El madrileño cuaja una gran tarde
de valor y aplomo y da una vuelta al ruedo. Se lidiaron toros de Fuente Ymbro y
un sobrero de Victoriano del Río.
CARLOS CRIVELL
Málaga
Diario ELMUNDO de Madrid
La solemnidad de López Simón cautivó a la plaza malagueña.
Su toreo de valor y quietud provocó la parálisis del tendido. El tercero salió
buscando presa. Al banderillero César del Puerto le cortó los terrenos en un
trance con grave riesgo para él.
Alberto López Simón se había estirado en las verónicas del
saludo. Después de las navarras firmadas con alegría por Fandila, el nacido en
Barajas se quedó firme como un poste para pasar al de Gallardo por estatuarios.
Fue su tarjeta de presentación. A partir de ahí, frente a un toro incierto, de
los que guarda sus fuerzas y sus malas intenciones para sorprender a su
oponente, López Simón se colocó en el sitio, se cruzó siempre para pasárselo
muy cerca en varios muletazos por la derecha.
Cuando tomó la izquierda el animal ya no aguantó más y quiso
buscar carne torera con descaro. Volvió a ponerse firme, cruzado hasta más allá
del pitón contrario, sin mover ni un solo músculo en una demostración de valor
rotundo. La plaza era testigo de esta faena y el corazón de la gente se
adivinaba encogido. Todo el mundo asustado menos López Simón. También la banda
de la plaza estaba bajo los efectos de tanto valor. Estos músicos, que suelen
tocar por banalidades, dejaron los instrumentos guardados, tal vez porque era
imposible amenizar semejante labor con esa expresión tan dramática y tan de
verdad. La espada se le negó. En la vuelta al ruedo, los corazones volvieron a
latir a su ritmo normal. Qué valor atesora; qué quietud y qué sitio pisa este
torero.
El sexto no salvó la corrida de Fuente Ymbro. Molesto por
pegajoso, con la cara alta y reservón casi siempre, la faena no fue fácil. De
nuevo se puso de verdad, para ligar tandas meritorias, más valiosas por la
dificultad del toro que por la propia limpieza del muletazo. Con los pies
hundidos en el albero surgió el circular y el dominio total. Allí mandó el
madrileño. Acabó con manoletinas con el animal ya en franca huida. Ahí acabó
todo.
El Fandi le cortó la oreja al cuarto, un toro de Gallardo
encastado con un punto de mansedumbre que explotó en la rajada final. A Fandila
le sirvió mucho. En banderillas El Fandi fue fiel a su estilo, en esta ocasión
con algunos pares más centrados. Toreó de rodillas con la derecha, ya en pie
por la misma mano, todo con alegría, alguna movilidad y esa facilidad para
conectar del granadino con el tendido. Los molinetes de rodillas fueron la
guinda precisa para que, tras una buena estocada, paseara su clásico trofeo
malagueño.
En el que abrió plaza, un toro con clase por abajo pero
lesionado de una mano, la faena no surgió ni limpia ni emotiva. Había bullido
como es habitual con el capote y con sus banderillas en versión menor.
Castella vino a Málaga con un pie lesionado y después de
recibir un tratamiento intensivo. No acusó apenas esta lesión. El primero de su
lote fue manso y muy descastado. Salía de los engaños mirando a Gibralfaro. El
quinto, de Victoriano del Río, cogió al tercero Ricardo González a la salida de
un par. No pasó nada en otro milagro en la feria. Castella se fajó con un toro
áspero en los primeros compases y que acabó dominando con valor y mando.
Conforme avanzó la faena, el toro se atemperó y el francés pudo dibujar algunos
muletazos de mayor temple. Tuvo mucho mérito, pero esta vez la espada y el
descabello se llevaron un posible premio. Dos avisos llegaron a sonar en la
hora final.
Y así acabó la feria en su versión ordinaria. La corrida no
pasará a la historia para muchos, pero a otros les sorprendió este chaval nuevo
llamado López Simón que tiene un valor para hacer varios toreros.
FICHA DEL FESTEJO
Toros de Fuente Ymbro y Victoriano del Río (5º) bien
presentados y de juego variado. Un 1º lesionado pero con casta y humillación;
2º manso y con poco celo; 3º peligroso; 4º encastado y rajado al final; 6º
áspero y violento. El 5º manejable con cierta aspereza.
El Fandi, de grana y oro. Estocada tendida
(silencio). En el cuarto, estocada (oreja).
Sebastián Castella, de grana y oro. Estocada casi entera
(silencio). En el quinto, media estocada y cuatro descabellos. Dos avisos
(silencio).
López Simón, de grana y oro. Pinchazo y estocada baja.
Aviso (vuelta al ruedo). En el sexto, estocada caída y descabello. Aviso
(palmas).
Plaza de toros de la Malagueta. Sábado, 22 de agosto de 2015. Séptima
de feria. Más de media entrada.
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