Preciosa
corrida de Brito Paes, que lidió un toro, el quinto, premiado con la vuelta al
ruedo; gran ambiente en los tendidos, cubriéndose más de tres cuartos del aforo
autorizado
ANDRADE
GUERRA
Redacción APLAUSOS
Aunque el balance artístico de la primera del
abono de Campo Pequeno fue positivo, el hecho más importante y significativo lo
protagonizaron los miles de aficionados que a pesar de las incomodidades y de
otras limitaciones acudieron al primer festejo post confinamiento en la capital
portuguesa. Muchos creían imposible dar toros en Lisboa en tan duras
circunstancias, pero el amor a la Fiesta fue más fuerte, dando una respuesta
favorable al coraje del nuevo empresario, Luis Miguel Pombeiro, al que podemos
calificar como triunfador, apoyado por todos los artistas y el ganadero.
Al iniciarse la función, sonó el Himno Nacional,
antes de guardarse un entrañable minuto de silencio, en recuerdo de las
víctimas del coronavirus, los bomberos muertos en los incendios y el maestro
Mario Coelho, recientemente fallecido.
Los momentos más importantes de la parte ecuestre
se vivieron en el toro que cerró plaza, cumplidor, que se adelantaba a los
caballos. Pero nada pudo con la enorme entrega de Duarte Pinto, que hizo alarde
de su toreo de verdad rubricando suertes que entusiasmaron a los aficionados
más exigentes. Lidia sin florituras, basada en las normas eternas: toreo de
frente, aguante y remates de compromiso. Frente al tercero, noble y de escasa
trasmisión, Pinto ya había dado muestras de su clasicismo y de la seriedad que
le caracteriza. Un paso adelante en la trayectoria de un joven que ya es
figura.
Figura es, desde bastantes años ya, el veterano
Luis Rouxinol, un torero a caballo que nunca defrauda y siempre se empeña en sumar
un triunfo más. Esta noche no fue diferente, aunque no alcanzó sus más altas
cotas. Bregó ambos toros con sabiduría, aprovechando las buenas condiciones de
sus oponentes para consumar suertes de distinta nota, casi siempre con acierto.
Mantiene su puesto en la primera línea y el cariño del público, conquistado a
lo largo de décadas de lucha.
Marcos Bastinhas dejó patente una evidente ansia
de triunfo, que le sonrió esta vez, porque se encuentra muy preparado, con las
ideas claras, además de llegar con facilidad a los tendidos, que no le
regatearon ovaciones, como lo hacían con su añorado padre. Le tocó un toro
bravo, al que planteó guerra dentro de su estilo espectacular. Construyó una
sólida faena, con alegría y mérito, finalizando con un buen par a dos manos por
los adentros, tal como había terminado la lidia del segundo, de corte similar
pero con menor impacto.
Emoción y valor a raudales en las actuaciones de
los dos prestigiosos grupos de forcados amadores -de Santarém y Lisboa-, que
compitieron con brillo encargándose de las seis pegas de cara.
FICHA DEL FESTEJO
Toros de Brito Paes, de magnífica presentación, codiciosos en general. Al
quinto toro, bravísimo, se le premió con vuelta al ruedo y el ganadero saludó
desde los medios.
Luis
Rouxinol, vuelta y vuelta.
Marcos
Bastinhas, vuelta y vuelta.
Duarte
Pinto, vuelta y vuelta.
Entrada: más de tres cuartos del aforo autorizado. *** Las normas de seguridad se
cumplieron con total rigor. *** Las
vueltas al ruedo fueron simbólicamente convertidas en salidas a los medios. *** Una atronadora ovación, con toda la
plaza de pie, saludó el brindis a un grupo de miembros del Parlamento que
defienden la fiesta de los toros de los intentos de censura que han proliferado
-sin éxito- en los últimos tiempos.
Lisboa (Portugal), jueves 30 de julio de
2020.
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