miércoles, 22 de julio de 2020

CON LA TEMPORADA LITERALMENTE PARADA DESDE OCTUBRE PASADO - Los toreros se plantan frente al Ministerio de Trabajo: «Señora Yolanda, estamos pasando hambre y nos están marginando»

Decenas de cuadrillas y matadores de toros se concentran para reivindicar «las ayudas que por ley nos pertenecen». *** «Muchos compañeros están pasando necesidades y acudiendo a comedores sociales», aseguran los banderilleros
 
ROSARIO PÉREZ
@CharoABCToros
Diario ABC de Madrid

«Papá, ¿hoy tampoco toreas con tus amigos toreros?», pregunta Paula, de ocho años. Paula es una de las dos hijas de Ramón Moya, un banderillero que lleva cotizando un cuarto de siglo. «Pero ahora no tengo derechos, solo obligaciones». Este subalterno madrileño no tiene trabajo. Ni ayudas. «El SEPE nos deniega lo que por ley nos pertenece y la situación de muchos compañeros es ya insostenible. Más de uno, muchos, está acudiendo a comedores sociales para poder comer».

Moya, como tantos otros hombres de plata, se manifiesta frente a la puerta grande del Ministerio de Trabajo, una puerta que sistemáticamente se les cierra. ¿Qué le diría a la ministra si pasara por aquí? «Le enseñaría las fotos de mis hijas, Paula y Ana, que cuando me han preguntado dónde iba les he dicho que a luchar por lo que les pertenece. A la señora Yolanda Díaz le diría también que tenemos obligaciones tributarias y aportamos muchísimo a Hacienda. Esta temporada es de mucha incertidumbre, no se ve color. Señora Yolanda, estamos pasando hambre y nos están marginando». A estas alturas del calendario, Ramón Moya -en su extensa trayectoria ha actuado a las órdenes de El Fundi, El Juli, Perera, Cristina Sánchez, Padilla y Robleño, entre otros- calcula que hubiese toreado unos 30 festejos: «Este año voy suelto. Y no llevo ningún contrato, puedo haber perdido fácilmente quince o veinte mil euros». Cuenta que muchos buscan ya trabajo en otros menesteres «desesperadamente, pero es muy difícil: lo nuestro es torear».


Muy cerca, Cayetano Rivera Ordóñez, probablemente el matador que más se está implicando en esta crisis y dando la cara -aun con las zancadillas de dentro-, conversa con su cuadrilla, su otra familia. «Estoy aquí en apoyo a las personas que sí está dejando atrás este Gobierno, y que además decide a quién dejar atrás únicamente en función de su ideología. Es una injusticia y queremos dar voz e intentar apoyar a esas personas a las que se está discriminando, para apoyar a esos que no tienen ni para comer, ni ellos ni sus familias. Esto ya no es una cuestión de tauromaquia, esto es una cuestión de personas. Y este Gobierno les está dejando atrás». La discriminación se alarga como una sombra: «No nos sentimos representados ni por parte del Ministerio de Trabajo ni por parte de Ministerio de Cultura, que sí nos considera, como es lógico y normal, dentro de su Ministerio, pero luego no está dando la cara ni defendiendo a la gente a la que pertenece a su Ministerio. Aquí tienen todos responsabilidades y desde luego no las están cumpliendo. Sin embargo, el mundo del toro sí tiene y todas las obligaciones, como todos los demás, y no recibe los mismos derechos. Hay una injusticia bien clara que hay que comunicar, que la gente debe conocer».

Las cámaras buscan a Cayetano, que habla con todos para trasladar el drama del sector, pero el matador quiere dar voz también a los hombres de plata, que cuenten de primera mano su testimonio. A su vera, los suyos, como Joselito Rus, catorce años junto al hijo de quien derramó sangre inmortal y engrandeció la Fiesta. «Como todo contribuyente español, tenemos derecho a las ayudas. Yo, como todos los compañeros, las he pedido y me las han denegado. A seis compañeros se las aprobaron y luego tuvieron que devolverlas. Somos artistas, estamos en cultura, y nos discriminan, nos quieren oprimir», dice apesadumbrado. Y sigue: «Voy con una figura como Cayetano. A estas alturas llevaríamos unas 25 o 30 corridas y varios festivales. Yo estoy tirando de ahorros, pero los ahorros se acaban, aunque tenemos la suerte de que nuestro matador nos ha ayudado un poquito».

