Dos pinchazos previos a un
rejonazo fulminante impidieron otro año más que el rejoneador Diego Ventura
consiguiera atravesar por undécima vez en su carrera la Puerta del Príncipe de
la Maestranza, en el segundo festejo de rejones de la feria de Abril celebrado
hoy en Sevilla.
Diego Ventura |
PACO AGUADO
Foto: EFE
Hasta en diez ocasiones ha logrado atravesar Diego Ventura
el glorioso umbral sevillano de la Puerta del Príncipe, para lo que se necesita
al menos el corte de tres orejas. Pero desde 2014 al jinete hispano-luso las
circunstancias parecen confabularse para negarle la posibilidad de hacerlo por
undécima vez.
En la corrida de hoy volvió Ventura a rozarla después de una
actuación muy completa con su primero, del que ya obtuvo dos trofeos, y de
tener prácticamente a mano la oreja de su segundo tras una rabajada faena que
necesitó de dos pinchazos previos al rejonazo definitivo, suficientes para que
el presidente se negara a sacar el pañuelo blanco ante los miles que afloraron
en el tendido.
Esos dos fallos con el acero fueron los dos únicos errores
de Ventura ante sendos ejemplares de Fermín Bohórquez de muy distinta
condición, pero ante los que igualmente hizo valer su jerarquía en el actual
toreo a caballo.
Al primero, obediente y dócil, le hizo una faena muy bien
estructurada, muy templada a la hora de preparar las suertes y sincera a la
hora de clavar banderillas, tercio donde volvió a brillar con su estrella
castaña "Nazarí". Por tanto, tras un muy efectivo rejonazo final, se
le concedieron con toda justicia esas dos orejas que de nuevo, como le sucedió
en la pasada edición de la feria, le abrían más de media hoja de la Puerta del
Príncipe.
Pero el quinto de la tarde no resultó tan fácil, sino que
tras el primer tercio tardeó y reservó sus embestidas, que más que tal fueron
arreones sin ritmo, aunque no tanto como para descomponer a Ventura. Esta vez
con "Sueño", el jinete de Puebla del Río aguantó y espero mucho al de
Bohórquez, jugando inteligentemente con su querencia a tablas en la misma
puerta de chiqueros, donde lo quebró hasta en tres ocasiones y cada una con
mayor ajuste.
A más la faena, y con un remate de tres banderillas cortas
ligadas en la suerte de violín, a Ventura sólo le faltó que el acero entrara a
la primera para que se consumara una salida a hombros que habrá que esperar
otro año más.
La otra de las tres orejas que se cortaron en la corrida fue
para Sergio Galán, quien durante toda la tarde hizo un rejoneo ligado, reposado
y muy frontal en los embroques. Su trabajo con el manejable primero fue
decayendo un tanto en el último tramo, al revés que le sucedió con el cuarto,
un toro de poco fuelle pero con el que, a base de cites muy en corto y buenos
adornos de doma, fue centrando la atención del público, hasta elevar el nivel a
lo más alto con un sensacional par de banderillas a dos manos.
Tan manejable como la mayoría del encierro fue el lote de la
amazona francesa Lea Vicens, quien no pasó de correcta ante su primero,
lidiando y clavando con poco ajuste, pero se centró más con el último, de nuevo
sin apreturas al banderillear sólo que añadiendo un punto más de garra y espectacularidad,
que fue la que no tuvo finalmente a la hora de la verdad.
FICHA DEL FESTEJO
Seis toros, despuntados para rejones, de Fermín Bohórquez disparejos de volumen y alzada. En conjunto,
nobles y manejables, pero con el fondo justo de raza y de fuerzas.
Sergio Galán: pinchazo y rejonazo muy trasero
(silencio); rejonazo contrario (oreja).
Diego Ventura: rejonazo contrario (dos orejas); dos
pinchazos y rejonazo contrario (vuelta al ruedo tras petición de oreja).
Lea Vicens: pinchazo, pinchazo hondo y rejonazo
trasero (silencio), tres pinchazos, medio rejonazo trasero y cuatro descabellos
pie a tierra (ovación).
Noveno festejo de abono de la feria de Abril de Sevilla. Dos tercios de
entrada en tarde fresca y ventosa.
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