jueves, 23 de julio de 2020

ENTREVISTA - Lea Vicens: «¿Animalista? No, yo respeto al animal, no quiero humanizarlo»

La rejoneadora, que ha pasado el confinamiento en el campo, afronta la temporada más rara de toda su trayectoria "es lo más parecido a estar jubilada después de 14 años entrenando a tope"
PATRICIA NAVARRO
@PatriciNavarro
Diario LA RAZÓN de Madrid

Lea Vicens vive en el campo, entre animales, es mujer y torea a caballo. Por la crisis sanitaria ha cambiado los planes de esta temporada 2020. Se adapta y reinventa. Sorprende.

-Está metida en el campo, pero le podremos ver a través de Tauroten...
Sí, estoy participando en la plataforma digital con otros cinco toreros y pretendemos trasladar a los abonados parte de nuestra cotidianidad. Creo que el mundo del toro necesita ser contado y aquí tenemos una gran oportunidad. El público ve el espectáculo, pero no conoce, siempre, lo que hay detrás.

-Si pusiéramos título de película a este año sería...
La temporada más rara, más triste o más caótica de la historia.

-¿Cómo ha llevado el confinamiento?
He tenido la suerte de no notarlo tanto, porque vivo casi confinada de manera habitual, encerrada en el campo, pero es un privilegio hacerlo en la naturaleza y no en un piso.

-¿Sigue entrenando igual que una temporada normal?
Cuando empezó el estado de alarma, la incógnita del virus, toda esta pandemia tan brutal, me vine abajo y me relajé en la intensidad de los entrenamientos. Sigo montando todos los días, pero dejé de presionarme por tener que montar a los quince caballos todos los días y culpabilizarme si no lo hacía. Cuando se empezaron a anunciar los primeros carteles ya me cambió la cabeza.

-¿En qué se ha hecho especialista durante el confinamiento?
He desarrollado nuevas aficiones, una de ellas es la apicultura, me encanta, voy todos los días a ver a las abejas, aprendo mucho de ellas y de su estructura, de cómo se organizan... He descubierto una pasión. Y otra de las cosas que he descubierto que quiero hacer es ofrecerme para hacer una actividad turística en la finca para enseñar mi mundo desde dentro.

-¿A quién pondría en cuarentena?
No soy nadie para poner en cuarenta, pero creo que a nivel político deberían preguntarse si están haciendo bien las cosas.

-Su sector ha tenido un estado de alarma movido.
Ha sido vergonzoso cómo dejan de lado a la tauromaquia. Creo que en este caso han sido los políticos los que nos han toreado. Es una pena que la tauromaquia se politice, porque es un auténtico tesoro.

-¿Es feminista?
Considero que hay que trabajar la igualdad, pero no comparto nada una ideología militante ni politizar el feminismo. Defiendo los valores de cada uno de manera igualitaria.

-¿Qué le diría a Pablo Iglesias?
Le pediría respeto. Él pide eso permanentemente, pero no lo pone en práctica con aquello que no le gusta.

-¿Y a un animalista?
Que se vengan una semana conmigo, sin hablar. Y luego que me digan su opinión.

-¿Se siente animalista?
No, no me siento animalista, porque como feminista, y casi todo lo que acaba en «ista», tiene una connotación militante y no me gusta. El animalismo tiene un concepto de bienestar animal totalmente humanizado. Piensan que el animal está feliz si lo tratan como un humano y ya el concepto de felicidad me escama. Yo respeto al animal sin cambiar la naturaleza de su especie. Vivo entre animales. Siempre. ¿Cuántos de los que se llaman animalistas lo hacen?

-¿Qué es el valor?
Valor es dominar el miedo y ser uno mismo en cada situación.

-¿Le molestan los piropos?
Me encantan, siempre que tengan arte y no sean pesados. Me encantan que me digan bonita, guapa y qué bien lo haces. A nadie le incomoda un halago.

-¿Qué se escucha en una plaza de toros?
A todos. Desde el que está en barrera al último de arriba.

-¿Y qué ha oído?
Hay cosas muy graciosas, en pleno momento de concentración te puede caer un «cásate conmigo».

-¿Da tiempo a visualizar por si interesa?
¡Qué va! Ni a ubicarlo (ríe).

-¿Cómo es el miedo antes de jugarse la vida?
Yo tengo varios miedos. El más grande es el físico, el que te sube las pulsaciones, se te ponen las piernas flojas y se me dispara cuando veo que el piso de la plaza está mal. Mi cuerpo no lo domina porque la cabeza hila las ideas y sé que el caballo se va a caer y va a haber una tragedia. Luego está el miedo al toro, yo le tengo mucho respeto, pero miedo físico no, porque he trabajado para dominarlo. Y luego está el escénico en el que entra el juego el temor al fracaso.

-¿Cómo vive ahora sin asomarse a esos miedos?
Como si estuviera jubilada. Me estoy asomando al futuro. Llevo 14 años entrenando a tope con mucha presión y es la primera vez que me he permitido bajar la guardia un par de meses.

-Cuando se abra la veda de los conciertos, ¿a quién irá a ver?
Tengo muchas ganas de ver a Ben Harper en directo.

-¿Qué canción le ronda ahora?
El silencio y los pájaros, es una buena melodía cuando estás en el campo.

-¿Cuáles son las vacaciones idílicas?
No soy de vacaciones, porque mi vida son unas vacaciones.

-Afortunada...
Me lo he currado tela, no ha venido Papá Noel a traerme nada. Pero sí, me considero una afortunada porque me dedico a lo que me apasiona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario