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la empresa de El Toreo
El Toreo de la Condesa, una plaza fundamental en la evolución del toreo azteca / ADARBO |
ADIEL
ARMANDO BOLIO
Especial para
VUELTA AL RUEDO
En ese largo peregrinar de los célebres
subalternos Román “Chato” Guzmán y Saturnino Bolio “Barana” en busca de la luz
que iluminara finalmente, la creación de su agrupación, llegaron a conocer un
abogado que no lo era, pero que le hizo conocer al bueno. Así continúa el
relato del “Chato” Guzmán al doctor Alfonso Gaona.
“Teniendo entonces el número de elementos que
marca la ley para solicitar la creación de un sindicato, el paso a seguir era
buscar un licenciado que nos patrocinara ante las autoridades.
¿Y con qué dinero podremos ir a buscar a ese
abogado? Nos preguntamos ‘Barana’ y yo. Saturnino hizo memoria, recorrió
mentalmente los licenciados que conocía y de pronto me dijo: ‘Vamos a ver al
licenciado Freg, yo creo que él nos puede ayudar y aconsejar, aunque le
paguemos después’.
Nos dirigimos a la casa del elegido licenciado
Freg, de cuya dirección me acuerdo aún como si fueran aquellos días. Llegamos a
la casa número 222 de las calles de Chihuahua y después de llamar a ella, una
señora nos recibió y nos pasó al interior para ponernos delante del licenciado
Freg.
Me causa risa nuestra ignorancia de entonces,
porque realmente inocentes y más ‘Barana’, quien fue el de la idea, al llevarme
con el abogado Freg, no sabía que no era profesionista en leyes. Cuando le
expusimos el motivo de nuestra visita y lo que queríamos de él, soltó una
carcajada diciéndonos que era hermano del matador Luis Freg y que en el medio
taurino le decían ‘licenciado’ sin serlo.
‘Si ustedes realmente están decididos a dar un
paso como es el de fundar un sindicato de subalternos’, nos dijo Alfredo Freg,
‘si ya cuentan con los elementos que se necesitan y tienen todo arreglado,
siendo una cosa seria su plan, estoy en posibilidad de llevarlos con un abogado
de verdad para que los ayude y oriente’.
Y claro que aceptamos la oferta de Freg, quien
felizmente nos condujo hasta la casa del licenciado Leonardo Zenteno, quien
fuera asesor jurídico de nuestra Unión hasta su muerte y quien mucho debemos.
El licenciado Leonardo Zenteno se percató de
cuánto perseguíamos y nos aceptó el patrocinio con gentileza y con una fe
inmediata en cuanto habíamos planeado tantos años.
Para comenzar, había que hacer escritos y tampoco
contábamos con máquina ni quien la usara para hacer la documentación que debía
presentarse ante las autoridades, a quienes se iba a solicitar la autorización
para fundar el sindicato.
El abogado Zenteno con una de sus primeras
gentilezas para la causa de los subalternos, de manera amable y desinteresada
nos ofreció su máquina de escribir y el permiso para que su hermana Lupita
hiciera los escritos.
De ahí que tanto el licenciado Zenteno como su
hermana Lupita estén tan ligados a la historia de la Unión Mexicana de
Picadores y Banderilleros. Ellos que al principio ayudaron a la causa, fueron
después parte misma de la agrupación. El primero, como abogado de ella y, la
segunda, como secretaria, tan estimada y querida de todos nosotros.
Yo, Román Guzmán, los conceptúo y los seguiré
conceptuando como siempre, como fundadores de nuestra Unión”.
Sin embargo, los escoyos seguían dándose y ante el
peligro de la verdad, surgió la zorrería de un empresario. Sigue contando el
“Chato” Guzmán: “Los trámites se comenzaron a hacer y con ello a tomar forma
nuestro propósito. Por lo medios taurinos comenzaron a correr los rumores de la
posible creación de un sindicato de subalternos y los incrédulos, al ver que
los ilusos ‘Barana’ y el ‘Chato’ Guzmán no lo eran tanto.
