JORGE ARTURO DÍAZ
REYES
@jadir45
A todos los enemigo de la fiesta se les rotula como
antitaurinos (contrarios a los taurinos). Es una generalización, fácil,
inexacta e injusta como todas. No hay derecho a ignorar otro amplio sector que
con iguales o mayores méritos pide título propio; los antitoro (contrarios al
toro).
Porque sí atacar a los taurinos, agredirlos, insultarlos,
calumniarlos da rango, no hay duda que hacerlo con el toro, que dicen es el
rey, el eje y la base del toreo, debería darlo más alto.
Tendría que ser así, pues hacen más por la causa. Tiran al
corazón. Sin el toro el toreo es imposible. Si el toro es toro, el toreo es
toreo. Si el toro es medio toro el toreo es medio toreo. Si el toro no es toro
el toreo no es toreo. Así de sencillo.
No voy a especular sobre las razones genéticas, culturales,
económicas, que mutan una persona normal en antitaurina o en antitoro.
Simplemente han tomado partido y ya está. Cada cual tiene derecho a sus fobias,
filias e intereses. Me remito a la obligación moral de reconocer a cada uno su
importancia.
Y el fervor, claro. Hay que oírlos, verlos y leerlos (a los
antitoro, digo). Cómo se afanan estos olvidados en minimizar al animal sagrado,
cómo reniegan de sus hechuras, de su majestad e imponencia. No se ahorran
agravio: grandulón, zambombo, mostrenco, destartalado, zancudo, feo,
dinosaurio, mastodonte, fueradetipo...
Y no hablemos de cómo se duelen del poder, soberbia e
instinto de lucha por la vida que le han sacralizado: alimaña, peligroso, bruto,
violento, resabiado, bestia, marrajo, asesino, malaleche, pregonao...
Y cómo resienten que no se deje, no se humille, no colabore,
no ayude… que no se no se entregue como juguete y cómplice tonto de su propia
burla y muerte.
Indudablemente, mucho más que los antitaurinos, los antitoro
sirven a la solución final, su extinción, por el camino de “moderarlo”,
disminuirlo, empequeñecerlo, hacerlo enano, inmaduro, poca cosa; y además
inerme, dócil, amaestrado. Despojarlo de todo lo que le ha ganado grandeza,
reverencia, simbolismo, significación histórica, y en consecuencia convertir su
culto, la lidia, en una parodia indefensible y terminal.
No tiene perdón desconocer a estos apóstoles así vistan el
hábito de los taurinos.
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