Entre gritos de «¡viva la libertad, viva la tauromaquia, viva España!» , otro de sus subalternos, Javier Gómez Pascual, fue el encargado de leer el manifiesto. Alto y claro frente a las puertas de un Ministerio que se las cierra. «El trato no es igual para todos», se oye. «Hasta ahora los toreros hemos sido discretos -leyó el banderillero-, hemos resistido con admirable fortaleza agravios e insultos, pero ese acoso y derribo debe terminar». Minutos antes, se expresaba así en ABC: «Somos trabajadores, somos artistas, pero luego las ayudas prometidas por Cultura han generado un gran conflicto en el propio Gobierno, derivadas al Ministerio de Trabajo, que tenía que ejecutarlas y las ha denegado sistemáticamente, tanto la ministra, de Podemos, como el director general del SEPE, como el secretario de Estado, de Podemos.... Sibilinamente han dicho que para los toreros no había ayudas, estamos convencidos de que ha habido órdenes directas para denegarlas. Hay mucha división dentro del propio Gobierno, con sus socios. Desde Podemos han dicho abiertamente que están en contra de los toros, pero esto no es cuestión de tauromaquia, es cuestión de humanidad, con personas que están viviendo situaciones muy dramáticas». También lamenta el trato «dispar en asuntos de aforo respecto otras industrias como el cine o el teatro, por no hablar de ocio como las terrazas; estamos siendo perjudicados en todo».

A la sombra de un árbol y con una furgoneta de la Policía al fondo, un cartel que ninguna feria ha hecho ni hará: Paco Ureña, Emilio de Justo y Pablo Aguado. Aguado, la gran ilusión de 2019, ha viajado desde Sevilla «para defender los derechos de trabajadores que tienen los mismos derechos que los demás, para defender la justicia y la democracia». «No se puede dejar a la gente sin nada que comer por motivos ideológicos -subraya-. Conozco a muchos compañeros que no tienen literalmente para dar de comer a sus hijos y estas medidas de discriminación alimentan eso, que la gente pase necesidad». Partidario de que la maquinaria de la Fiesta se ponga en marcha, dice: «Esto debe funcionar siempre y cuando no exista riesgo sanitario, que es lo primero. La tauromaquia es responsable y solidaria con las circunstancias, y en el momento en que se pueda asegurar la sanidad deben darse festejos». Respecto a los miembros de su cuadrilla, comenta que, «como todos, lo están pasando mal, aunque por suerte vamos a torear dentro de poco y cogerán un poco de aire».

«Como artistas que somos, debemos reivindicar la ayuda que nos pertenece. Este Gobierno nos está demostrando que nos tiene prácticamente discriminados. No pedimos nada descabellado, son nuestros derechos, como los de cualquier otro sector», reclama Emilio de Justo. El extremeño, que tiene una cita en Plasencia el 4 de agosto mano a mano con Enrique Ponce, aboga por la unidad en este momento tan crítico: «Es imprescindible que todos naveguemos juntos en la misma dirección. En esta profesión se ha sido muy individualista, con muchos intereses que no han permitido crear la unión que necesitamos. Hay que dejar de lado esos intereses y pensar en un futuro». Los toreros se reúnen con ministros, con presidentes de Comunidades... ¿Para cúando la gran reunión de todos los estamentos? «Sería muy bueno hacer una general. En el toreo somos muchos y es importante que nos pongamos de acuerdo».

