lunes, 24 de agosto de 2015

CUENCA - Francisco José Espada triunfa en su alternativa

Corta dos orejas tras convertirse en matador de toros de mano de Morante de la Puebla y José María Manzanares, que se estrellaron con el mal juego de los toros de El Tajo.

Espada se estrenó como matador de toros ante un toro de nobles y dulces embestidas, con el que alternó momentos lúcidos con otros de amontonamiento, fruto de los lógicos nervios. El buen pitón izquierdo no acabó de verlo. Pero al final venció las ganas y la disposición que mostró el joven torero para acabar cortando una oreja.

En el sexto se quitó los nervios Espada para cuajar una muy buena faena, toreando con gusto ya con el capote e instrumentando una labor de altos vuelos con la muleta, toreando con mucho gusto sobre ambos pitones. Agarró una buena estocada y le pidieron las dos orejas, aunque el presidente optó por dejar el premio en singular.

Las figuras que completaron el cartel de la alternativa de Espada, o no quisieron quitarle protagonismo al toricantano o, simplemente, no estuvieron a la altura de lo que se les debería exigir.

Morante no pasó de las verónicas sueltas en su primero. Bonitos lances que despertaron los olés de la tropa de seguidores que acuden a verle allá donde se anuncie, sin importarles que los mismos salgan enganchados o que sea desarmado en el remate, como así ocurrió.

También tuvo prestancia los ayudados a dos manos con los que inició su labor de muleta, a la postre, lo único lucido que llevó a cabo Morante, quien, apoyándose en la ley del mínimo esfuerzo y sin compromiso alguno, optó por tirar por la calle del medio ante un toro de lo más insulso.

Tampoco se anduvo por la ramas el de La Puebla del Río con el cuarto, un toro en el límite de las fuerzas, con el que volvió a abreviar después de pegarle cuatro o cinco trallazos con la franela.

Otro que pasó sin pena ni gloria por el coso de la avenida de Chicuelo II fue José María Manzanares, quien no estuvo a la altura del buen toro que sorteó en primer lugar, al que mandó castigar excesivamente en varas y con el que estuvo de lo más desdibujado.

Logró algún pasaje estimable sobre el derecho, pero, al final, acabó derrotado por la casta del buen ejemplar de El Tajo, al que quiso torear siempre al hilo del pitón y aliviándose más de la cuenta.

El quinto fue un toro sin raza, con el que Manzanares volvió a estar desangelado en una faena que no pasó de simple proyecto. / EFE

FICHA DEL FESTEJO
Toros de Ganadería de El Tajo, desiguales de presentación y de juego también variado. Destacó el buen segundo, toro encastado y de mucha transmisión. Cuarto y quinto, por su parte, fueron pitados en el arrastre.
Morante de la Puebla, cuatro pinchazos y estocada (silencio). En el cuarto dos pinchazos y tres descabellos (palmas).
José María Manzanares, pinchazo, estocada desprendida y dos descabellos (ovación tras aviso). En el quinto, dos pinchazos y cuatro descabellos (palmas).
Francisco José Espada, que tomaba la alternativa. Estocada tendida (oreja). En el sexto, estocada (oreja con fuerte petición de la segunda). Salió a hombros.
La plaza rozó el lleno en tarde muy agradable.

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