Juan del Álamo corta la única
oreja a un extraordinario toro de Puerto de San Lorenzo, firme candidato al
podio de las Corridas Generales.
ZABALA DE LA SERNA
Bilbao
Diario ELMUNDO de Madrid
A la espera de los días grandes de miércoles y jueves,
cuando se cierran y arremolinan las figuras que apuntan hacia llenos olvidados
desde hace años, Vista Alegre no responde. Sin la excusa del fútbol, la entrada
de este lunes causaba desolación. La táctica empresarial de mantener los
precios de los abonos en precios de antes de la crisis no parece la más idónea.
Y se viene diciendo. 'Sostenella' y no 'enmendalla' es mal camino. Sevilla
puede dar fe. La genialidad bilbaína de regalar entradas de galería a los
clientes no ha arreglado nada, como se preveía. No quiero ni pensar en la
imagen por televisión de los tendidos huérfanos de sol y sombra. Pero cada cual
sabrá sus cuentas y a lo peor a media plaza resulta que salen los números con
un cartel como éste: Morenito, Adame y Del Álamo. Incluso puede que les sea
rentable tal y como se liquida. Y por ahí se empezó a joder el Perú: pan para
hoy y hambre para mañana.
Que todo sea un mal principio para un feliz final. Torcida
también empezó la corrida de Puerto de San Lorenzo. El toro de apertura, un
tacazo, se partió la pata izquierda y se derrengó de los cuartos traseros en un
derrape en la suerte de varas con el giro del caballo. Morenito, que se había
ido a portagayola, que había tirado otra larga cambiada, que había toreado
inagotable hasta el cambio de tercio, se quedó compuesto y sin funo.
El sobrero, de cerrada cara y tocado arriba de pitones, de
generoso cuello y fina expresión, traía tal porte de galán que no se entendía
qué hacía de sobrero. El abundante saludo a la verónica de Morenito desembocó
en los medios con una media muy torera. Ya claudicaba el toro en su clase. Y
empeoró la cosa entre el caballo y una chicuelina de Joselito Adame como un
latigazo. Todo aquello trató de recomponerlo Morenito de Aranda con una mano
derecha que no destaca por jugar los vuelos pero que supo sostener al toro
desde el prólogo de rodillas. La faena llegó a hacerse premiosa antes de las
pinturerías del epílogo, lo más bello de la partitura. En la hora final, del
volapié salió el torero burgalés con el palillo quebrado y un pinchazo en su
haber.
La cabeza de Joselito Adame funcionó como una maquinaria
precisamente engrasada con un toro basto que roncaba como un orco de Mordor.
Halló en la amplia distancia y en la muleta adelantada las armas para
aprovechar la inercia y llevar muy tapada la embestida. Listo el mexicano, que
llegó a tener a la parroquia en el bolsillo antes de pasarse 20 pueblos de
faena con el toro ya rajado.
Su honor y el de la divisa vino a salvarlos un 'Malvarroso'
extraordinario, una maravilla de silueta recortada que al aparecer en el ruedo
saltó las rayas blancas sobre la arena negra con grácil agilidad. Desde el
minuto uno el toro de Puerto de San Lorenzo planeó en las tres lapas y la media
verónica que dibujó Juan del Álamo con fluido juego de brazos. Y en otra media
de un quite volvió a enroscarse la embestida, que tuvo un ritmo sostenido
bárbaro, el son templado, un tranco descolgado que pretendía coger los vuelos
con los codos de los pitones. A 'Malvarroso' lo cuidó Del Álamo en el caballo
como la joya que era. Morenito también lo cató despidiéndolo del lance en su
turno de quites.
Juan de Salamanca brindó al público y se puso a torear muy
en línea, muy por fuera, muy largo y sin embroque. Se antojaba pecado aunque
las buenas gentes de Bilbao coreasen la ligazón de las series. De mitad de
muleta hacia fuera embarcaba Del Álamo la embestida que no hacía falta abrir
porque se abría sola. ¿Surgiría el ajuste con la izquierda? Qué va. Siguió por
la periferia con una tauromaquia de expulsión, y además basculando absurdamente
hacia terrenos de toriles. La gran estocada fue tapabocas y lanzadera
definitiva de la oreja; 'Malvarroso' fue arrastrado bajo una enorme ovación en
recuerdo a su bravura de categoría.
Los 604 kilos del volumen del cuarto se movieron siempre
apoyados en las manos, frenados especialmente por el pitón derecho. La
paciencia de un Morenito constante en su afán logró sobre su zurda y la quietud
hacer romper hacia adelante ese fondo bueno en un trío de tandas. Valeroso el
de Aranda, que de nuevo alargó mucho su labor, resuelta igual que la otra:
pinchazo y media estocada, aviso y saludos.
Correoso, agresivo, sin parar y siempre encima, el quinto
conformaba una complicada ecuación de alturas y distancias, nada fácil. Es más:
mucho más complicado de lo que arriba transmitía. A Joselito, peleón y
guerrillero, el ratón contra el elefante, vistoso con el capote por zapopinas,
le sacó el aire con la muleta. O casi. Lo mató de un espadazo por arriba.
Un verdadero tío era el sexto. Entre la guapeza de la
corrida de Lorenzo Fraile, el único ovacionado de salida. Su poder no se
correspondía con su corpulencia. Animoso Del Álamo. De aquí para allá el toraco
a menos. Y 'Malvarroso 'en la memoria. Un firme candidato al podio de las
Corridas Generales.
FICHA DEL FESTEJO
Toros de Puerto de San Lorenzo,
incluido el frágil y enclasado sobrero (1º bis); serios en sus diferentes
hechuras; extraordinario de bravura y calidad el guapo 3º; basto por fuera y
por dentro el 2º, que se rajó; el voluminoso 4º muy apoyado en las manos, sin
mal fondo por el izquierdo; correoso y agresivo el 5; un tío sin poder y a
menos el 6º.
Morenito de Aranda, de nazareno y oro. Pinchazo y media
estocada trasera. Aviso (saludos). En el cuarto, pinchazo y estocada. Aviso
(saludos).
Joselito Adame, de negro y oro. Pinchazo y estocada
desprendida (saludos). En el quinto, estocada (silencio).
Juan del Álamo, de blanco y plata. Gran estocada (oreja).
En el sexto, media estocada tendida y descabello (silencio).
Plaza de toros de Vista Alegre. Lunes, 24 de agosto de 2015. Tercera de
feria. Menos de media entrada.
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