El peligro de la verdad para los que no desean
vivir bajo su mando, hizo temblar a quienes explotaban a los picadores y a los
banderilleros. Mientras no había nada en firme, se rieron, pero cuando
advirtieron que las cosas iban en serio, se asustaron.
Cuando casi habíamos logrado el éxito ‘Barana’ y
yo, un buen día me llegó la invitación del entonces empresario fuerte de
México, que era el señor Eduardo Margeli para que acudiera a su despacho para
hablar conmigo. Fui a la cita como era natural.
Estando delante de Margeli, oí claramente sus
palabras en tono amable, pero serio: ‘Oye Chato ¿es verdad que ya tienes hecha
la Unión de Picadores y Banderilleros? Mi respuesta fue, como debe suponerse,
tan afirmativa como orgullosa: Sí señor, está a un paso de quedar creada y para
ello falta muy poco, siendo ya una realidad.
Un breve silencio siguió a aquella pregunta del
empresario y a la respuesta mía. Cuando se rompió ese silencio, seguí oyendo la
voz del empresario, tan temida por todos: ‘Te voy a hacer una proposición
Chato. Mira, deslígate de todo esto y te doy 15 mil pesos en efectivo, además
de que te pondré a torear con todos los matadores toda la temporada’.
Rotunda fue mi respuesta: Señor Eduardo, la Unión
está hecha y así se queda. Muchas gracias por su oferta.
Rápidamente insistió en preguntarme si no aceptaba
y yo a decirle que de ninguna manera. Ya enfadado notablemente, con sentencioso
tono me despidió con estas palabras: ‘Piensa bien lo que voy a decirte. En caso
de que logres hacer definitivamente esa Unión de Subalternos, no olvides que te
vas a sacrificar y tus compañeros jamás te lo agradecerán’. Mi adiós fue con la
respuesta: Aunque así sea, mi lucha seguirá adelante.
Pocos días después llamó a ‘Barana’ y se repitió
la misma escena, pues el empresario zorramente trató de romper lo que ya estaba
hecho, propuso, y mi compañero de lucha rechazo la propuesta igualmente como lo
había hecho yo”.
LAS REPRESALIAS NO SE HICIERON ESPERAR
“Margeli con todo su poder y su fuerza, nos
boicoteó y durante dos años no vimos un pitón. Ante tal situación, ‘Barana’ se
las arregló para salir a torear fuera de México y se fue a Lima, Perú, mientras
yo me quedé al frente de la Unión ya fundada, desde luego, sin poder torear,
por lo cual tuve que vender mi ropa profesional y pertenencias personales para
poder subsistir. Lo peor de todo es que muchos de mis compañeros se burlaban
disimuladamente de mi situación y hacían comentarios adversos a mi posición sin
tomar en cuenta mi entrega para ellos. Sin tomar en cuenta que había comenzado
la etapa de liberación para todos y cada uno de nosotros. Sin comprender que
las humillaciones por parte de matadores, novilleros, empresarios y otras
personas que se sentían superiores a nosotros, las íbamos a dar por olvidadas
en nuestra profesión.
Realmente tenía razón el empresario Margeli cuando
nos dijo a ‘Barana’ y a mí el día de las proposiciones de cohecho que quiso
aceptáramos con tal de olvidar la lucha emprendida. Momentos de incomprensión y
de ironías por parte de muchos compañeros pasé entonces, con los cuales lejos
de sentirme ofendido o desalentado, me hicieron reaccionar en favor de mi lucha
que era la de dar apoyo total y definitivo a la Unión, lo cual sería
beneficioso para todos, incluso para mí que, con toda lealtad y honradez había
trabajado por el bien de la colectividad” …Continuará.
DATO
Las represalias no se hicieron esperar por parte del
empresario taurino Eduardo Margeli al no poder con el nacimiento de la Unión
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