CARLOS RUIZ
VILLASUSO
@CRuizVillasuso
@CRuizVillasuso
Redacción APLAUSOS
Parece que queda lejos esa marabunta de reuniones,
esperas, desesperas de hace apenas un mes. Se anuncian carteles a cuentagotas.
Anécdotas casi de una buena intención (todo es bienintencionado) pero sin una
idea clara. Viendo lo que se anuncia, que es bienvenido, uno se pregunta: ¿a
qué estrategia o plan obedece? Y no hay otra respuesta que esta: se anuncian
toros por la buena intención de que se den toros.
Para mí el año era el de pensar, primero y
después, en novilleros y en toreros de los llamados “emergentes”. ¿Las figuras?
Por supuesto. Un paseíllo de ellos anima, es un golpe casi psicológico. No
entiendo cómo no se han armado novilladas y corridas de más bajo presupuesto,
que, en lógica, son más adecuadas a la gran “rebaja” en ingresos por causa de
los aforos reducidos. Con estos mimbres, yo creía que en los pueblos las cosas
iban a ser de otra forma. No ha sido así. Hay una mini mini temporada de
figuras y casi nada más.
Yo pensaba que estos tiempos iban a suponer un cambio, una
reflexión. Pues no. Los mismos parámetros, las mismas pretensiones. Las
combinaciones de hace tanto. Yo creo que eso del cambio es una de nuestras
mentiras más sofisticadas
Fuera de ellas, de las que se anuncian en El
Puerto, Mérida, Huelva, San Miguel (respetará la empresa lo anunciado si se
celebra) se han anunciado otras corridas cuyos participantes se han buscado la
vida para torear, o, en el caso de Ávila, por empecinamiento de un señor al que
critican mucho, pero da toros en una plaza difícil con o sin pandemia.
Pienso en Álvaro Lorenzo, Ginés Marín y otros que
están en el más absoluto dique seco. Y en los novilleros. Mover por arriba el
escenario, por su parte alta, será bueno, no digo que no, pero echo de menos
que en estos carteles no haya entrado uno de los citados. Hay una cosa que no
entiendo. Se habla de la necesidad del cambio. El cambio viene por que los ya
muy consagrados ayuden a ser conocidos a los que pueden ser gente en esto. Y,
sin embargo, hasta ahora, a pesar de lo reducido de los aforos, las figuras se
juntan o se hacen carteles con ternas de “apoyo”.
Yo pensaba que estos tiempos iban a suponer un
cambio, una reflexión. Morante y dos novilleros. Juli y dos novilleros, Roca y
dos novilleros. O dos poco conocidos. Pues no. Hay que juntarse de nuevo, otra
vez. Los mismos parámetros, las mismas pretensiones. Las combinaciones de hace
tanto. Yo creo que eso del cambio es una de nuestras mentiras más sofisticadas.
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