Paco Ureña cierra la conversación: «Estamos reclamando algo que nos pertenece por ley, las mismas ayudas que se le dan a cualquier otro trabajador. El toreo es cultura y, como tal, defendemos nuestros intereses y los que nos corresponde». Y va más allá: «Esto debería servir para darnos cuenta de que hay que reestructurar el sector desde dentro para que fuera se vea todo lo que representa el toreo para la sociedad. Cada uno tiene un compromiso con la profesión y debemos aunar fuerzas».

«Para la señora Yolanda Díaz somos ciudadanos de segunda -advierte Pedro Iturralde-. Somos muchas las familias que vivimos del toro, gente con hipotecas, con hijos, gente que está pasando mucha necesidad». Y continúa este picador de toros, 24 años a caballo: «El ministro de Cultura sí nos ha dado el sitio que merecemos como artistas de la cultura, pero la ministra de Trabajo no lo entiende como tal. Ese eslogan de "no dejaremos a nadie atrás" no lo están cumpliendo y nos han forzado a estar aquí reivindicando lo que es nuestro, lo que aparece en el BOE y desde el 7 de mayo están aprobadas esas ayudas al sector, porque cotizamos como todos los demás, pagamos nuestros impuestos y somos un espectáculo legal. Hay muchas familias que nos dedicamos completamente al toro y para funcionar en esto no son las dos horas de la plaza, es una dedicación diaria».

Espartaco ocupaba la primera línea de las pancartas («la tauromaquia es cultura», «la discriminación es delito, la tauromaquia es cultura» o «los toreros somos cultura, no a la discriminación»): «Tenemos que ayudar a las personas que queremos, a la gente del toro, que han dado su vida por nosotros, por nuestras raíces, por nuestra cultura, y porque defendemos algo justo. Las ayudas que reciben otros sectores también tiene derecho a recibirlas la tauromaquia, y debemos estar aquí apoyando por la gente que ha dejado su vida por dedicarse a esta profesión tan bella. Los que hemos vivido otra época, sin tanto ataque, tenemos la obligación de apoyar a los toreros de ahora, que muchos lo están pasando muy mal... Por eso exigimos a la ministra que cumplan la ley».

José María Manzanares tampoco faltó: «Estoy aquí por mis compañeros, por la tauromaquia, por la discriminación tan brutal que hay en las ayudas. El Ministerio de Cultura sí nos atendió, al menos tuvo la valentía de reunirse con nosotros y aseguraron que sí estábamos dentro de esas ayudas y nos traspasaron al Ministerio de Trabajo, que nos las denegó. Hemos intentado hablar con ellos y no hemos recibido respuesta. Esta es una de las pocas formas que nos quedan para que nos oigan. No sé si será una cuestión ideológica o qué será, pero la realidad es que nos están apartando y que mucha gente lo está pasando mal y están yendo con sus familias a comedores sociales». También dando la cara estaba Diego Urdiales. Y Miguel Ángel Perera, solidario y volcado con la causa. Uno de los suyos, Curro Javier, se expresaba así: «Queremos dejar claro que el toreo existe y somos cultura. Pagamos nuestros impuestos como todos los trabajadores y estamos legalizados, queremos ser escuchados. Hay muchos padres de familia que lo están pasando mal. Siento que nos quieren oprimir, una cosa es que no les gusten los toros y otra que nos discriminen». ¿Qué tal sus impuestos? «Muchos tengo, todos pago, y con todo en regla. Lo peor es que nos engañan, no están tirando el palito al tejado y están dando pie a que nos enfademos de verdad». ¿Le representa a usted Pedro Sánchez? «Le respeto como presidente que es, pero a mí no me representa, porque no le gusta el pan que yo gano. En el toro hay mucha gente del PSOE, pero no sé por qué nos tienen tanta tirria. Bueno, creo que todo esto por Podemos, que se ha declarado antitaurino; sin este socio, solo con el PSOE, no hubiésemos llegado a esto». Mientras, Juan Sierra escribía en Twitter -lleno de manifestaciones en apoyo a los toreros-: «Detrás de cada prestación denegada hay una familia, hijos, pareja... ¿Serás capaz de mirarnos a los ojos y mantener la mirada, Yolanda Díaz?»

