domingo, 3 de abril de 2016

Incongruencias y desvergüenzas

Con toros de este supuesto trapío las supuestas figuras del toreo como es el caso de Talavante bordaron el toreo en la Plaza de Toros de Mérida… 
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz

Desde hace varias semanas en los corrillos taurinos emeritense se conoce de las multas y sanciones que la “vitalicia” Comisión Taurina del municipio Libertador de Mérida hizo a cuatro toros del encierro de La Cruz de Hierro y uno de Los Aranguez, todos por incongruencias de edad al momento del examen post morten realizado y avalado por los veterinarios de plaza, los MV Nicanor Méndez y Eugenio Salas respectivamente. Además de esto, en el programa taurino de Eduardo Ravell, el propio Presidente de la mencionada CTM, Jorge Bustamante, señala de la multa por irrespeto a la autoridad también al diestro sevillano Esaú Fernández, precisamente la última tarde de la edición de este año del ciclo ferial merideño.

El detalle del asunto es que dicha sanciones monetarias, bien o mal son un irrespeto a la ingenuidad de la afición que tarde tras tarde plenó los escaños de la otrora primera plaza de toros de Mérida, a razón de no ser solamente estos nombres de ganaderías y torero lo único viciado en la pasada edición ferial, pues en específico otros toros, de menor peso y menor trapío, están pasando de “rositas” por bajo peso y nulo trapío el rasero de lo que debe de imperar y exigen los pocos aficionados taurinos que nos hacemos presentes en una de las ferias que no hace mucho era ejemplo y orgullo, y hoy en día es un muestrario de pena y vergüenza. Así de claro señores.

Porque si vamos al caso, toros lidiados en las tardes del viernes, sábado y sobre todo el lunes de feria, fueron un muestrario de lo que no debe de ser, y que aún más vergonzoso fue motivo de burla y desprestigio a nivel mundial, ante las conocidas condiciones de trapío que se obviaron y se pasaron por el forro de la entrepierna estos señores, “honorables” incluso como algunos les tildan por los grupos whasapt. Vaya despropósito.

Primero que nada, para no caernos a mentiras, ni mucho menos en el mentado informe que se le entregaría al famélico alcalde de la ciudad del municipio Libertador de Mérida, es que nunca esos toros debieron pasar el reconocimiento veterinario que al recibirlos en los corrales de la plaza aprobaron los señores de la mentada CTM. Segundo, es un hecho claro que estos vicios no son de ahora, vienen desde hace varias temporadas, que hacen que lo visto y presentado en ruedos como la Plaza de Toros Monumental de Mérida sea una mera parodia del toreo, como muy bien ha sido catalogado lo que unos cuantos panegiristas y palmeros de oficio niegan o no quieren reconocer.

Esperemos que estos hechos no sean más que una “tomadura de pelo” extemporánea de quienes se han encargado con el pasar de los últimos años en desvirtuar un espectáculo al que se le rendía respeto y honor. Hoy en día, solo es una caricatura, de la que necesariamente tiene remedio con una renovación absoluta de quienes se han convertido en canceres metastasicos con una profunda convicción: acabar con la integridad de lo que una vez fue FIESTA BRAVA.

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