El mexicano corta una oreja a
cada uno de su lote de una corrida de Álvaro Domecq que dio otro buen toro para
Escribano, que se llevó un trofeo; Garrido estuvo por encima de los peores
toros.
CARLOS CRIVELL
Málaga
Diario ELMUNDO de Madrid
El comienzo de la corrida fue explosivo. La plaza vivió el
gozo de dos toros con vibración, uno más noble, el otro encastado, que
consiguieron el entusiasmo del pueblo. A partir del tercero llegó el bajonazo.
El tercero y el cuarto se murieron lentamente antes de llegar a la muleta. El
quinto estaba anovillado y pasó sin celo por el tercio de varas. El sexto fue
otra prenda que cogió al banderillero Amores y se negó a embestir. El festejo
fue de muy mucho a casi nada. Y es que el toro es la base sobre la que gravita
esta fiesta.
El primero fue noble, pero para mostrar esa bondad debió
encontrar una muleta que lo mimó con el gran bálsamo del temple, algo que es
una de las grandes bazas de Manuel Escribano. El torero de Gerena, puesto y
dispuesto en su temporada triunfal, se fue portagayola - lo hizo también en el cuarto
- para seguir con dos más en el tercio. La verónica surgió limpia y a compás.
Es otro de los prodigios de este torero, que necesita seguir con sus
portagayolas y las banderillas porque así lo exige el guión, pero que sabe
torear muy bien.
Pasadas las banderillas, el toro fue muy bueno porque nunca
le tropezó la muleta. Faena de temple exquisito y buen gusto a ratos. Fue un
toro de embestidas claras a una muleta de ritmo cadencioso. La estocada fue el
pasaporte para pasear el trofeo.
El segundo fue un toro con casta. Repitió vibrante a la
muleta de Joselito Adame que le plantó pelea con sitio y recursos, mejor por la
derecha y casi desbordado por la izquierda, aunque el animal era un torbellino
furioso que le cortaba la respiración a cualquiera. Adame hizo una faena corta.
La estocada en la suerte de recibir fue prodigiosa.
A partir de ahí se produjo un receso en la corrida. Garrido
se estiró en ocho verónicas enormes en el saludo del tercero. Llegó hasta el
centro moviendo los brazos con primor. El toro se hundió en el tercio final. Se
quería morir el animalito. Garrido logró dos tandas con la izquierda de valor y
capacidad. Ya en las tablas se arrimó como un poseso.
Otro toro hundido fue el cuarto. Escribano no pudo completar
la tarde ante la insolvencia de un animal que metió la cara con desgana y salía
del encuentro buscando oxígeno. Allí quedó su entrega y más verónicas de
regusto, así como un par escalofriante al quiebro y al violín.
El quinto se dio un topetazo en el primer muletazo de la
faena de Adame. Parecía muerto en el combate pero se repuso y embistió con
nobleza en una faena de trazo limpio y de moderada aceleración. Así estábamos
cuando la música se convirtió en protagonista. Dejó de tocar el pasodoble con
toda la razón ante una labor mérito más que discreto, el público protestó,
volvió a tocar y el mexicano en plan director de la banda la calló. El
conflicto le vino enorme al azteca, la masa vociferó contra la banda, se puso de
lado del matador y ahí llegó la segunda oreja. El bajonazo fue infame. Del
magnífico espadazo del segundo a un horrible sartenazo en este quinto. La oreja
se la concedió la música. En una plaza de primera no se deberían cortar trofeos
con semejantes estocadas.
Garrido está hambriento de triunfos. Se puso de rodillas
para saludar al sexto. Se ha puesto de moda, cuando la verónica se supone que
se realiza con los pies en el suelo. Salió apurado del trance. En banderillas
fue cogido de forma impresionante José María Amores. Lo pendió, lo soltó y lo
volvió a recoger en unos segundos eternos. El toro lo acusó. Parado y sin
fondo, embistió pocas veces y a oleadas. Garrido se la jugó sin cuentos, pero
la suerte estaba echada. El macheteo final fue la mejor medicina para el
descastado de Los Alburejos.
PARTE MÉDICO: 'Herida inciso contusa en tercio medio de
muslo izquierdo cara anterior, de unos 24 cm. de longuitud en forma de S, que
interesa piel, tejido celular subcutáneo, rompiendo fascia penetrando en varias
trayectorias: una ascendente de 15 cm. que rompe fibras de sartorio vasto
interno y recto anterior, y dos descendentes, una hacia abajo y afuera de unos
35 cm. y otra hacia abajo y adentro sobre canal de Hunter, de unos 30 cm. que
diseca fibras de vasto interno hasta subcutáneo. Se procede a exploración
digital de los trayectos, hemostasia, Friedrich de la herida, colocación de
drenajes y lavado con suero de forma abundante. Cierre por planos y cierre
compresivo.
En región costal derecha, herida en sedal que comienza en la areola
superior y se extiende hacia afuera unos 7 cm. Interesa zona areolar desde
epidermis hasta celular subcutáneo. Sutura de la herida por planos dejando
drenaje subcutáneo.
Cirujía bajo anestesia general y monitorización.
Trasladado a Centro Sanitario Parque San Antonio.
Pronóstico GRAVE
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Malagueta, 18 de agosto de 2015. 3ª de Feria. Casi
tres cuartos de plaza. Seis toros de Torrestrella,
variados de presentación y juego. 4º, basto; 5º, más terciado. Noble, el 1º;
encastado, el 2º; muy descastados y hundidos, 3º y 4º; noble, el 5º;
descastado, el 6º.
Manuel Escribano, de fucsia y oro, estocada (una oreja). En
el cuarto, estocada atravesada y dos descabellos (silencio).
Joselito Adame, de canela y oro, gran estocada recibiendo
(una oreja). En el quinto, bajonazo y descabello (una oreja).
José Garrido, de agua mar y plata, dos pinchazos y
estocada caída (saludos tras aviso). En el sexto, estocada (saludos).
El banderillero José María
Amores fue cogido en el sexto y pasó a la enfermería para ser operado de un
varetazo en el pecho y una cornada en el muslo izquierdo.
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