Sus
dotes toreras le permitieron formar parte de las cuadrillas de espadas como
Paco Corpas, Andrés Vázquez, El Viti, Luis Miguel Dominguín… y como matador
llegó a confirmar su alternativa en las monumentales de Madrid y México
Ha fallecido Mario Coelho Lhuis, matador de toros
y banderillero de tronío que llevó el nombre de su país de origen, Portugal,
por todo el mundo. El torero, ya octogenario, ha faltado en el Hospital de Vila
Franca de Xira -su ciudad natal-, donde ingresó afectado de coronavirus.
Vivió el ambiente taurino desde su niñez y pronto
mostró su intención de ser torero. Compaginó sus primeras andanzas taurinas con
el necesario trabajo para ayudar en la economía familiar. Viajó a España para formarse
como torero, bregando en numerosas capeas y encierros y militando poco después
en las filas de toreros lusos que venían a torear a nuestro país. Pronto sus
dotes toreras le granjearon cierta fama y entró en las cuadrillas de espadas
como Paco Corpas, Andrés Vázquez, El Viti, Luis Miguel Dominguín…
Logró hitos a lo largo de su carrera en las filas
de plata como salir a hombros en plazas como Jerez, Málaga, Zamora, Pamplona…
llegando a sonar la música en su honor en la misma plaza de Madrid. Igualmente,
ya como matador de toros -tomó la alternativa en Badajoz, en 1967, tras nueve
años como subalterno-, el coso venteño fue testigo de cómo su afición le obligó
a dar una vuelta al ruedo tras banderillear el día de su confirmación de
alternativa.
Pero, más allá de su brillante manejo de los
palos, Coelho destacó también sobremanera con el capote de brega en sus manos.
Anduvo veintitrés años como matador de alternativa, pero no logró llegar igual
de lejos que como torero de plata. A pesar de ello, compartió cartel con
toreros como Ojeda, Paquirri, Camino, Manzanares, Capea… y otras figuras de la
época.
Precisamente alternando con Ojeda y Capea en Moita
(Portugal) llegó a matar un toro saltándose la prohibición de dar muerte a los
animales que rige en el país luso. Aquello generó tanta polémica como promoción
a su nombre. También toreó bastante en América -llegó a confirmar su doctorado
en la Plaza México- y, una vez retirado, contribuyó a lanzar las carreras de
Pedrito de Portugal y de su propio hijo, anunciado también en los carteles como
Mario Coelho, fruto de su matrimonio con Verónica, hija del primer matador
portugués Diamantino Vizeu.
El matador, que también estuvo casado con María
Helena Guerra, fue honrado en octubre del año pasado con una estatua en su
tierra natal.
El libro "Um homem inteiro" repasa la
trayectoria de esta figura del toreo luso, cuya muerte sentimos profundamente
todos cuantos integramos APLAUSOS, quienes aprovechamos estas líneas para
enviar nuestras más sentidas condolencias a todos sus familiares y amigos.
D.E.P. / Redacción APLAUSOS
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