domingo, 16 de agosto de 2015

ENCERRONA EN SOLITARIO - Castella corta cinco orejas repletas de solidaridad

 Toros de Jandilla, Fuente Ymbro y Nuñez del Cuvillo para Sebastián Castella, en solitario.

Llegaba la hora de la verdad a El Puerto de Santa María, la hora, el día y el lugar exactos que él mismo había elegido para jugarse la vida de forma benéfica frente a seis toros de distintos hierros. A las siete en punto de la tarde arrancaba el paseíllo en la Plaza Real con seis toros de Jandilla, Fuente Ymbro y Nuñez del Cuvillo en toriles.

Abrió plaza un toro colorao de Jandilla, bien presentado y rematado. Castella le recibió con probatorias verónicas puesto que el de Borja Domecq salió pestiñado y a la retranca. Un puyazo bien dosificado y a otra cosa.

No brindó Castella al público el abreplaza. Planteó una faena en los medios olvidándose del viento. Sebastián pulió muchas dificultades aunque sin alcanzar grandes cotas artísticas. Fue una labor técnica ante un toro con un bronqueo (enfermo) molesto que le dificultaba su respiración y por consiguiente su movilidad. Tuvo paciencia para sacar de uno en uno algún natural con recorrido y limpieza, sin embargo, por derecho el Jandilla no quería ir detrás de la muleta. Se coló dos veces con guasa pero el francés prosiguió por ese pitón con disposición y aguante.

El segundo de la tarde de la ganadería de Fuente Ymbro no ayudó al lucimiento con el capote. Astifino el de Gallardo que embestía con un aire en la cara. Tuvo transmisión, obediencia al toque pero le faltó más entrega. Castella se fajó con él plateando una faena de firmeza. Dejó al margen la estética puesto que era toro de capacidad más que de vistosidad. Arrancó tandas de mérito por el derecho y más deslucidas al torear de zurdas. Por ahí, el toro tiraba la cara arriba.
               
Protestado por el respetable durante los primeros tercios el de Cuvillo. Todo se le hizo con pulcritud, a favor para una mayor dosificación de poder. Así llegó al último tercio con embestidas cambiantes, una buena buscando la muleta por abajo, otra abriéndose por fuera y otra soltando la cara. Castella se puso en el sitio y a base de tragar con capacidad las carencias de su astado lo metió y bajo una cuarta su desclasada acometida. Esta fue labor técnica unida a la estética, con ligazón y templaza en tandas bien estructuradas. Castella sin fisuras y fiel a su tauromaquia. Cortó o más bien arrancó una oreja y sobre todo ando en figura.

El cuarto fue un auténtico regalito. Un astado de Vegahermosa muy alto, despegado de suelo, con volumen, en definitiva grandón. Su morfología presagiaba pocas posibilidades como por desgracia quedaron patente. Toro que buscaba, probón, reservón y nulo de clase. Regalito que hizo pasar un mal rato a Castella. Pudo echarlo a los lomos en varias veces pero la vergüenza torera de Castella no le permitió aliviarse. Imposible estar cómodo con él pero tampoco se tapó el francés. Oficio y corrección.

El quinto fue totalmente distinto al cuarto. Toro de buenas echuras, de morfología que invitaba a sentir el toreo. Sebastián se expresó con un buen saludo donde las muñecas del francés acompasaron el lance. Igual en un quite por tafalleras con belleza y exposición. El de Fuente Ymbro durante la lidia seguía invitando a torearlo por derecho. Dicho y hecho. Sebastián amasó la faena  más compacta y artística de la encerrona. Un Castella fluido de ideas y expresión natural cuajó al buen Fuente Ymbro con un toreo reposado, encajado y vertical. La claridad de ideas le hizo dar tiempos y distancias entre las tandas a derechas para oxigenar y acariciar la dulce embestida por ese pitón. Al natural, el toro empujaba para dentro pero Sebastián no rectifico un ápice,  sin embargo con menos ligazón que por el anterior la faena prosiguió con las mismas altas notas. Muy buena faena de Castella que refrenda con espadazo.

El cierraplaza se dejó sin más en los primeros tercios. Soltó la cara durante esos pasajes. Sebastián le buscó el fondo y se lo sacó. Hizo romper al bravo Cuvillo en la muleta. Poderío de Castella que fue como un rodillo de fluidez de toreo. Consintió de primeras, convenciendo al toro para atacar después. Toro y torero se rompieron exigiéndose mutuamente. Uno por encantado y otro por capaz. Redondo Castella en el toreo fundamental y profundo en el natural. Obra del auténtico perfil del francés que demostró llegar al final del festejo muy entero. Faena sobresaliente y perfectamente planificada. Estocada arriba y dos orejas.

Saludó en el quinto, Gustavo Adolfo Garcia. / EMILIO TRIGO - CULTORO

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de El Puerto de Santa María. Cuarta de la Feria de Agosto. Corrida de toros benéfica. Algo mas de media plaza con ráfagas de viento.
Toros de  Jandila, Fuente Ymbro y Nuñez del Cuvillo.
Sebastián Castella, en solitario: Ovación con saludos, ovación, oreja, silencio, dos orejas, dos orejas.

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