CARLOS RUIZ
VILLASUSO
Mundotoro
Era el año del salto. El toreo más creíble,
acunado por el aficionado y a las puertas del gran público. No se habían apago
los ecos de su corrida en Olivenza y llegaba el telegrama del alto cuando tenía
el año ideal. De la desesperación a los trastos de nuevo, al campo, a estar
preparado, a no bajar la guardia y a crecer como torero. El martes, en
Plasencia, se viste de luces de nuevo. Hablamos con él de forma fluida,
sincera, tocando todos los palos que le tocan por ser quien es. Emilio de
Justo. ¿Partiendo de cero?
Emilio de Justo: ‘Tanto como partir de cero, no lo
sé, pero hay sensaciones casi de debut, responsabilidades y hasta miedos porque
la situación que se vive es histórica por dramática, por tanto, la corrida es
más que una corrida. Durante mucho tiempo, ha habido un “enfriamiento” en todos
los sentidos, uno deja de estar en contacto con el toro y el público, no sale
en los medios, la actividad se detiene bruscamente, tu carrera se congela. Por
eso la corrida de Plasencia es tan importante.También lo es porque la temporada
no puede pasar en blanco, hay que tratar de recuperar algo de aquí a final del
año, es una forma de decir que estamos vivos‘.
‘Dentro del proceso de relevo es clave que los toreros con
condiciones puedan compartir carteles con las figuras’
- En el
toreo hay estratos, no sé si hay “clases”, pero sí etapas y situaciones
distintas, ¿a quién ha perjudicado más este desastre? A todos por igual quizá
no.
‘A todos nos ha perjudicado mucho y quizá aún no
sabemos hasta qué punto. Es una desgracia colectiva, inesperada y que aún
alimenta la inseguridad. Nos ha perjudicado a todos, pero creo que algo más a
los novilleros, a los que iban a tomar la alternativa, que les frena, a los
toreros que forman la base del toreo y que se les ponen aún peor las cosas. Y
también creo que ha perjudicado algo más a los toreros para los que este año
era clave, como es mi caso. Un año que arrancó tan bien en Olivenza, que tenía
estructurado en las grandes ferias para dar ese salto cualitativo y crecer…
pero a todos nos ha perjudicado mucho, y, por encima de todo, a los ganaderos.
Esos sí que están demostrando que son unos románticos, porque ya sufrieron en
la crisis anterior y hay que amar mucho al toro para estar aquí perdiendo
dinero con la esperanza de que un toro embista y te dé una satisfacción. Los
ganaderos también sueñan, lo hacen con ese toro que embiste y que alivia tanto
sacrificio’.
- Y la
“base proletaria” del toreo, las cuadrillas.
‘Por supuesto. Las cuadrillas, los picadores,
banderilleros y mozos de espadas, muchos de ellos, tienen sus vidas destrozadas
porque carecen de lo básico para sus familias y eso es una tragedia. También me
acuerdo mucho de los novilleros. Todos lo hemos sido y sabemos las ilusiones,
las angustias que se viven. Y no podemos olvidar que forman la parte esencial
del relevo en el toreo‘.
- Ah, ¿pero
existe el relevo? A veces, creo que es sólo una frase.
Emilio de Justo: ‘No es que exista, es que,
además, es necesario y es algo natural porque la vida es así, con ciclos nuevos
relevándose. En los últimos años, con el descenso de festejos, quedando todo
bastante reducido a las ferias grandes, los festejos se resintieron y con ellos
los toreros base tienen más difícil hacerse un hueco, toreros con muy buenas
condiciones. Dentro del proceso de relevo es clave que los toreros con
condiciones puedan compartir carteles con las figuras y esto no es sencillo. Un
buen torero puede ser conocido y reconocido por el aficionado, pero para darse
a conocer al gran público es necesario que se acartele con las figuras, porque
ahí es donde puede llegar el relevo. Ahí se da lo que yo llamo el salto a la Champions.
Eso es el relevo y la única forma de que lo haya, anunciar a toreros con
condiciones al lado de las figuras’.
‘Me consta que muchos banderilleros y picadores están
viviendo necesidades básicas y dejarlos fuera de cualquier ayuda de forma tan
evidente es un acto de crueldad’
- Malos
tiempos sanitarios, malos tiempos para el arte y los peores tiempos
coincidiendo con los peores gestores del país.
‘Estamos viviendo la confirmación de que este es
el Gobierno más antitaurino de la historia de la democracia de España. Los ha
habido más a favor o menos, pero siempre respetando la ley, la tradición
histórica y la cultura. Actualmente, vivimos el mejor ejemplo de
discriminación, de mal trato. Yo hablaría de menosprecio y hasta de
humillación. Me consta que muchos banderilleros y picadores están viviendo
necesidades básicas y dejarlos fuera de cualquier ayuda de forma tan evidente
es un acto de crueldad. Un año en blanco después del parón invernal es su
muerte. Por eso, creo que era y es necesario que se den toros, no dar por dar,
pero darlos con dignidad y tratar de activar algo las ferias y evitar que pase
el año en blanco‘.
- Llevo un
tiempo diciendo que ser generoso con los demás comienza con ayudar al del lado.
Que se hagan corridas que ayuden a las familias de la UNPB, por ejemplo.
‘Sí, yo sería el primero en anunciarme en una de
esas corridas o en las que haga falta. Mira, ellos son los que velan por
nosotros, son los que nos quitan el toro de encima. Ellos forman parte de todos
nuestros éxitos y fracasos, son Tauromaquia y son toreo. Claro que estaría en
cualquier cartel que trate de ayudarles, es un acto de justicia con ellos’.