Cristina Sánchez, patrona de la Fundación del Toro, habló con firmeza: «Nos discriminan por una cuestión puramente ideológica. Con Cultura hemos trazado puentes, pero al pasar a Trabajo se nos han denegado sistemáticamente las ayudas a la industria taurina. Y no podemos dejar pasar ya ni una más. No hay derecho a lo que está haciendo este Gobierno. Vivimos cada vez más oprimidos y el mundo del toro es libertad». En nombre de la Fundación, Chapu Apaolaza, subrayó: «Tenéis razones para defender lo vuestro y para que no vuelva el tiempo de la censura». Antes, su presidente, el ganadero Victorino Martín, enviaba una carta abierta a Yolanda Díaz: «Antepone la política identitaria antitaurina de su grupo político a la justicia y a la protección de la clase trabajadora».

Buscando la sombra de las ramas, savia de matadores jóvenes: López Simón, Román y Gonzalo Caballero. «Hay un desprecio a los toreros -comenta este último-, y esto ya no es cuestión de toreros, sino de hombres, de familias. La ministra, que dijo que iba a apoyar a todos, está dando la espalda a un sector que tanto bien hace el país». Y el triunfador primero del año Covid añade: «Tenemos que apoyar a las cuadrillas, nuestros ángeles de la guarda cuando nos coge un toro. Son el colectivo más desfavorecido y detrás de cada picador, de cada banderillero, de cada mozo de espadas, hay una historia humana». A las órdenes de López Simón actuó Jesús Arruga en la primera corrida en Ávila. El maño manifestó a ABC: «Es un derecho que tenemos reconocido. Hemos estado mucho tiempo callados, tenemos que reivindicarnos por nuestros antepasados, por nuestro presente y nuestro futuro, por nuestras familias y por nosotros, por nuestra dignidad, por nuestra profesionalidad». ¿Se siente representado por el Gobierno? «Si lo podemos llamar Gobierno, porque yo lo llamaría Desgobierno; desde luego, hay una proclama de Podemos contra los toros y nos quieren desplazar y ahogar, negando la tauromaquia. El presidente ha cogido a Podemos de socio y están liquidando España. Entendemos que el Ministerio de Cultura nos reconoce como cultura, y gente del SEPE nos dice que hay un orden para que nos denieguen las ayudas». Cuenta que su deseo es que «se ponga en marcha la tauromaquia, aunque la realidad es que hay miedo por los rebrotes y también desinformación».

El banderillero Pedro Lara, que lleva casi dos años en el SUMA, fue también a apoyar a sus compañeros: «Apenas he dormido, pero tenía que estar aquí. No hay derecho a tanta discriminación».

«Nos sentimos marginados y despreciados -señalaba Juan Diego-. Un gobierno socialista debería ser sensible con todos los trabajadores, aquí hay gente muy humilde». Y añadía: «La gente piensa que aquí todos son figuras y ricos, y la realidad es que la mayoría vive con lo justo y sacrificándose mucho. Y la realidad es también que somos artistas reconocidos desde el 85, estamos inscritos en la Seguridad Social y el Gobierno está anteponiendo sus gustos a lo que por ley nos corresponde».

Miguel Abellán, director gerente del Centro de Asuntos Taurinos de Madrid, también participó: «Estoy aquí apoyando a mi sector al ver que las ayudas que prometió el ministro Uribes, la ministra Yolanda Díaz las está denegando sistemáticamente cuando los toreros están reconocidos como artistas. Entendemos que están incurriendo en un hecho delictivo». Y agregó: «Nos sentimos engañados, defraudados y ninguneados. Creo que en este país los ciudadanos deberíamos ser todos iguales ante la ley, con igualdad de derechos y oportunidades. Este sector aporta cantidades ingentes de dinero, con cánones, IVA y Seguridad Social, y todos estos profesionales están condenados a la pobreza más absoluta. Entendemos que prevalece el gusto personal y una ideología que quiere asfixiar a la tauromaquia. Reclamamos un derecho, la constitución nos ampara».

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