PACO AGUADO
Que la fiesta de los toros, además de tradición,
arte y cultura, es una considerable fuente de riqueza allá donde se celebra en
todo el mundo, es algo que sabíamos o suponíamos pero que convenía empezar
recordarle a esta confundida sociedad de nuevos políticos e internautas
fácilmente manipulables.
Por eso ha llegado tan a tiempo el informe que la
asociación de empresarios españoles le ha encargado a la Universidad de
Extremadura, y en concreto al profesor Juan Medina, para, por primera vez en
varios siglos, poner negro sobre blanco los datos más concretos de lo que la
fiesta de los toros genera y recibe como actividad económica.
De una manera tan contundente como incontestable,
el estudio recientemente presentado acaba por demostrar que el balance general,
apoyándose siempre en contrastados datos oficiales y no con las cuentas de la
lechera de los antitaurinos, es claramente favorable para el Estado y para la
propia economía global española.
Titulado "Los toros en España: un gran
impacto económico con mínimas subvenciones", el estudio de Medina, aun
realizado con los datos de un año de crisis como fue el 2013, concluye que tal
"impacto" alcanza los mil 600 millones de euros dentro del mercado
español, frente a unas "subvenciones" que, descontados los ingresos
que obtienen las administraciones públicas por el arriendo o gestión de las
plazas de su propiedad, no llegan ni a 20 millones de euros.
Y no sólo eso, sino que únicamente con lo que la
fiesta de los toros ingresa al estado en concepto de impuestos y cotizaciones
sociales ya se triplica la cantidad de "ayudas" que recibe,
convirtiéndola, pese al empeño de los abolicionistas en demostrar lo contrario,
en la actividad cultural menos subsidiada de cuantas existen en España y
también en la que más impuestos deja en las arcas estatales.
El "informe Medina" que ha publicado
ANOET es tan minucioso, preciso y estricto en su análisis y conclusiones que
sus apenas ochenta páginas arrasan las obscenas mentiras de ese otro
"informe Bosch" que los antitaurinos catalanes presentaron en el
Parlamento Europeo y que tanto daño le ha hecho a la imagen del sector de cara
a la sociedad al repetirse como un mantra en los medios generalistas.
Y es que en estos últimos tiempos de dura
recesión, cuando tantas familias españolas comenzaron a pasar verdaderas
penurias, era muy fácil atacar al toreo con la asquerosa, goebbeliana y
demagógica falacia de los 600 millones de euros que Bosch y sus secuaces
fijaron y propalaron alegremente como escandalosa cifra de subvenciones estatales
para el toreo.
Esa dañina mentira multimillonaria se ha
convertido en una verdad mediática de tanta y tan agresiva repetición, justo
hasta que este informe -que, salvo excepciones, los medios generalistas han
reflejado con muchas reticencias y no sin un claro prejuicio antitaurino- ha
llegado para poner las cosas en su sitio, como podrá comprobar cualquiera que
se dedique simplemente a hojearlo.
Claro que si, tal y como se esperaba, el informe
no ha tenido el eco que merecía en esos medios en los que sospechosamente los
animalistas siempre encuentran espacios sobrados para sus campañas, lo más
sorprendente del asunto es el rutinario tratamiento que le han dado los medios
especializados que tanto tiempo y espacio dedican a otros asuntos
"económicos" más particulares.
Pero sea como sea, la mejor noticia es que ahí
están las cifras, claras y elocuentes, para quien quiera usarlas. Y que, con el
trabajo de Juan Medina y el apoyo de ANOET, el toreo tiene al alcance nuevos
argumentos y más serios elementos de juicio para seguir enseñando los dientes a
quienes esperaban acabar con la fiesta de los toros sin resistencia y entre el
silencio de los corderos.
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