jueves, 9 de julio de 2020

Los toreros navarros, más allá del encierro: del bandolero Esquiroz a Julián Marín

Pablo Hermoso de Mendoza ha escritos páginas de oro en la historia del rejoneo
ÁNGEL GONZÁLEZ ABAD
Diario ABC de Madrid

Navarra es en lo taurino mucho más que el encierro de Pamplona. Desde finales del siglo XIV están datadas fiestas de toros en la capital, y uno de los orígenes del toro bravo se encuentra precisamente en las orillas del Ebro: los astados que se criaban en la zona de Aragón, Navarra y La Rioja, de donde provienen los miles de festejos populares que se celebran cada año en estas tres comunidades.

Los primeros diestros navarros se datan precisamente en la lejanía del siglo XIV. El primero, un matatoros llamado Esquiroz, famoso por sus malas hazañas como bandolero, y de finales del siglo, el estellés Juan Santander, reconocido por sus temeridades. Pero cuando comienzan a surgir afamados mozos que destacaban por sus habilidades ante los toros, fue ya en el XVII. De José de Burdeos, de Sangüesa, al tudelano Francisco de Milagros, famoso por la zona en torno a 1650, y de Tudela también Juan de Arana.
Pero, sin duda, los navarros que pasaron a la historia, metidos en el siglo XVIII, fueron el Licenciado de Falces y Juanito Apiñani. Los dos inmortalizados por Francisco de Goya en sendos grabados de su universal Tauromaquia. También en aquellos años destacó José Legurregui «El Pamplonés», que toreó en la inauguración de la plaza de toros de la Puerta de Alcalá de Madrid en 1749.

Con el toreo reglamentado, no son pocos los toreros nacidos en tierras navarras los que alcanzaron la alternativa. Otra cosa, los que consiguieron ocupar destacados puestos en el escalafón de matadores. El primer doctorado fue el de Saturio Torón en los sanfermines de 1931 de manos de Marcial Lalanda; confirmó en Madrid, pero como las cosas no le iban bien renunció a la alternativa antes de su trágico final en la Guerra Civil.

Julián Marín ha sido el diestro más destacado y popular que ha dado Navarra. Nacido en Tudela, tomó la alternativa el 7 de julio de 1943 con un cartel de lujo: Pepe Bienvenida y Manolete. Toreó hasta mediados de los cincuenta y demostró siempre un valor y un pundonor a toda prueba. Le dio la alternativa en Pamplona a su hermano Isidro en la feria de 1951, pero el menor de los Marín dejó menos huella entre los aficionados.

Como una anécdota pueden considerarse las alternativas de Javier Sarasa y Lalo Moreno. El primero, un aficionado práctico que no quiso renunciar a ser matador de toros por un día. Fue en abril de 1973 en Pamplona; y alternativa y despedida también de Moreno, que se cortó la coleta la misma tarde del doctorado en la plaza de Tafalla en 1987. Nacido en Pamplona y alternativado en Aranjuez en 1960, Victoriano de la Serna Ernst.

Después llegaron Sergio Sánchez, en Pamplona en 1990; Paquiro, torero de desgraciado final, el día de San Fermín de 1992; Edu Gracia, en Tafalla en 1997, y Francisco Marco, en Santander en 1999. Después, Pablo Simón «Chiquilín» y Javier Antón. Y así hasta Javier Igea, que se doctoró en Tudela en 2017.

Pero ha sido a caballo en donde un navarro ha sido máxima figura. Desde Estella saltó a la fama Pablo Hermoso de Mendoza, un rejoneador que ha escrito innumerables páginas de oro en la historia del toreo con una alternativa tomada en Tafalla en 1989. Su hijo Guillermo busca el relevo tras doctorarse en Sevilla la pasada temporada.

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