Llegaba la hora de la verdad a El Puerto de Santa
María, la hora, el día y el lugar exactos que él mismo había elegido para
jugarse la vida de forma benéfica frente a seis toros de distintos hierros. A
las siete en punto de la tarde arrancaba el paseíllo en la Plaza Real con seis
toros de Jandilla, Fuente Ymbro y Nuñez del Cuvillo en toriles.
Abrió plaza un toro colorao de Jandilla, bien
presentado y rematado. Castella le recibió con probatorias verónicas puesto que
el de Borja Domecq salió pestiñado y a la retranca. Un puyazo bien dosificado y
a otra cosa.
No brindó Castella al público el abreplaza.
Planteó una faena en los medios olvidándose del viento. Sebastián pulió muchas
dificultades aunque sin alcanzar grandes cotas artísticas. Fue una labor técnica
ante un toro con un bronqueo (enfermo) molesto que le dificultaba su
respiración y por consiguiente su movilidad. Tuvo paciencia para sacar de uno
en uno algún natural con recorrido y limpieza, sin embargo, por derecho el
Jandilla no quería ir detrás de la muleta. Se coló dos veces con guasa pero el
francés prosiguió por ese pitón con disposición y aguante.
El segundo de la tarde de la ganadería de Fuente
Ymbro no ayudó al lucimiento con el capote. Astifino el de Gallardo que
embestía con un aire en la cara. Tuvo transmisión, obediencia al toque pero le
faltó más entrega. Castella se fajó con él plateando una faena de firmeza. Dejó
al margen la estética puesto que era toro de capacidad más que de vistosidad.
Arrancó tandas de mérito por el derecho y más deslucidas al torear de zurdas.
Por ahí, el toro tiraba la cara arriba.
Protestado por el respetable durante los primeros
tercios el de Cuvillo. Todo se le hizo con pulcritud, a favor para una mayor
dosificación de poder. Así llegó al último tercio con embestidas cambiantes,
una buena buscando la muleta por abajo, otra abriéndose por fuera y otra
soltando la cara. Castella se puso en el sitio y a base de tragar con capacidad
las carencias de su astado lo metió y bajo una cuarta su desclasada acometida.
Esta fue labor técnica unida a la estética, con ligazón y templaza en tandas
bien estructuradas. Castella sin fisuras y fiel a su tauromaquia. Cortó o más
bien arrancó una oreja y sobre todo ando en figura.
El cuarto fue un auténtico regalito. Un astado de
Vegahermosa muy alto, despegado de suelo, con volumen, en definitiva grandón.
Su morfología presagiaba pocas posibilidades como por desgracia quedaron
patente. Toro que buscaba, probón, reservón y nulo de clase. Regalito que hizo
pasar un mal rato a Castella. Pudo echarlo a los lomos en varias veces pero la
vergüenza torera de Castella no le permitió aliviarse. Imposible estar cómodo
con él pero tampoco se tapó el francés. Oficio y corrección.
El quinto fue totalmente distinto al cuarto. Toro
de buenas echuras, de morfología que invitaba a sentir el toreo. Sebastián se
expresó con un buen saludo donde las muñecas del francés acompasaron el lance.
Igual en un quite por tafalleras con belleza y exposición. El de Fuente Ymbro
durante la lidia seguía invitando a torearlo por derecho. Dicho y hecho.
Sebastián amasó la faena más compacta y
artística de la encerrona. Un Castella fluido de ideas y expresión natural
cuajó al buen Fuente Ymbro con un toreo reposado, encajado y vertical. La
claridad de ideas le hizo dar tiempos y distancias entre las tandas a derechas
para oxigenar y acariciar la dulce embestida por ese pitón. Al natural, el toro
empujaba para dentro pero Sebastián no rectifico un ápice, sin embargo con menos ligazón que por el
anterior la faena prosiguió con las mismas altas notas. Muy buena faena de
Castella que refrenda con espadazo.
El cierraplaza se dejó sin más en los primeros
tercios. Soltó la cara durante esos pasajes. Sebastián le buscó el fondo y se
lo sacó. Hizo romper al bravo Cuvillo en la muleta. Poderío de Castella que fue
como un rodillo de fluidez de toreo. Consintió de primeras, convenciendo al
toro para atacar después. Toro y torero se rompieron exigiéndose mutuamente.
Uno por encantado y otro por capaz. Redondo Castella en el toreo fundamental y
profundo en el natural. Obra del auténtico perfil del francés que demostró
llegar al final del festejo muy entero. Faena sobresaliente y perfectamente
planificada. Estocada arriba y dos orejas.
Saludó en el quinto, Gustavo Adolfo Garcia. / EMILIO TRIGO - CULTORO
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de El Puerto de Santa María.
Cuarta de la Feria de Agosto. Corrida de toros benéfica. Algo mas de media
plaza con ráfagas de viento.
Toros de
Jandila, Fuente Ymbro y Nuñez del Cuvillo.
Sebastián
Castella, en solitario: Ovación
con saludos, ovación, oreja, silencio, dos orejas, dos orejas.
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