JORGE
ARTURO DÍAZ REYES
@jadir45
¿Es posible? Claro. Y sin arte, y sin filosofía, y
sin música, y sin literatura, y sin libros, y sin televisión, y sin teléfono, y
sin piedad, y sin amor, y sin sexo, y sin justicia, y sin madre, y sin Dios, y
sin ley, y sin civilización…
Es posible, claro, vivir también sin ropa, sin
calzado, sin hogar, sin vehículo, sin mascota, sin propiedad, sin adorno, sin
lujo, sin vanidad, sin ambición, sin humildad, sin odio, sin patria, sin
bandera, sin himno…
Y sin otro, sin solidaridad, sin sociedad, sin
responsabilidad, sin esperanza, sin intuición, sin valentía, sin decoro, sin
imaginación, sin belleza, sin virtud, sin culpa, sin contemplación, sin razón,
sin sentido…
Y sin pensamiento, sin lenguaje, sin memoria, sin
tradición, sin historia, sin curiosidad, sin ciencia, sin moral, sin respeto,
sin dignidad, sin crítica, sin autocrítica, sin política, sin orden, sin
libertad, sin democracia …
Y sin cultura, sin orgullo, sin teatro, sin
deporte, sin ambición, sin dinero, sin malicia, sin envidia, sin generosidad,
sin rencor, sin amistad, sin desprecio, sin asombro, sin admiración, sin
vergüenza, sin humanidad…
Es posible vegetar, ausentes, en presente. Vivir
como las cosas en los escaparates. O como los protozoarios, con apenas lo
básico vital: respiración, ingesta, deyección. O solo trabajar, trabajar y
trabajar como los insectos. O como los rumiantes hilvanar los días bocado a
bocado...
Sí, es posible vivir así, animalizados. Y aunque
quizá el universo ni lo acusara, reconozcámoslo, seguramente nuestro minúsculo
planeta estaría más puro y salvaje. Porque todo lo que nos hace humanos es
naturalmente prescindible.
Pero lo que no es posible, por más que se
pretenda, es desdiferenciarnos en la biología sin dejar de ser lo que somos. A
los aficionados nos pueden imponer vivir sin toros, sin lo que nos significan,
claro, como también sin todo lo demás. Ha sucedido, sucede. La cuestión es que
aceptarlo nos haría menos humanos, más animales, ya no seríamos.
Lo insinuaba Jean Cocteau: “No sé para qué sirve
la poesía, pero sí sé que es imprescindible.”
Humanamente imprescindible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario