. Y en cada tanda, como remate, unos pases de pecho a
ritmo de adagio de sinfonía clásica. La estocada le puso en la mano una oreja
de verdad.
Javier Jiménez fue premiado con otro trofeo, que
debe ser considerado como un premio global a su tarde. El más chiquito tercero,
protestado por flojo, fue un toro de calidad suprema en la muleta. El mérito
del chaval de Espartinas fue que se lució para torear a media altura con un
gusto excelso, ya por la derecha, ya por la izquierda, pero con mayor
rotundidad en los remates por abajo. Acertó en las distancias y en los tiempos
que un animal tan flojo le pedía. Al final, unos ayudados por bajo pusieron muy
alto el diapasón de su labor. Con la plaza entregada, el pinchazo hondo no fue
suficiente, el torero creyó que era bastante y pasó el tiempo. Marró con el
descabello y se quedó sin la oreja.
Miguel Ángel Delgado |
La cortó en el buen sexto por una faena desigual,
en la que junto a buenos muletazos no se acopló en otros momentos. En un
esfuerzo final, unos naturales bellos subieron el nivel. Mató bien y cortó la
oreja más por todo que por lo del sexto.
Delgado tropezó con el primero con mucho genio y
poco picado. Logró dominarlo con una muleta poderosa que se deslució con un
desarme. El cuarto protestó mucho al final del muletazo y hubo algunos
enganchones, que ya se sabe que en los tiempos que corren no son bien
recibidos. Tal vez acortó pronto las distancias. Quedó patente que es un torero
más que posible para el futuro.
TORRESTRELLA / M.A. Delgado, Pepe Moral
y Javier Jiménez
Toros de Torrestrella, bien presentados excepto el 3º, anovillado, de juego
variado. El 1º con genio, rajado, el segundo, blando y muy noble, el 3º; el 4º,
rebrincado; nobles para la muleta, 5º y 6º, que fueron los mejores. Saludaron Lili, Curro Robles y Vicente Varela.
Miguel
Ángel Delgado, de blanco y plata.
Pinchazo y estocada traseera (saludos). En el cuarto, cinco pinchazos y entera
(silencio).
Pepe
Moral, de gris plomo y oro.
Pinchazo y estocada tendida (silencio). En el quinto, estocada (una oreja).
Javier
Jiménez, de blanco y oro.
Pinchazo hondo y dos descabellos (saludos tras dos avisos). En el sexto,
estocada (una oreja).
Plaza de toros de Sevilla. Cuarta de abono.
Javier Jiménez |
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