MANOLO
MOLÉS
@ManoloMoles
Redacción
APLAUSOS
Esto va lento. Es verdad que estábamos abocados al
abismo por la pandemia y hubo un tiempo en que dábamos por perdida la
temporada. El vacío era horrible. La gente de mi pueblo, cuando necesita que la
suerte le acompañe, le pone velas a San Pancracio. No sé si consiguen lo que
piden pero la afición llana, buena, fiel y santa de este país nuestro hay
momentos que se anima y otros que se hunde. Es verdad que empresarios menores o
simplemente defensores de su plaza están dando buen ejemplo. De Ávila a Huelva.
Hacen carteles aseados, dignos y meritorios. A la tropa no le echo yo ni un
solo reproche. Entre otras cosas porque este tipo de taurinos se la juega cada
vez que monta el chiringuito de una feria. Por eso yo los respeto mucho.
Gracias a ellos habrá algo de toros, un alivio. Ellos han tirado del carro ante
el inmovilismo de demasiados grandes de la empresa.
A la tropa no le echo yo ni un solo reproche. Entre otras
cosas porque este tipo de taurinos se la juega cada vez que monta el
chiringuito de una feria. Gracias a ellos habrá algo de toros, un alivio. Ellos
han tirado del carro ante el inmovilismo de demasiados grandes de la empresa
Yo tengo la mente muy abierta y jamás se me
ocurriría meterme con un empresario no español que quiere llevar plazas en
nuestro país. Ahí está el caso Bailleres, contra al que, en principio, acepto
su “colonialismo” taurino. Y lo acepto porque tengo memoria y un empresario
español llamado Manuel Chopera, fue empresario de un puñado de cosos franceses
y llevó grandes plazas en México, Colombia y Venezuela. Manolo Chopera acaparó
muchas plazas, sí, pero sabía lo que era cada plaza que llevaba y qué toro
había que echar, y qué cartel era el adecuado. Yo le he visto a 40 grados, bajo
un sol de justicia, en sus plazas de Francia, garrocha en mano intentando
enchiquerar los toros. Ahora se cabrearía, como me cabreo yo, porque el señor
Bailleres y su equipo hayan puesto asientos multicolores y poco taurinos a la
plaza de Bilbao, donde si no veremos toros, al igual que en San Sebastián y en
el resto de plazas que ahora domina. Un día escribí aquí: “Con todo respeto,
señor Bailleres, el aficionado tiene derecho a conocer sus ideas taurinas, sus
planes, sus programaciones…”.
En otros negocios haga lo que tenga que hacer. Le
controlarán otros. Pero en la Fiesta hay miles de aficionados que pasan por sus
taquillas y les gustaría conocer a quien tanto puede hacer o deshacer. Se lo
propuse una vez en estas páginas. Y pinché en hueso. Se lo vuelvo a pedir:
déjeme hacerle una entrevista limpia para que le conozcan. A ver si San
Pancracio me ayuda a que me toque “la suerte de entrevistar” a un súper
empresario que no conocemos casi nadie.
Sea como sea, quítenle aunque sea un poco la
telarañas a las grandes plazas. Que abran sus puertas. Es necesario. Ya sé que
dependemos de un hilo, pero un año en blanco es como una patada ahí, sí, justo
ahí…
¿Cómo salvamos la temporada si el coronavirus nos
respeta? Se agradece el esfuerzo de los pequeños y, al tiempo, grandes
empresarios que no tienen plazas de primera pero que están dando la cara con
esas vitaminas de tardes de toros para que no entremos en la desazón total.
¿Qué nos está faltando? Voy a ser moderado en la
petición. Que den lo que puedan pero que no están cerradas todo un año plazas
como las Ventas, la Maestranza, San Sebastián, todas las capitales posibles…
Ese vacío, si se produce, tendrá un efecto muy negativo frente al esfuerzo de
los pequeños empresarios. También sé, ojo, que no es fácil, que en esas plazas
los costos son elevados, que ahí hacen falta llenos imposibles. Pero sea como
sea, quítenle aunque sea un poco la telarañas a las grandes plazas. Que abran
sus puertas. Es necesario. Ya sé que dependemos de un hilo, de un solo hilo y
la salud es lo primero que hay que cuidar, pero un año en blanco es como una
patada ahí, sí, justo ahí…
Y ejemplar Francia una vez más. Todos los alcaldes
de plazas francesas importantes son taurinos. Y son alcaldes porque los
aficionados franceses no apoyan a los políticos antis. Chapeau messieurs. Y
aquí a la contra. Remato: Señor Bailleres, espero la entrevista y si quiere, y
nos ahorramos la comida, la hacemos por teléfono. Por no gastar, digo yo...
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