- Estamos
viviendo como una paradoja o una locura, deseo de dar toros, anuncio de
festejos, luego no se pueden dar…
‘Es que es muy complicado. La norma sanitaria de
hoy puede no servir para mañana. Mientras no se logre la dichosa vacuna que va
a “salvar al mundo” viviremos en esa inseguridad. Hay pueblos que quieren dar
toros, pero no saben si los podrán dar. Hay deseos, percibo voluntad, pero la
realidad es la que es. Y he sido partidario de dar toros, siempre que se puedan
con una dignidad básica y unas garantías básicas, dar toros. No fui partidario
de dar toros sin público, a puerta cerrada, porque pienso que el público es un
protagonista esencial en este arte. Pero si todos coinciden en que ha de darse
ese tipo de corridas, yo no voy a decir que no. Lo haría si todos están de
acuerdo’.
- Poner a
todos de acuerdo. Una bonita quimera.
‘Es muy difícil poner a todos de acuerdo. En el
toreo, casi siempre o siempre ha primado el interés de cada uno frente al
colectivo. Y como torero, digo que todo o casi todo lo que tengo y soy me lo ha
dado el toreo. Y estoy obligado a hacer cosas por el toreo, aunque no tengan un
rédito económico. Si hay que dar un paso al frente en estos tiempos, demos
todos el paso, y sin mirar si ganamos esto o lo otro. Pero es muy difícil que
se dejen aparte los intereses particulares, no estoy diciendo nada que no se
sepa. Pero si te paras a pensar en los ganaderos y su tragedia, en los
novilleros, en los banderilleros, en el aficionado también, y no somos capaces
de echar esto para adelante por ellos, por todos, no lo estaremos haciendo
bien‘.
‘No fui partidario de dar toros sin público, a puerta
cerrada, porque pienso que el público es un protagonista esencial en este arte’
- Te hemos
visto en muchas manifestaciones, muy activo en los llamados “paseos”.
‘Me han parecido geniales. Por dos cosas, porque
hemos demostrado una vez más que nuestra forma de ser es de señores, gente de
orden y de educación, muy distintos a quienes se manifiestas y actúan en contra
nuestra, cuyo carácter es muy violento. Y porque ha salido mucha gente a las
calles, incluso ciudades como dormidas porque no pueden dar toros, como es el
caso de Cáceres, uno de los lugares donde participé y me sorprendió la cantidad
de gente que salió a revindicar sus derechos’.
- Todos
estamos pensando en este año, lógicamente, pero pronto estará ahí la temporada
de 2021 y no hay nada claro.
‘El año que viene, lo veo como una incógnita. Pero
trato de ser positivo. Al principio de esta pandemia, uno se viene abajo.
Tienes el año de tu vida, sales lanzado de Olivenza y sabes que en las ferias grandes
esperaban para dar ese salto cualitativo para el que estaba preparado. Luego
ves que el problema no es particular, que la tragedia es histórica y lo que
deseas es que se den toros, que no haya un año en blanco. Y el año que viene,
ojalá se puedan dar las ferias grandes de forma normal o lo más normal posible
porque son la clave para el toreo, son la mejor demostración de nuestra fuerza
y lo que da vida al toreo‘.
‘Creo que el público, el que paga y sostiene esto, quiere ver
a los toreros sin cerrarse en unas pocas ganaderías, y es nuestra obligación
hacerlo’
- Cuando
uno empieza, no le queda más remedio que decir sí a lo que diría no. Pero tú
has seguido pidiendo cierto tipo de corridas que exigen más riesgo y hasta
puedan encasillar al que las torea.
‘Creo que ese ha sido uno de mis aciertos. Los
toreros pensamos que torear un tipo de ganaderías te marca y te da un sello y
es un riesgo pedir o anunciarte con ciertos encastes. Pero anunciarte con ellos
y hasta elegirlos para torear fiel al concepto de uno, por deseo y no por
obligación, creo que me ha ayudado a decir quién soy y que quiero como torero.
De alguna forma, llamas la atención de los medios, de la prensa, de los
aficionados. Se corre un riesgo, pero si no te sales de tu estilo y de tu
concepto, dar ese paso al frente tiene mucho reconocimiento y yo he sentido ese
reconocimiento. Además, creo que el público, el que paga y sostiene esto,
quiere ver a los toreros sin cerrarse en unas pocas ganaderías, y es nuestra
obligación hacerlo. Yo he seguido creciendo con estas ganaderías, que es de lo
que se trata, mejorar, torear mejor, avanzar y evolucionar, que es la clave de
cualquier carrera’.
- ¿Un
torero se puede aislar anímicamente y ponerse a torear en una plaza con medidas
excepcionales que señalan lo que estamos pasando? ¿Se puede torear sin angustia
anímica en Plasencia?
‘Yo tengo la preocupación de cómo se va a sentir
el público. Pero no sólo en Plasencia, sino en todas partes. Al final,
dependemos del ánimo y de la vitalidad del público, somos artistas, toreros. Y
creo que la entrega de un torero en el ruedo es capaz de revitalizar la
situación más adversa. Hay miedo, miedo a la seguridad sanitaria, tenemos miedo
a los llamados “rebrotes”, pero no podíamos dar por truncada la temporada. Eso
es lo que no podemos controlar, el virus no se puede torear. En lo que mi
respecta tengo claro que toda corrida me hace crecer o eso es lo que debo de
intentar. Para dar ese salto de calidad uno no puede esperar en ayudas de
nadie. Esto es duro y uno es quien se gana las cosas. Yo me siento bien y lo
único que pretendo en seguir avanzando, torear mejor, dar motivos para seguir
soñando’.
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